La inédita Como el viento, de Raquel Ruiz y El maestro, de Cristina Tamagnini y Julián Dabien –estrenada en mayo de 2020- integran la Competencia Argentina de la 8ª edición del Festival Internacional de Cine sobre el Trabajo Construir Cine 2021 festival organizado por Construir TV y la RED Social UOCRA que se presenta en forma gratuita en cinco sedes online (Construir Cine, Contar, Lumiton, Octubre TV y Vivamos Cultura) y que concluye el sábado 29.
Raquel Ruiz cursó psicología, antropología, comunicación social y fundó Talismán, una productora familiar. Como el viento es la historia de Mara, una mujer criolla y gitana a través de la cual conocemos sus costumbres y la contradicción que se genera cada día entre los viejos gitanos y las nuevas generaciones.
Cristina Tamagnini es licenciada en Cine y TV de la Universidad de Córdoba. Fundó la productora Caschi Cine. Ambas presentan historias sobre comunidades y trabajadores. El maestro pivotea sobre Natalio, un apasionado profesor de pueblo que debe enfrentar a la sociedad y al entorno por rumores sobre su homosexualidad.
-¿Cómo llegaron a plasmar El Maestro y Como el viento?
Cristina: El maestro tiene una larga trayectoria antes de su concreción: el proyecto fue ganador del concurso Raymundo Gleyzer de 2014. Pasó por diferentes instancias hasta que en 2018 pudimos filmarla.
Raquel: Como el viento es un documental con un gran trabajo de cuatro años de preproducción, porque es una película sobre la comunidad gitana y la comunidad es muy especial en el momento de abrir la puerta de tu corazón. Recién comenzamos a filmarla cuando encontramos en ellos una buena historia.
-¿Qué sabían de Construir Cine hasta el momento de presentar sus películas?
Raquel: En mi caso, nada. Conocí el festival este año. Me puse a investigar y a ver las películas y me quedé sorprendida de una manera espectacular. Por la programación, las charlas y la cobertura en los medios. Sorprendida y sobre todo, agradecida por poder participar en la competencia. ¡No sé por qué no tenía datos de este festival en la Argentina!
Cristina: Me pasó lo mismo. Lo conocí a instancias de haber quedado seleccionados con El maestro. Y me encontré con la calidez y el entusiasmo de los productores del festival, su interés por la película, la cantidad de pantallas que multiplican las posibilidades.
¿Tenían expectativas de entrar en la competencia?
Raquel: Con Como el viento venimos como sorprendiéndonos. Porque es una película difícil, rara. Nosotros nos propusimos romper con el estereotipo del gitano, de lo que está en la cabeza de todo el mundo. Eso puede ser malo a los fines de llegar a los festivales. En mis documentales usualmente manifiesto bastante mi punto de vista y trabajo con mucha música, algo que no es muy usual en el género. Me gusta mucho emocionar desde la música, y eso va en contra de la regla del documental típico. Nunca tengo mucha confianza en entrar en festivales. Por eso me da una gran alegría participar en Construir Cine. La participación llega un mes después de un premio que tuvo la película entregado por la Asociación Gallega de Antropología (AGANTRO) en la Muestra Internacional du cinema Etnográfico, a la Excelencia Antropológica.
Cristina: Veníamos de un recorrido en muchos festivales de temática LGTB. Por eso fue una sorpresa muy grata haber sido seleccionados, por la temática que reúnen sus películas. El Maestro está narrada desde nuestra perspectiva, exterior a la condición sexual de él. La película se centra en la mirada del otro y la construcción del prejuicio en torno a aquello que desencaja con el orden establecido y el deber ser. Habla más de nosotros mismos que de lo que el propio maestro es o debe ser para nuestra sociedad.
–Las dos películas tienen un fuerte contenido social. Hablan de desarraigo y de discriminación. ¿Tienen proyectos que vayan en esta línea?
Raquel: Estoy trabajando con otro tema poco abordado, con un equipo de antropólogas fenomenal: la menopausia. Lo abordamos desde el lugar de cómo el patriarcado se apropió del cuerpo de las mujeres y decidió (entre comillas, pero de alguna forma fue así) que esta etapa fuese patologizada, medicalizada. Nuestra propuesta es naturalizar esta etapa, entre los 45 y los 55 años, en la que en muchos casos se vuelve una pesadilla: ver qué les ocurre a las mujeres, qué pasa con su erotismo, con sus visibilidades.
Cristina: El maestro fue nuestra ópera prima en la productora. Tengo una carga emotiva particular con la película, porque además de haber escrito el guion con Julián Dabien, el codirector, el protagonista encarna a mi maestro en la primaria. Actualmente cambié de género y estoy trabajando con proyectos documentales, con comunidades wichi de Salta y un documental sobre la música de Salta invisibilizada por otros géneros a finales del siglo pasado. Casi todos nuestros proyectos están orientados hacia el tema social.
Julia Montesoro