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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Juan Antonio Vigar, director del Festival de Málaga: «Siempre tenemos la mirada y ponemos mucho el foco en el número de mujeres que participan»

La sección Afirmando los Derechos de las Mujeres se consolida año tras año en el Festival de Málaga como un clásico: en 2026 cumplirá su 19º aniversario. Se trata de una sección competitiva que lanzó su convocatoria recientemente y que cumple con la finalidad de explorar y tratar cada año temas que contribuyen a concientizar sobre la inequidad de género y al mismo tiempo, fomentar y apoyar el trabajo cinematográfico creado por mujeres.

Juan Antonio Vigar, director del festival, es un activo impulsor de una política de género que no solo permite el crecimiento de este apartado, que progresivamente marca récords de inscriptas, sino -sobre todas las cosas- que las mujeres tengan un rol protagónico en los diversos rubros que conforman el evento.

-En la edición del año próximo, Afirmando los derechos de las mujeres cumplirá 19 años. ¿Cómo se percibía el concepto de la paridad de género en el cine dos décadas atrás y de qué manera fue creciendo este espacio en estos últimos doce años, cuando asumiste la dirección del Festival de Málaga?

En aquel momento, la problemática que hoy día estamos observando no estaba tan visible. No existía esta necesidad muy reforzada en los últimos años de estar cerca de la paridad y de la igualdad de género en el mundo del audiovisual, pero ya se empezaba desde el histórico a observar estos desequilibrios.

Por otra parte, también estaba la necesidad de ir cambiando el rumbo de las cosas para darle más protagonismo a la mujer. Entonces, decidimos hace exactamente 19 años (que ya es una temporada larga), empezar a trabajar en algo que -insisto-, no era una cuestión tan fundamental como hoy, pero sí enormemente importante para nosotros.

De la mano de Mabel Lozano, una documentalista y actriz muy importante en nuestro país y muy concienciada con el tema de la mujer, decidimos crear la sección Afirmando los derechos de las mujeres. Con una doble finalidad: por una parte, para visibilizar todo lo que estaban haciendo las mujeres en ese momento y darle pantallas de exhibición.

Por otro lado, para destacar aquellos otros trabajos audiovisuales que ponían en evidencia una serie de problemas que hoy día afortunadamente están en vías de solución, pero que entonces empezaban a aflorar como problemas que afectaban a la mujer por su condición, por su género. Poco a poco eso se fue asentando, en la medida en que también decidimos hacer que nuestro trabajo fuera conjunto con el área de Igualdad de Derechos del Ayuntamiento de Málaga. Nos parecía -siempre creo que es muy inteligente hacerlo así-, recurrir a los que de verdad conocen las temáticas. Aquellos que conocen la problemática y la necesidad de soluciones. Llevamos a ese acuerdo con el área de Igualdad del Ayuntamiento de Málaga y desde entonces hemos venido insistiendo, caminando, por esta senda en la que hemos tratado, como dice el título de la sección, de afirmar esos derechos de las mujeres.

-¿En qué etapa del camino se encuentran?

Después de casi 20 años de este trabajo, nos sigue llenando de ilusión y de alegría, porque creo que hoy más que nunca es necesario. A pesar de que se ha avanzado mucho en este terreno, hay que seguir insistiendo en esos mimbres: en la necesidad de darle esos cimientos al terreno audiovisual, para que la mujer tenga la posibilidad de acceder primero al mundo de la dirección, la producción o los diferentes subsectores en igualdad de condiciones con los hombres.

-¿Cuál era y cuál es hoy la predisposición de lo que genéricamente llamaríamos “la industria del cine” con respecto a las políticas de género?

Creo que la mujer se ha ido posicionando en este sector y el colectivo de mujeres ha encontrado cómplices y aliados, como es el caso del Festival de Málaga.

Nosotros siempre tenemos la mirada y ponemos mucho el foco en el número de mujeres que participan. Creo que otros compañeros y otras instituciones que trabajan en este campo así lo hacen también. A partir de ahí, intentamos que el número de películas seleccionadas dirigidas por mujeres esté más o menos en esa proporción.

Hemos ido viendo cómo cada año ese porcentaje del total de películas presentadas lentamente va creciendo. En nuestro caso supera un tercio del total de las películas que se inscriben. Estamos lejos de la paridad del 50%, pero vamos caminando, en cuanto al material que nos llega para selección, en una línea ascendente.

Luego, lo que hacemos en el trabajo de selección también es, conciente de nuestro compromiso con el tema de la mujer y siempre en igualdad de condiciones, intentar que primen las películas dirigidas por mujeres para que éstas tengan mayor visibilidad, si cabe.

Este año, del total de películas que se han seleccionado, el 60% de ellas en la Sección Oficial han sido dirigidas por mujeres. Esto se acentúa algo más si nos quedamos solo con las películas españolas: en este caso concreto, el 66% (es decir, dos tercios del total), han sido dirigidos por mujeres.

Son cifras que ojalá pudiéramos mantener -parece difícil-, pero por lo menos ya están demostrando un cambio de tendencia, en el sentido de que los trabajos que están realizados por mujeres son muy interesantes y ganan el interés de los equipos de selección. Por otra parte, también se demuestra que es un «efecto llamada», que hará que todavía tengamos más participación de mujeres dentro de las distintas secciones que componen nuestro festival y otros festivales.

Además, es importante que también se sepa que hay eventos, como el nuestro, sensibles a todo esto. Y que en un momento concreto van a ayudar, en igualdad de condiciones, a que la mujer tenga una presencia más destacada. Creo que esto sigue siendo un proceso, que aquí no hay nada ganado, cada día hay que lucharlo, pero que por un lado la voluntad de las mujeres de ganar su espacio y por otro, la sensibilidad de festivales hacia esa necesidad, lorgra que mejore sustancialmente la situación respecto a años anteriores.

-En esta evolución que se dio con el paso de los años, ¿predominan temas que fueron surgiendo conforme se fue ampliando la visibilización de las diversas problemáticas, observás algún cambio?

Sí que lo hay. Hasta ahora mayoritariamente, aunque cada cosa tiene su legitimidad y su sentido, eran los directores quienes hablaban de temáticas de la mujer. Ahora es la mujer quien tiene y toma la voz propia para reflexionar sobre sus inquietudes, sus ilusiones, su lugar en la vida y sus aspiraciones. Eso nos lleva a ver películas que tienen cierto e importante compromiso con esta necesidad de la igualdad de género y del posicionamiento equitativo e igualitario de la mujer en el mundo del audiovisual.

Sobre todo, lo estamos observando en directoras más jóvenes: están llegando muchas óperas primas dirigidas por mujeres que hablan de sí mismas, de sus problemas y de la necesidad de alcanzar soluciones en aquello que aún todavía queda pendiente.

A nosotros nos parece que todo esto le da mucha veracidad y autenticidad diferencial a la hora de poder conectar con lo que se nos quiere contar. Insisto: sin que una película dirigida por un hombre no pueda hablar de una mujer, igual que una película dirigida por una mujer no pueda hablar del mundo de los hombres. Pero es obvio que esa voz propia de la mujer está aflorando cada vez más y viene de la mano de aquellas que son protagonistas de su tiempo. Son mujeres que buscan estar más empoderadas, que buscan seguir esa situación de igualdad respecto a los hombres y en un sector como el audiovisual, donde evidentemente debería eso ser uno de los ejes estratégicos de nuestro comportamiento y actitud.

-Justamente, hace unos días conversábamos con Mercedes Morán, a quien el Festival de Málaga le ha dedicado un homenaje y además ha sido presidenta del jurado en la edición de este año…

Permíteme que exprese mi más rendida admiración hacia Mercedes, a la que aprecio, quiero y admiro enormemente.

-Coincidimos plenamente. Ella decía que no se quiere perder la oportunidad de ser protagonista de su tiempo, a partir de la convocatoria que tiene de parte de mujeres jóvenes realizadoras. Este giro que se está dando, ¿se nota en la selección de Málaga?

Sin duda. Para la última edición vimos casi 500 películas entre los largometrajes para sección oficial, tanto de España como de países iberoamericanos. Evidentemente, el número de películas dirigidas por mujeres no solo va incrementándose, sino ganando una calidad absolutamente palpable y demostrable. En los últimos diez años del festival, las Biznagas de Oro creo que se llevan mayoritariamente las mujeres: Carla Simón, Pilar Palomero, Alauda Ruiz de Azúa, Estíbaliz Urresola, Eva Libertad.

Son mujeres muy concientes de su tiempo, que quieren indagar en su problemática y en sus valores por su condición sexual y condición de género. Ellas están dispuestas a contarlo desde la formación que han adquirido en el mundo del audiovisual, lo que les da una capacidad y unos recursos narrativos que de verdad son admirables.

Me parece que es uno de los factores fundamentales, no solo observables en el cine español, sino también en nuestro festival. Y me siento muy contento y muy feliz de ello: hace 19 años empezamos a recorrer un camino y ese camino ha dado frutos en muchos sentidos. Ahora los está dando de una manera muy concreta, dentro de la Sección Oficial de la competición, y está abriendo nuevos caminos, dando la posibilidad de que aparezcan nuevas voces y nuevas narrativas y muchas, muchas de ellas protagonizadas por mujeres. Mujeres jóvenes que necesitan ganar su espacio en este momento, que es su momento, que les corresponde por edad y legitimidad.

-Mencionabas que el festival tiene distintos espacios con los que contribuye en la búsqueda de esta equidad de género. ¿Cuáles son?

Uno de nuestros compromisos es un eje transversal con la igualdad de género y el apoyo al cine hecho por mujeres. Llevamos tres años trabajando con lo que llamamos Warmi Lab. Warmi significa en quechua “mujer” y es un laboratorio de proyectos para productoras del ámbito iberoamericano (en el que obviamente también están incluidas españolas), que intentamos elegir desde el ámbito de las comunidades indígenas y de las identidades del mundo iberoamericano. Empezamos con una iniciativa de este Warmi Lab con Perú. Las mujeres que vinieron tuvieron aquí su formación, la posibilidad de hacer networking, encuentros. En definitiva, de conseguir herramientas para poder llevar adelante sus producciones.

Fruto de eso, una de esas productoras que estuvo en nuestro primer Warmi Lab -productora de una película peruana que pasamos como identitaria, de ese cine comunitario indígena-, pudo finalizar el rodaje de Kimra, una película que ha conseguido numerosos premios en el ámbito internacional.

Seguimos fomentando ese empoderamiento de la mujer porque Warmi, además de referirse a la mujer, se está refiriendo a una mujer fuerte que tiene un posicionamiento importante en el ámbito cultural y social. Ese es otro aspecto en el que estamos trabajando.

Luego, hay un apartado que no quiero dejar de mencionar: es el cuidado que estamos teniendo como un evento importante que reúne a un público muy amplio. Para eso tenemos implantado el Punto Violeta, iniciativa que se ha desarrollado mucho -al menos aquí en España-, que supone un punto de referencia dentro de un gran evento en el que se mueven muchísimas personas para detectar comportamientos que tengan que ver con la violencia de género o las agresiones sexuales.

Aplicamos protocolos que todos los invitados que recibimos y nuestro personal tienen perfectamente claro, para que en caso de que se produzca algún tipo de acción de esta naturaleza, intervengan inmediatamente para proteger a la víctima y abrirle los caminos necesarios para que, si así lo desea, plantee las correspondientes denuncias. Para que se sienta cuidada y protegida en un ambiente en el que lamentablemente puede pasar algo de esto.

Aunque nunca se ha dado el caso en nuestros festivales, estas medidas preventivas son necesarias. Las llevamos implementando desde hace varios años y es una medida concreta que suma, en este esfuerzo que estamos haciendo por la protección y por el apoyo al tema de la mujer, del cine y a la igualdad de género.

Afirmando los derechos de las mujeres también pone en valor la participación de las mujeres como creadoras y realizadoras dentro del sector audiovisual. En ese sentido, ¿se advierte en las inscripciones al Festival de Málaga el crecimiento de mujeres directoras?

Es muy pronto todavía decirlo, porque hace pocos días que abrimos esta convocatoria y estará abierta hasta el 8 de noviembre, con lo cual todavía nos queda mucho camino por recorrer. Te puedo decir que el año pasado tuvimos casi 300 películas que se inscribieron en esta sección.

Una vez que cerramos el proceso de inscripción, la selección, a cargo del comité de valoración de estas películas, que constituye tanto el festival como el área de Igualdad de Derechos del Ayuntamiento de Málaga. También está Mabel Lozano y el Instituto de las Mujeres, un organismo que depende del Gobierno español. Nosotros luego le damos visionado y se dan los premios.

En paralelo a esto, también apoyamos una iniciativa del área de igualdad del Ayuntamiento de Málaga, que se llama Mujeres en Escena. Durante todo el año estamos recibiendo películas que van a esta sección y que no pertenecen al festival, pero que aparecen en la gala de entrega de premios de Afirmando los Derechos porque también les damos unas Biznagas. Son películas que durante diferentes semanas de los meses de octubre y noviembre se proyectan en el Cine Albéniz, que es nuestro cine, el que gestionamos.

Las temáticas que de algún modo están imperando más, entre los materiales que vamos recibiendo, claramente oscilan entre la denuncia de una realidad que vivimos ahora y, por otro lado, la denuncia de hechos que se han vivido, por determinadas mujeres, que han estado silenciados porque la situación social y política no les daba la oportunidad de darles voz para hacer la denuncia.

Tuvimos un caso muy concreto el año pasado, donde una persona que había sufrido incontables vejaciones desde el punto de vista de la sociedad política, en un contexto muy difícil. Me acuerdo que lloraba lágrima viva porque tenía la oportunidad de que su situación se conociera al darle visibilidad en el festival.

A todo ello le sumamos las actividades que hacemos conjuntamente con las distintas asociaciones de mujeres que hay en el cine español; tanto CIMA (la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales a nivel nacional), como AAMMA (la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales) y también el Observatorio de los Derechos de la Mujer de RTVE). En la edición pasada hicimos una jornada muy amplia en la que se puso a debate una serie de códigos y de buenas prácticas necesarias para seguir avanzando. Como ves, es un eje transversal de nuestro día a día y en el que creemos profundamente y en el que vamos a seguir trabajando, de manera intensa y sin escatimar esfuerzos.

-No podemos dejar de mencionar la edición 2026 del Festival de Málaga, que se celebrará del 6 al 15 de marzo próximo. ¿Sobre qué ejes avanzaron en los últimos días?

Básicamente sobre la consolidación de lo ya realizado, que tiene esos dos ejes estratégicos que siempre te comento: dar la mayor visibilidad posible al cine iberoamericano y conseguir una industria muy potente que tenga mucho músculo, que ayude y sea útil para el sector.

En algunos aspectos estamos trabajando muy de cara a todo el sector iberoamericano. Por ejemplo, en lo que respecta a los contenidos que no llegan desde allí, vamos a ponerlo en valor a través de la sección América América, donde vamos a tener películas de ese cine comunitario realizado por las propias comunidades indígenas. Ellas hablan en primera persona con voz propia, desde cuál es su realidad y hacia dónde quieren caminar.

Además, tenemos otro proyecto, que no te puedo desvelar todavía, pero tiene que ver con los cortos iberoamericanos. Estamos avanzando mucho en darle dimensión, no solo al mercado más tradicional, el mercado Content, en el que los compradores y los agentes de venta se reúnen para para hacer negocios, sino también en el tema de los creadores de contenidos digitales. Nuestro Hack es un proyecto en el que estamos muy ilusionados, está empezando a crecer, dimensionarse y a expandirse.

Ahí tenemos una amplia Comunidad de catorce mil creadores de contenidos digitales de todo el ámbito iberoamericano, con los que vamos a interactuar y a establecer un plan de formación y de actividades muy interesantes. Estamos trabajando con una importante organización. Pronto le daremos publicidad y conocimiento.

En esa línea de conectar la tecnología con el sector audiovisual, venimos avanzando a través de nuestra Villa del Mar, donde ya tuvimos este año la oportunidad de que estas empresas punteras en el ámbito tecnológico, que están incidiendo de manera directa y palpable en la realidad del audiovisual, dialoguen con nuestro sector para ver hacia dónde vamos, cuál es la realidad que vivimos, cuáles son las expectativas de futuro y las posibilidades de ir construyendo ese futuro conjuntamente.

Julia Montesoro

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