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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Bárbara Sarasola-Day, tutora del Taller con Perspectiva de Género de DAC: «Es un espacio de diálogo y de reflexión»

Hasta el lunes 24 está abierta la inscripción para la quinta edición del Taller con Perspectiva de Género de la Comisión de Género de DAC, destinado al Desarrollo de Proyectos, que se realizará del lunes 8 de mayo al jueves 13 de julio en modo online.

Las tutoras serán Natalia Smirnoff y Bárbara Sarasola-Day y la curaduría estará a cargo de Tamae Garateguy y Vivian Imar. El taller es gratuito y abierto a todo público y los cupos son limitados.

La información y la inscripción está disponible en el sitio web genero.dac.org.ar

La directora y productora es Bárbara Sarasola-Day es una de las tutoras.

¿Por qué considerás necesario un Taller de Desarrollo de Proyectos con mirada de género?

Por un lado, es una manera de equiparar cupos pero sin establecerlos. Pero sobre todo es poder tener un espacio desde donde trabajar proyectos de mujeres, para que se fortalezcan en toda la etapa de desarrollo. No solo a nivel guion, sino como el proyecto en forma integral. En ese sentido, me parece un espacio muy importante, que además permitió el impulso de películas. Y también es un espacio de diálogo y de reflexión. Este año vamos a tener 10 proyectos. Son 10 encuentros en los que tratamos en cada uno un proyecto distinto. Todas las participantes tienen que ver y conocer las propuestas de las demás. Gracias a ello surge una instancia de intercambio de conversaciones muy interesantes. Es un espacio para pensar, pensarse, pensar los proyectos propios y los de las otras.

-¿Qué privilegian o evalúan ustedes como eje vos y Natalia?

Yo siempre empiezo los encuentros preguntando cuál es el centro de gravedad de cada proyecto. Qué es lo que a la autora le importa. Y en ese sentido, teniendo en cuenta eso, buscamos ayudarlas y acompañarlas para que puedan encontrar la película que quiere hacer y de la manera que la quiere hacer.

Por eso la reflexión no es solo en torno del guion, sino también del posicionamiento discursivo, de cómo se puede encarar desde la producción, cuál es el dispositivo narrativo que necesita para ese proyecto. Es una forma de acompañar esa reflexión. La idea es que cada una pueda lograr llegar a la película que quiere, al proyecto que desea.

-¿Esta reflexión tiene como objetivo que las participantes confirmen o reconsideren el rumbo de su proyecto? Quizás en estas instancias de desarrollo la realizadora descubre que hay otras formas de narrar.

Sí. Además, a veces lo que suponemos en primera instancia que es nuestra intención por ahí no es. Es como si excaváramos un poquito más para entender que las motivaciones o las necesidades para hacer algo son otras. Parte de ayudar en esa búsqueda consiste en un trabajo también muy concreto para que cada participante pueda terminar el taller con textos que reflejen esas intenciones. No solo en el guion, sino como los textos de dirección de producción. Como el paquete entero, digamos. Tener esa reflexión hecha de lo que implica el proyecto y que se pueda reflejar en los materiales que van a presentar en el recorrido que hagan.

-A lo largo de todas estas ediciones, ¿observás que hay aspectos en común en los proyectos que se van presentando, cuestiones a abordar que les interesan más que otras a las realizadoras?

Sí. Hay temporadas en las que surgen ciertas inquietudes que tienen que ver con el contexto de ese momento. Hay cosas que se repiten, pero creo que son inquietudes que hay en la sociedad. A veces hay una forma de acercarse a ciertos temas como aparecen enunciados de una manera que tiene que ver con lo que está pasando en los medios. Lo noto a lo largo de los años.

Pero también ocurre que hay toda clase de proyectos. Hay propuestas súper radicales e incomodísimas. Así como los hay con formas narrativas más clásicas.

-¿Los proyectos siempre están vinculados al universo de las mujeres?

Hay mucha diversidad y mucha libertad en los proyectos seleccionados. De hecho, hay un documental que estrenamos dentro de poco, que trata sobre las nuevas masculinidades. No necesariamente tienen que ser proyectos en los que una mujer es la protagonista.

-¿Qué pasa con Natalia y con vos cuando estos proyectos pasan a otras instancias o se estrenan?

Nosotras estamos comunicadas con las chicas. La relación no se termina el taller. Las consultas siguen respecto a temas de producción. Cuando ves que consiguieron financiación o que están editando nos genera un gran orgullo.

Y también está buenísimo ver cómo el Taller es una instancia que ayuda, pero después cada proyecto hace su recorrido. Hay proyectos muy diferentes que se mueven en distintos circuitos.

-¿Seguís vinculada a estos proyectos de forma permanente? Porque vos también tenés los tuyos.

Tanto los que escribo como los que produzco, claro. Sigo en contacto con muchas de las participantes del taller de distintos años. Siempre aparecen consultas o necesitan que alguien las ayude a tomar decisiones. Es lo que pasa en este espacio y se sigue trasladando después. No me involucré en la  producción de ninguno de esos proyectos, pero a algunos los he ido acompañando. Lo interesante es que se va generando también una comunidad

entre los participantes de cada año. La participación de Natalia y mía, con nuestra experiencia y con ciertas herramientas que hemos ido desarrollando a lo largo de los años, está a disposición para ayudar a desarrollar el proyecto. Pero también sucede que dentro del grupo se genera un vínculo que sigue independientemente de nosotras y del espacio de la DAC. Después de juntarse durante diez semanas cada semana, leyendo sus proyectos y participando en los de las otras, ayudando a pensar, están preparadas.

Julia Montesoro

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