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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Augusto Tejada dirigió «El duelo», disponible en Star+: «El cine en salas me fascina, pero hay que abrazar las plataformas que son nuestras pantallas»

Augusto Tejada dirigió El duelo, comedia romántica con producción de Bourke y protagonizada por Eugenia “la China” Suárez y Joaquín Furriel que está disponible en el catálogo de la plataforma Star+.

Estrenada en salas en octubre último, se trata de un guion de Luciano Leyrado y Agustín Rolandelli que gira en torno de un hombre atrapado en una vida gris, y atormentado por la depresión, que al descubrir accidentalmente la traición de su esposa lo lleva al borde del abismo.

El primer largometraje de Augusto Tejada fue El asistente, estrenado en marzo último exclusivamente para streaming. El duelo es su primera experiencia en pantalla grande.

-¿Qué encontraste en la primera lectura del guion El duelo que te atrajo?

Antes que nada encontré eclecticismo en la evolución del personaje principal, el personaje de Ernesto, que interpreta Joaquín Furriel. Ese eclecticismo le daba más dinamismo a la película y llevaba adelante la comedia de una manera muy pícara y absurda. A este tema, de por sí atractivo, hay que sumarle que es un antihéroe. Y a mí los personajes a quienes les salen mal las cosas me resultan atractivos. No sé si es por un tema de identificación o esto de ir contra el sistema. Joaquín lo interpretó maravillosamente y nos conquistó a todos con su Ernesto.

-Te entusiasmó la idea de potenciar el conflicto del antihéroe.

Exacto… Es el tipo a quien todo le sale mal, que toma decisiones apurado, y cuando las cosas se complican siempre elige para el lado equivocado (Risas). Eso, en la comedia, te da un montón de posibilidades. Fue muy rico para armar y componer el personaje y desde allí, desarrollar una historia.

-¿Trabajaste con un guion de hierro o interactuaste con los actores para probar variantes?

Me gusta mucho participar a los actores del guion. Me gusta que en el momento de poner cuerpo a lo escrito se pueda llevar a algo orgánico; que el físico también traiga cosas a la historia. Hay autores muy maravillosos que dan en el clavo automáticamente o se ponen muy bien en la piel de los actores que interpretan y desde ahí pueden armar una narrativa maravillosa. Yo siempre trato, en los proyectos que me toca dirigir, de hacer una lectura con los actores y escuchar una primera devolución. Quiero ver qué va pasando con ellos para tratar de absorber esa frescura que va apareciendo y, en todo caso, también desechar lo que vemos que no están funcionando.

-Y en este caso, ¿qué le marcaste después de esa primera devolución a Joaquín Furriel?

Joaquín fue con quien primer leímos el guion y empezamos a trabajar. Desde el principio tratamos de darle comedia física a la película. Las escenas escritas son muy divertidas, pero había algo del humor físico que me parecía muy atractivo y que él interpretó enseguida. Allí apareció esa torpeza, esa cosa absurda que tienen que tienen los comediantes de ese estilo como Buster Keaton o Charles Chaplin, quienes han originado esa comedia física desde hace muchísimos años.

Entendimos rápidamente que ahí estaba nuestra ficha ganadora. Entonces, cada vez que armábamos o que leíamos una escena y la pasábamos, encontrábamos que esa torpeza, expresada corporalmente, iba a sacar una sonrisa. Por empezar me sacó sonrisas a mí. Y cuando la leímos en conjunto con otros les fue sucediendo lo mismo. Tuvimos que dosificarlas para no excedernos y lograr que fuera parte de la identidad del personaje.

-¿Cuáles fueron las características del trabajo con Eugenia?

Fue mucho más directo: ella entendió rápidamente el lugar de heroína porque su personaje lleva el filme adelante. Es la que va tironeando del otro personaje, al revés de lo que solemos ver. Tratamos de reforzar este concepto. En este caso, es una mujer que tiene capacidades físicas y técnicas de pelea. Había que empoderar a esta mujer para que sea la que lleve adelante la película en la dupla.

El trabajo con ella fue mucho más concreto. Planteábamos las escenas, las leíamos y rápidamente incorporaba lo que estaba en la esencia del guion y de su personaje. De esa manera lo fuimos encontrando: primero con uno y luego con otro por separado, después en conjunto y cuando pasamos a los ensayos durante el rodaje detectábamos rápido dónde estaba el humor en la escena.

-¿En qué consistió el trabajo con Bourke, la productora?

Empezó con idas y vueltas de guion, intercambiando trabajo de lectura y desarrollo del proyecto. Después Rodo Lamboglia, de Bourke, me propuso el nombre de la China Suárez. Pepe Lamboglia, de La Productora Films de Uruguay, me preguntó si me interesaba sumarla al proyecto y si me parecía que podía hacer un buen personaje. Me parecía que había algo muy atractivo en que ella se sumara, porque podíamos armar una dupla que fuera no solo comercial sino ecléctica, porque son personajes de distintos palos.

Joaquín viene de una formación del conservatorio y del Teatro San Martín. Siempre monta personajes con una carga dramática importante. En cambio la China, si bien ha hecho también géneros últimamente asociados al thriller y a personajes bastantes oscuros, viene de un mundo más de Cris Morena, de Casi Ángeles. Esa mezcla, que reunía dos personas muy exitosas en lo que venían haciendo, podía potenciar un montón la historia que estábamos queriendo contar. Los productores tuvieron esa astucia y yo acompañé.

-¿Cómo fue la experiencia de encontrar tu obra por primera vez en la pantalla grande?

¡Muy emocionante! Antes de la proyección en el cine la vi dos millones de veces. Así que no fue tanto desde la sorpresa, sino desde la emoción de conectarme con algo que capitaneé yo, más cuando sos joven y decidís dedicarte a una profesión o encarar un camino. Además, en esa primera función estaban amigos, colegas, familia y gente de distintos momentos de mi vida.

El duelo ya está disponible en Star+. Por el contrario, ¿qué te genera ahora, que se puede ver en streaming?

Desde un primer momento me imaginé que una película así iba a terminar en plataforma. No me sorprendió cuando me dijeron que iba a estar en Star+: es el camino que de alguna forma hacen hoy las películas. Estrenar en sala y después tratar de ubicar rápidamente una plataforma para llegar a un público más masivo se convirtió en un mecanismo de la industria. Hay mucha gente que decide no ir al cine y ver la película en su casa, sabiendo que se va a estrenar en la plataforma. Tengo un montón de amigos a quienes cuando les comenté que iba a estar en streaming me dijeron que la iban a ver en sus casas. Los entiendo y en ningún momento se los reprocho: solo les digo que les conviene verla en el cine porque van a valorar, apreciar y vivir una experiencia.

-Las plataformas también forman parte del desarrollo de una película.

Genera un montón de posibilidades para que en definitiva llegue a muchísima más gente. Hay que decir la verdad: el tiempo en el que están proyectadas las películas es muy poco. No se puede depender solamente del cine. Sobre todo del cine argentino, que está como aguantando los tanques americanos, donde los exhibidores tienen un montón de películas que algunos casos cortan más tickets que el cine argentino. Ese desarrollo que tienen las películas hace que la plataforma sea una manera de llegar masivamente al público. No creo en “el cine o la plataforma”: hay que tratar de hacer las dos cosas.

Idealmente quiero hacer una película para estrenar en el cine porque estudié cine, me gustan las películas clásicas que se proyectaban en las salas. Hay algo en la mística del cine que a los cineastas nos encanta y nos fascina. Pero después hay una realidad de la industria, de un mercado, que funciona de una manera y que para poder entrar en el circuito hay que abrazar a las plataformas que hoy también son nuestras pantallas.

Julia Montesoro

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