Historias breves, la selección de cortos del histórico y reconocido concurso del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales coordinados por Paola Rizzi y Eddie Calcagno, presentó su 21ª edición el 3 de abril en el Cine Gaumont.
En las vísperas del estreno, Rizzi y Calcagno se enteraban de su desvinculación del INCAA y al mismo tiempo crecía la incertidumbre por el futuro del proyecto, que desde 1995 se ganó un lugar como semillero de los nuevos cineastas argentinos.
-Ustedes son dos símbolos de Historias Breves. Acompañaron su crecimiento y desarrollo prácticamente desde el comienzo. Y ahora presentaron por última vez la edición 2024.
Paola: Yo todavía era estudiante, estaba terminando la facultad. Trabajé en la primera tanda que hubo, la cero, antes de la primera edición. Participé en un corto de Fernando Díaz que se llamó Rubén, el Murciélago. Fue mi primera experiencia profesional, como segunda asistente de cámara. Se filmaba en 35 mm. Aspiraba a hacer una dirección de fotografía, algo que ocurrió en uno de los cortos de la tercera edición.
Hasta que me convocó Bebe Kamin, quien estaba al frente del concurso, para colaborar como consultora técnica. Eddie se había incorporado un año antes que yo. Estamos juntos hace más de 15 años ininterrumpidos.
Eddie: Bebe me llamó para formar parte de esta especie de comité consultivo que había armado. Uno de los objetivos era poder adelantar las series porque se habían atrasado: de hecho, hace 29 años que se hace está pero estrenamos la 21ª edición.
Fui como mentor a trasladar mis experiencias a los chicos. Pero lo que más me atrajo, desde el comienzo y aun antes de trabajar, fue la unión de los chicos en un momento en que el cine nacional andaba muy mal. Ese primer año se habían estrenado 15 películas de largometraje nada más. Un grupo de chicos de distintas escuelas se juntó y empezó a hacer lo que no hicieron los cineastas de las generaciones anteriores: unirse, comunicarse experiencias y así enriquecerse. Así pasaron a darle identidad al cine argentino. Yo me integré a ellos asesorándolos, colaborando, aunque siempre la película fue del director o directora. Muchas veces recibí elogios: “Eddie, esta película es buena porque corregí lo que me dijiste”. Ese espíritu me fascinó.
-¿Hay ejes temáticos o narrativos que se diferencien de año a año? Si fuera así, ¿qué caracteriza esta edición de “Historias Breves”?
Eddie: Lo que me gusta de Historias breves es que me desconcierta siempre. No encontramos un tema que sea el centro de la temática de todos los cortos, pero sí encontramos en cada corto algo nuestro. Eso es lo importante: Historias breves es parte de nuestra identidad.
-Junto con la alegría del estreno no se puede soslayar la incertidumbre de la actualidad del INCAA. ¿Bajo qué estado de ánimo vivieron ustedes esta circunstancia?
Paola: Este estreno nos llegó a Eddie y a mí tras haber sido despedidos en la primera tanda del INCAA después de estar contratados durante casi 16 años. Nosotros lo vivimos como un cierre de un ciclo. Así lo hablamos y lo pensamos como un motivo de festejo. Pero la incertidumbre es real. Hay otros cortos que se están produciendo pero no sabemos cómo seguirán. ¿Cómo les irá? ¿Les llegarán las cuotas? ¿Podrán terminar los cortos? Cuando nos despidieron estábamos en la mitad del trabajo, en un concurso que se había hecho federal: había un corto por cada provincia.
Eddie: Yo tenía muchas ganas de gritar: “¿Saben, chicos, que fuimos echados?”. Pero me dije a mí mismo cómo le íbamos a aguar la fiesta y frené: tampoco se trataba de sentirnos el ombligo del mundo. Había que festejar con ellos y acompañarnos con sus películas en el Cine Gaumont, que también corre peligro, por los rumores que se escuchan.
Paola: Esa noche le saqué fotos a la sala, porque el estado es impecable. Para que nadie diga después que el cine está en malas condiciones.
Eddie: La situación me genera muchas preguntas. ¿Cómo el Gobierno puede poner a un economista como presidente de esta institución? Es como si Milei me nombrara presidente del Banco Central. Además de que es un ente autárquico, algo que nadie subraya.
–¿Recibieron alguna comunicación respecto de qué va a pasar con ustedes y con la continuidad de Historias Breves?
Eddie: ¡Para nada! Yo recibí la comunicación por teléfono. Después me mandaron un mail. Me quedé con la sensación de que el señor que es presidente (Carlos Pirovano) no es idóneo. Concretamente, no sabe un carajo de cine. No se puede pensar solo en el dinero cuando está el arte de por medio. Que una película puede triunfar o fracasar no implica que sea buena o mala. Los directores de mi época decían que el cine es una timba. Y hay que entenderla como tal.
-Como reconocidos y queridos profesionales de la actividad cinematográfica, ¿qué panorama vislumbran?
Eddie: Yo estoy con una pena muy grande. Mis películas ganaron 35 premios internacionales. Fui jurado internacional de varios festivales y participé en viajes representando a la Argentina. Mi papá era crítico y yo empecé como periodista a los 18 años. Tengo 83: hace más de décadas que estoy en el cine ¡y me dan una patada en el culo sin decirme por qué!
Paola: Negro. No tengo otro panorama. Quisiera dar alguna buena noticia o decir algo positivo, pero en este momento mucha gente, muchas familias, quedamos completamente a la deriva sin esto que amamos. Lo hacemos porque lo amamos y porque el cine es una pasión. Y porque creemos en la cultura como algo necesario para vivir.
Julia Montesoro