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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Cris Tapia Marchiori, director de «Gatillero»: «La película propone una maravillosa montaña rusa de tiros y acción»

Gatillero, el thriller de Cris Tapia Marchiori protagonizado por Sergio Podeley y Julieta Díaz con producción de Dukkah Producciones, continúa su tercera semana de exhibición en salas de todo el país.

Cris Tapia Marchiori describe una historia de redención contado en tiempo real y en plano secuencia; una experiencia inmersiva, cruda y sin respiro, que transcurre en una noche en Isla Maciel, con un elenco conformado por Maite Lanata, Ramiro Blas, Mariano Torre, Matias Desiderio, Susana Varela, Gonzalo Gravano y Bianca Di Pasquale.

-Teniendo en cuenta la gran cantidad de público que asiste a las salas a ver Gatillero, ¿te pusiste a pensar qué busca ver el espectador en este thriller?

¡Qué buena pregunta! (Risas). Estamos sorprendidos. Yo, sobre todo: Pablo Udenio, el productor, confió en la película desde el momento cero, entendió que podía gustar. Yo recién después de las dos semanas de exhibición empecé a pensar que la película gusta. Me llega un poco tarde porque soy el que la escribió -junto a Clara Ambrosoni-, y después sucesivamente el que la dirigió, la padeció y la disfrutó. Por eso me cuesta explicarlo; seguramente a toda persona que dirige le ocurre lo mismo.

Entiendo que a la gente le gusta mucho. El boca a boca y las recomendaciones en redes nos está sosteniendo en salas. Ya sea el público en general o la industria -actores y directores-, la ven y hacen un posteo recomendándola.

He sido asistente de dirección muchos años y conozco muchas personas de la industria. Pero quienes hablan bien de la peli no nos conocen. Entonces en mi cabeza entiendo que está gustando y mucho. La gente la acompaña: sale de la sala y postea algo como que no se puede dejar de ver y hay que ir. Nos escriben a nosotros. ¿Viste cuando la gente abraza a una película? Bueno, ese abrazo la está sosteniendo.

Pero es muy difícil sostenerse en los cines, con una tradición de tanques y una logia entre salas de cine, productora y plataforma. La película es nuestra propia protagonista y está corriendo para sostenerse.

-“Imaginá a Tarantino filmando un western urbano con una GoPro y un trago de Fernet, y tendrás Gatillero», expresaron los programadores del festival de Neuchatel. ¿Qué definiciones sobre la película te sorprendieron o te llamaron la atención?

(Risas) Es buenísimo lo de una GoPro y un trago de fernet. Sobre todo si supieran que desde hace veinte años no consumo alcohol. Hay una definición que me gustó mucho, dicha por un medio estadounidense muy importante: “para imaginar la locura que es Gatillero, tendría que pedirte que visualices El arca rusa, de Guy Ritchie. Me resultó muy divertido. Otro medio internacional la comparó con La Soga, de (Alfred) Hitchcock. Pero no solo por el plano secuencia, sino por la narrativa del plano secuencia puesta en función de la historia. Para que no se entienda solo como un capricho.

-La idea del plano secuencia no está pensada como un preciosismo técnico sino como un recurso narrativo.

Exacto. El famoso «esculpir el tiempo», no por el montaje sino para darle a las situaciones emocionales el tiempo que uno entiende que se debe dar para que emocione a los espectadores. En Gatilleros intentamos trabajarlo porque el plano secuencia nos obligó a hacer eso, en todo sentido. Había que acelerar o frenar cuando debí hacerlo. Esculpimos el tiempo por dos, como los audios de Whatsapp y a las trompadas (Risas).

-Una descripción de Gatillero es que «hunde sus raíces en el terreno de la marginalidad y la pobreza como puerta de entrada al crimen y la violencia». ¿La pensaste también como un alegato político?

¡Total! Más allá de que tengo un aspecto bastante informal y para ciertas situaciones de trato me gusta esa informalidad: soy Cris y no Cristian. Pero queda claro que Gatillero no es la película de un loquito que corre con la cámara, sino que es un film de una persona muy organizada, ordenada y prolija que tiene algo para decir.

A la hora de hacer una película pienso en qué temática voy a traer a la mesa. Porque cuando termina la película te sentás a tomar un café con alguien y pensás lo que dijo tal personaje. ¡Qué jodido debe ser vivir con los narcos en los barrios! ¡Qué jodido debe ser haber salido de la cárcel y que te vuelvan a llamar las personas con las que laburaste y por las que te metieron en la cárcel!

Hay un planteo explícito, con un montón de problemáticas, que me parece interesante condimentar. Es una peli de tiros, pero lo que la sostiene no son los tiros sino la empatía que se genera con los espectadores a partir del relato del antihéroe. Como me dijeron algunas personas, a partir de esa mirada, que se asemeja al Guasón.

En algún punto te muestro el contexto y de alguna manera los choques que tuvo en su vida que derivaron al hoy. Eso lo hago mucho con actores y actrices a la hora de encarnar un personaje y para que no los juzguen. Les suelo contar mucho cómo esa persona llegó a tener esa psiquis y cómo es el personaje que hay que encarnar. Solo para que no lo juzguen. Nosotros decimos que acá tomó una buena decisión y acá se equivocó, sí. Pero quiero contarte el contexto.

Por eso los espectadores lo entienden. Nunca te puede llevar por el mal camino entender algo o a alguien. Traerlo a la mesa ya es ganancia. Después, cada director elige el modo. Yo mismo lo hice con un drama en La noche más fría, donde quise hablar de las personas en situación de calle. Acá lo hice con un thriller, con una de acción. Esa es la ganancia de cine: nos ayuda a reflexionar. No tengo ninguna respuesta con la película y no es mi intención tampoco. Mi intención es traer preguntas y ponerlas sobre la mesa.

Gatillero te propone una maravillosa montaña rusa de tiros y acción contándote la última hora y media del antihéroe del barrio. Te muestra cómo es por fuera y por dentro y por qué llegó a ser así.

-También es una película que nos habla de segundas oportunidades. Después de verla una y otra vez y de dialogar cotidianamente con el público, ¿le darías la oportunidad de una secuela? ¿O preferís dar vuelta la página y emprender otro proyecto?

¡Claro que le daría otra oportunidad! Me divierte un montón, empezando por el personaje. Y me estimula todo lo que está relacionado con Dukkah Producciones y con Pablo Udenio, porque es lo mejor que me pudo pasar. En un punto pedí control absoluto para hacer hacer malabares con cuchillos que se prendían fuego, mientras todos teníamos los ojos vendados en una mesa de vidrio y ellos confiaron. No solo me dieron el poder de decisión, sino que Pablo fue un socio creativo. Repetir el mismo equipo y la misma fórmula sería precioso.

A su vez, a nivel narrativo, me quedé con ganas de hacer muchas cosas en plano secuencia. Cosas que tuve que sacar porque no quería sobrecargar. Pero tengo una libreta de cosas interesantes.

Tengo ganas de hacer un thriller oscuro con personajes empujados al límite por una situación determinada y en tiempo presente. Por ejemplo, en un día. Lo tengo escrito. Me gusta esa narrativa: un día, una noche, una hora y media. Como Gatillero.

Julia Montesoro

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