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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Agustina Gatto, ganadora en Construir Cine y La Mujer y el Cine por «Victoria»: «Hablar de acoso es muy doloroso pero también liberador»

Agustina Gatto, directora y guionista de Victoria, fue la gran protagonista de dos festivales que concluyeron en los últimos días: en Construir Cine (que finalizó el jueves 18) ganó el Premio a la mejor película en la categoría Cortometraje Argentino, en tanto en La Mujer y el Cine (que se cerró el domingo 14) obtuvo los galardones al Mejor Cortometraje; Mejor Actriz (Magela Zanotta); Mejor Actor (Héctor Díaz); Mejor guion; Mejor realización integral, Premio Ala Norte y la Mención especial Cinema de Femmes.

Victoria fue una propuesta teatral dirigida y protagonizada por vos que decidiste pasar al lenguaje del cine. ¿Cuándo la empezaste a ver como una película?

Después de su estreno en Microteatro en 2018, fue invitada a participar en el festival Vicente López en escena. Allí la presentamos con una característica muy interesante: transcurría en una oficina real. El público se acomodaba alrededor de los escritorios y miraba desde ahí. Como actriz sentí algo demasiado potente. Se me volvió muy real lo que estaba sucediendo. Ese fue el clic, el momento en que pensé que debía ser un cortometraje. Entonces empecé a escribir la versión audiovisual.

-La consigna promocional de la obra decía: “Una oficina, dos compañeros de trabajo, una tocada de culo, ¿fue un abuso o no fue tan grave?” ¿Mantuviste esa premisa en el cortometraje o le diste otro giro?

Se trata básicamente de eso: de dos compañeros de trabajo que además son amigos desde hace veinte años. Además, ella es la madrina de su hija. Hasta que en una fiesta, a Victoria el jefe le toca el culo. Entonces el corto -y la obra de teatro- trata cómo se juega este hecho en esta amistad.

Lo que decidí es no hacer una historia sobre Victoria y su acosador; es decir, no tener ese agón, ese enfrentamiento, sino jugarlo más en lo que una persona que es víctima de algo así necesita en ese momento; el abrazo que necesita. A su vez, el trabajo también fue pensar mucho en el personaje masculino. No quería hacer que él fuese un malo (o detestable, o deleznable, o que lo pudiéramos acusar). Lo que él expone es que tiene un trabajo en esa oficina desde hace 20 años y que esto ocurre en el momento que lo ascendieron. Que si pierde ese trabajo no sabe si va a poder mantener a su familia. Ir a Recursos Humanos con ella a denunciar este hecho lo expone frente a las autoridades. Todo esto le da miedo. El conflicto gira sobre eso: una mujer necesita denunciar un acoso y un amigo tiene miedo de hacer eso.

-¿Y cómo definís Victoria, el cortometraje?

Victoria fue escrito en 2018, año en el que la actriz Thelma Fardín salió a decir que había sido abusada. Al margen de la veracidad o no del hecho, eso que se animó a hacer puso en juego la intimidad de un montón de mujeres que salieron a decir “yo también”. En Estados Unidos el Me Too había ocurrido un año antes. Probablemente ese movimiento también la haya impulsado a ella, le haya dado fuerzas para salir a decir lo que dijo. Fue muy impactante la repercusión, la oleada de llantos que vi: yo estaba ensayando una obra que dirigía y no pudimos seguir porque de pronto, nos encontramos llorando.

Victoria representa este momento…

Evidentemente, es posible gracias a la época que vivimos. Y yo agradezco estar viviéndola: por un lado es dolorosa, pero se siente que las mordazas se caen, que las mujeres podemos empezar a hablar. En relación a Victoria, puede que para algunas mujeres esta tocada de culo no sea grave y estaría bien. Pero puede que otras hayan sufrido cosas anteriormente. Entonces hay que pensar en que los cuerpos de las mujeres no están libres de abusos o de acosos anteriores. Uno no sabe lo que puede desatar si hace alguna broma pesada o si comete algún acoso. En este caso fue un acoso porque a ella le toca el culo a su jefe: es un horror.

-¿Cómo fue el proceso de poner en palabras y luego en imágenes este episodio?

Tengo el recuerdo de que fue un año muy doloroso pero también muy liberador. Es lo primero que pude decir este acerca de ese tema. Escribirla me costó mucho: tuve miedo, como si no tuviera derecho a hablar de eso. Además, me enfrenté a cosas personales que viví. Cuando lo vi en el cine, realizado; cuando recibí los premios en La Mujer y el Cine, fue demasiado emocionante.

-¿Y qué te animó a postularte en dos festivales como La Mujer y el Cine y Construir Cine?

Cuando uno filma un cortometraje lo hace circular en festivales: casi se hace para eso. No es un material que una plataforma se muera por tener o que sea fácil colocar en una pantalla de cine. Lo principal es que se pueda ver en festivales y que circule. Le pedí especialmente al distribuidor inscribirse en La Mujer y el Cine. Había participado el año pasado con otro cortito menos pretencioso, más humilde y me había encantado lo que había visto. Me pareció espectacular que fuesen todas mujeres y que puedan surgir este tipo de temáticas.

-El corto, ¿es el comienzo de un camino hacia el largometraje o aquí se cierra el ciclo y pasarás a otro tema como realizadora?

¡Estás tocando una duda! El corto cuando termina, termina. Pero mucha gente me dice: “¿y?”. Como si faltara algo o como si fuera posible una parte de dos, yo creo que no le falta nada. A su vez siento que está redondo. Siento que es un producto que salió muy bien, me da miedo tocarlo. Me digo “a ver si lo continúo y la cago”. Pero la inquietud está: y todavía no sé si hacerlo o pasar a otras pelis que tengo en carpeta.

Julia Montesoro

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