Marisa Quiroga es una de las guionistas más reconocidas en el mercado audiovisual hispano. Actualmente está a cargo del guion de La tregua, serie de diez episodios basada en la novela más popular de Mario Benedetti, con producción de Coral Cine (Sebastián Bednarik y Andrés Varela). Con la misma casa productora llevará a cabo la serie ¿Es amor?
Por otra parte, en marzo está previsto el estreno del largometraje español El juego de las llaves, adaptación al cine del formato original creado por Quiroga para una serie mexicana que se estrenó en 2019 en Amazon, cuyo suceso requirió una segunda temporada (disponible desde septiembre de 2021).
–El juego de las llaves te llevó al gran reconocimiento en el mercado hispano. ¿Cómo surgió la idea?
Es la creación de un formato que hace mucho tiempo intentó ser un guion de cine y no le interesó a nadie. Aunque ya tenía cierta experiencia como guionista y conocía mejor el paño televisivo, en cine no tenía los contactos, la voluntad ni la formación. Así que transformé esa idea en una serie y esa serie tuvo un largo camino hasta encontrar un interesado.
El juego de las llaves es un juego de intercambio sexual entre parejas. El formato consiste en parejas que ponen las llaves (de sus casas, sus autos o de lo que quieran) en una caja y el que saca las llaves tiene acceso a la pareja de otro. Cuando lo pensé, hace 20 años, no estaban dadas las condiciones para convertirlo en una serie popular. También es cierto que hubo una transformación entre los guiones originales y la idea actual: yo lo había tratado muy a lo “argentino”, era una especie de drama. Cuando se vendieron la idea y los guiones a Corazón Films, en México lo transformaron en una comedia. Resuena más con esta época, en la que intercambiar parejas es una experiencia posible y no un drama que te transforma la vida.
-¿De qué manera llegaste a México?
Nunca llegué a México más que para saludar y decir que era yo. En 2009 me contactó Pablo Orden, un actor y productor argentino que se fue a México muy joven, se dedica a muchas cosas que tienen que ver con el audiovisual y que ese año vino a la Argentina para contactar guionistas porque quería tener una agencia literaria. Pablo, que resultó ser muy respetuoso de lo que uno quiere contar (a diferencia de otros lugares donde uno tiene que amoldarse a la idea de otro), se mostró dispuesto a tratar de comercializar la idea original, que no es nada simple. El proyecto quedó trunco hasta 2015, cuando retomé la idea.
-En tu proyección internacional como guionista, además de haber creado este suceso en México, te convocaron en Uruguay para la miniserie de La Tregua, la novela más emblemática de Mario Benedetti, proyecto que se anunció a fines de 2020.
Surgió a partir de Cartoneros, serie que fue producida en el marco del proyecto donde había subsidios para tener una soberanía audiovisual y que aun se puede ver por Amazon. Allí trabajé con el productor Juan Crespo, quien me recomendó a los uruguayos Sebastián Bednarik y Andres Varela, quienes tienen los derechos de La Tregua para adaptarla a serie.
-Se dijo en ese momento que en esta adaptación ibas a introducir un punto de vista feminista. ¿En qué consiste?
Es que la novela en sí es muy feminista. Allí no está desarrollada Laura, la protagonista femenina. Pero en la obra (escrita en 1959) tenía relaciones extramatrimoniales con su novio anterior. Acepta ser la amante de un hombre mayor que ella, una relación que por la diferencia de edad no iba a llegar lejos. Lo que no me resonaba tanto es la diferencia de edad tan pronunciada, que sentí que es muy prejuicioso. Lo discutimos mucho y lo cambiamos. Hay cosas que ya no tolera el mercado o no las tolero yo. Habría que ver, por ejemplo, que él fuera su jefe: aunque en la novela jamás hace abuso de poder laboral, queda como acoso laboral. No quiero ser extremista con esto, porque hay muchos amores de oficina entre jefes o jefas y subalternos, y no pasa por el acoso laboral. Pero para una ficción no debe ocurrir. En la versión para la serie, trabajan juntos pero no hay una relación de subordinación ni nada parecido, él no le paga el sueldo ni su sueldo depende de él.
Más allá de que hubo que modificar cosas como éstas, la esencia de La Tregua está en el amor apasionado, que es una tregua en la vida de las personas, de todos nosotros. Cuando nos enamoramos nuestras vidas cambian de registro, creemos que todo es posible, empezamos a imaginar futuros, cuando hasta ayer decíamos “mi vida está acabada y aquí no va a pasar más nada”. El amor sigue siendo maravilloso.
Después decidimos cómo contarla, adaptándola a cuestiones del siglo XXI. Justamente, ahora está en proceso de adaptación.
-Tu participación en el mundo audiovisual uruguayo continúa con la serie dramática ¿Es amor?, cuyo lanzamiento se anunció hace pocos días. ¿De qué se trata?
Todos nosotros observamos cómo nos relacionamos a partir de las redes. Hay una cuestión compulsiva allí. Miramos si llegó el mensaje, si está bien el sonido, si estamos conectados. Cuando uno utiliza una aplicación de citas tiene el mismo comportamiento compulsivo. Y si una tiene suerte de pegar onda, empieza un sistema de comunicación que es absolutamente avasallante, impensable en términos de lo real, que crea una pretensión de conocimiento que, en realidad, es absolutamente virtual. Las redes están preparadas para generarnos conductas compulsivas. El eje de esta serie es: esa compulsión, cuando se trata de una relación romántica, ¿es amor?
Julia Montesoro