Elegía de abril, dirigida por Gustavo Fontán y con las actuaciones de María Merlino, Julio Fontán, Federico Fontán, Adriana Aizemberg y Lorenzo Quinteros, se presenta el martes 15 de noviembre a las 21 hs. en el ciclo de DocuDAC, que se emite por la pantalla de Canál á.
La proyección forma parte del ciclo que presenta la subcomisión de documentalistas de DAC y la señal televisiva todos los martes de noviembre, con realizaciones premiadas de reconocidos directores, que son la esencia de este espacio dedicado a difundir el género.
Considerada una obra maestra, se estrenó en 2010 y forma parte de la trilogía El ciclo de la casa, que comenzara con El árbol (2006) y finalizaría con La casa (2012).
El poeta Salvador Merlino no vio publicado su último libro, Elegía de abril: falleció cuando éste estaba en imprenta.
Sus hijos, Mary (72) y Carlos (70) mantuvieron guardados durante muchos años los paquetes con los libros de su padre en lo alto de un placard.
Mary, que está preocupada por la suerte de los objetos acumulados en la casa, decide pedirle ayuda a su nieto Federico para bajar los paquetes. Carlos, que vive con ella en una viejísima casa familiar, se opone sin tener motivos ciertos. Es un enfrentamiento entre los hermanos que oculta el verdadero enfrentamiento de los dos con el paso del tiempo La presencia de Federico los pondrá a los dos de cara a sí mismos. Salvador emergerá en la evocación, fragmentado, parcial.
Con producción de Gustavo Fontán y Guillermo Pineles (Insomnia Films y Tercera Orilla), Elegía de abril tiene sonido de Javier Farina y montaje de Mario Bocchicchio. Juan Garcilazo fue el asistente de dirección y Alejandro Mateo el director de arte.
“Elegía de abril es un film de fantasmas. La casa es una entidad, una bóveda en donde el pasado reposa en los objetos, las paredes, las cortinas, las copas, los platos. El rigor del plano detalle constituye un idioma de los objetos. La única figura viviente fuera de esta prisión simbólica es el gato de la casa. En ese sentido, la casa hasta posee una sonoridad. Hay una música concreta y pretérita por la que suena más el pasado que el presente. El bellísimo plano en el que la abuela “falsa” de Fontán es observada tras el vidrio irregular de una puerta va tomando preponderancia. Lo real se despedaza, pierde su nitidez, y una ontología onírica, quizás suprasensible, desplaza la representación realista de un hogar cotidiano.
Hacia el final, el film alcanzará instantes sublimes y fantasmales. Varios espectros femeninos imponen discretamente una textura difusa. Son apariciones, inexplicables y misteriosas, como los últimos planos, en los que una niña juega con su padre. En efecto, las últimas imágenes de Elegía de abril ya no parecen humanas. Es que Fontán va preparando esta epifanía de otro mundo, una intuición del paso a un territorio de donde nadie ha regresado para describirlo. Algunos movimientos veloces en zig-zag en donde las apariciones repentinas de su madre se confunden con las de la actriz que la ha reemplazado van enrareciendo el orden de lo visible y el mundo ordinario. Es un método, un tránsito de lo ordinario a lo extraordinario”, describió Roger Koza.
Elegía de abril tendrá repeticiones el sábado 19 a las 18hs. y el domingo 20 a las 14 hs.