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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Yayo Ekdesman coprotagoniza «El universo de Clarita»: «Con Tomás Lipgot nos apasiona la divulgación de la astronomía»

Daniel Yayo Ekdesman es licenciado en comunicación social, profesor universitario, tallerista social, carpintero y aficionado a la astronomía, lo que le permitió hace diez años crear Proyecto Miradas junto con Sofía Méndez. Ambos son los protagonistas adultos de El universo de Clarita, el documental de Tomás Lipgot cuya intérprete central es la adolescente Clara Micheletti, y que se presenta en Cine.ar durante ocho semanas partir del jueves 26 de mayo.

-¿Cómo fue tu acercamiento a Tomás Lipgot, en qué circunstancias lo conociste?

Hace unos seis años volvíamos a Rosario con Sofía de un viaje por América, con la excusa de la astronomía, y poco tiempo después recibimos un llamado de Tomás. Nos contó que estaba buscando “un” personaje de ciertas características, y que en el Planetario de Buenos Aires nos habían recomendado porque nosotros trabajábamos con chicos y chicas. ¡Nos parecía increíble que se hubieran fijado en nosotros!

Enseguida pegamos mucha onda: Tomás es un tipo muy democrático, que le interesa mucho tu opinión. Incluso hablando de cosas que uno no conoce, como el cine. También por eso nos enamoró el proyecto.

-¿Ya tenían in mente a Clarita?

No. Cuando volvimos a Rosario golpeamos muchas puertas para hacer los talleres. Ese mismo año trabajamos en instituciones psiquiátricas, cárceles, plazas, escuelas, centros barriales. Había cuatro o cinco chicos que se acercaban a ese perfil. Hasta que apareció Clarita en uno de los talleres nocturnos. Y lo llamamos enseguida: aunque estaba por encima de la edad que él pensaba inicialmente, habíamos encontrado al personaje.

-Además de esa búsqueda, ¿en qué medida contribuyeron con Sofía a construir la historia que finalmente toma forma en la película?

A nosotros nos apasiona la divulgación de la astronomía, y coincidimos con Tomás en cierta mirada pedagógica e ideológica que tiene que ver con sacar de esta vitrina sánscrita a la astronomía, como ciencia de acceso elitista y de cierta ciencia incuestionable estática. Coincidimos no solamente en popularizar la ciencia en términos cuantitativos, sino en la posibilidad de cuestionarla, manipularla, de que sea una ciencia subjetiva sensible a la singularidad de cada persona. Tomás logró mostrar un trabajo científico pero más sensible, humano, atractivo y no aburrido. Mirar el cielo a través de los ojos de una chica de barrio para mí es la mayor maravilla de la astronomía.

-La sensibilidad es lo que permite tener esa mirada que encarna un chico pero que atrae al adulto.

Tomás no elige el tema al azar o porque sea un tema vendible –justamente no lo es-, pero le agrega valor porque elige contarlo a través de los ojos de una chica. No es casual. Al viajar por el país, también pudo retratar estos abordajes astronómicos que van desde la parte más dura -o más técnica-, hasta la parte más espiritual o ritual o emocional.

-Vos conocías a Clarita. ¿Qué viste en ella pensando en su forma de ser y su aptitud histriónica para protagonizar una película?

No teníamos otro vínculo con ella que los talleres que hacemos. Nos encontramos con una persona curiosa, extrovertida, simpática, compatible con el perfil que buscaba Tomás. Después conocimos a la familia: gente laburante, muy humilde, con mucha sensibilidad social. Y se armó una química interesante, porque Tomás los incluyó en la película, así como nos incluyó a Sofía y a mí.

-¿Qué descubriste en El universo de Clarita?

Que el cine puede mostrar un salpicado de todas las astronomías posibles. Cuando participamos en foros o espacios de astronomía muchas veces se suele dejar de lado lo subjetivo: las astronomías locales, las ancestrales. En nombre de la ciencia se desconocen otros saberes y hay una tensión permanente. Y me parece que es un debate interesante para entrar en términos científicos y hasta ideológicos y pedagógicos.

Cuando laburamos en los talleres nos enfocamos en eso. Un docente puede decir: “hay que mostrarle cuántas lunas tiene Saturno o la composición química de una estrella”. Y yo digo que en esa hora de contacto con los pibes y pibas hay que volarle los pelos, despertarles interés. Después, que cada quien que lo aborde para el lado que quiera.


Julia Montesoro

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