Carlos Gardel, el mayor ícono de la canción popular hispanoparlante, inventor del canon del tango-canción, primera estrella argentina del cine internacional y máximo vendedor de discos en la Argentina a lo largo de más de cien años, tendrá su miniserie.
Con producción de Kapow (Agustín Sacanell y Lucas Rainelli), dirección de Luis Ortega y guion del propio Ortega y de Rodolfo Palacios, la historia está inspirada en el libro homónimo de Felipe Pigna. La información fue anticipada por variety.com.
«Adquirimos los derechos del libro Gardel de Felipe Pigna -expresó Diego Ventura, director de Desarrollo de Guionado de Kapow a todotvnews.com-. Lo estamos desarrollando junto a El Despacho, productora de Luis Ortega. Es un proyecto ambicioso, la idea es entrar en producción en 2023. Gardel es un personaje del mundo. Una biopic con ribetes de policial, de un personaje muy emblemático que a priori se conoce mucho, pero también es un personaje que está muy amparado en el mito. La mirada de Luis sobre el personaje es muy atractiva».
“Esto tiene que ser una gran producción para que se haga bien. No se puede hacer con un presupuesto modesto”, anticipó Sacanell a Variety.com.
El portal de noticias recoge una opinión de Ortega carente de fundamento: “Se sentía atraído inexplicablemente hacia los marginados. Cuando era niño le cantaba a los desamparados, a los policías cuando lo arrestaban a él y a otros presos de la cárcel de Ushuaia (…). Realmente fue descubierto por la mafia de Abasto que lo obligó a robar y luego convertirlo en el cantante oficial en sus bares. Sus canciones hacían las delicias de matones, degolladores. Había algo casi criminal, pero también sobrenatural en su voz”.
Más allá de que la idea de cantarle “a la policía y a otros presos” solo puede interpretarse como una ficción útil a los intereses de la narrativa, carece de veracidad la afirmación de que Gardel estuvo preso en Ushuaia, cárcel que fue erigida en 1902 y desactivada en 1947 y que fue construida para presos de alta peligrosidad. No existe absolutamente ninguna constatación documental que acredite este episodio. La versión tomó cuerpo a partir de un artículo periodístico de Tabaré J. Di Paula, publicado en la revista Todo es Historia de julio de 1969. Se basa en un testimonio oral y una tarjeta postal dedicada a un tal “Sr. Villanova” (presumiblemente el Teniente Eduardo Villanova, quien estuvo encarcelado entre 1905 y mayo de 1906), con una serie de firmas, entre las cuales hay una suscripta como “C. Gardel” y fechada en 1907, cuando Gardel tenía no más de 17 años y además, aun firmaba sus documentos como Gardes.
Por otro lado, no existe documento alguno que certifique que Gardel haya cantado para la mafia ni mucho menos «obligado a robar», como sostiene el realizador de la miniserie.
Tampoco suena muy feliz la frase «sus canciones hacían las delicias de matones, degolladores». Gardel grabó más de 1500 versiones entre 1912 y 1935, desarrolló meteóricamente la industria del disco, acompañó el nacimiento del cine sonoro, rodó cuatro películas en Francia y otras tantas en Long Island, Estados Unidos (no en Hollwyood), ostenta monumentos en más de 35 naciones del mundo, fue un suceso extraordinario en teatros y locales nocturnos de España y Francia. Además de hacer las delicias de matones y degolladores, es altamente probable que haya conquistado otros miles de seguidores que aun hoy mantienen viva la admiración por su canto.
Luis Ortega es hijo de Palito Ortega, ídolo de la canción popular y hederero de una colección privada de objetos y discos inéditos de Carlos Gardel que le fuera legada por Ireneo Leguisamo que jamás fue exhibida en público.
Charles Romuald Gardes (quien tomaría hacia 1912 el nombre artístico de Carlos Gardel) nació el 10 de diciembre de 1890 en el Hospital Saint Joseph de la Grave de Toulouse, Francia, de acuerdo al acta de nacimiento de la clínica. Aunque convencionalmente se toma como legítima la fecha del 11 de diciembre, a partir de que esa es la consignada en sus distintos documentos a lo largo de su vida y que se repitió insistentemente a través de centenares de publicaciones. Y ya se sabe que una mentira repetida muchas veces termina convirtiéndose en verdad.