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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Vanessa Ragone produce una serie sobre el Archivo de la Memoria Trans

Desde su rol de productora, Vanessa Ragone está al rescate del Archivo de la Memoria Trans, cuyo resultado se verá reflejado en una serie que comenzará a rodarse en enero. No es el único proyecto: también está trabajando en Bitácoras, serie dirigida por cinco mujeres. La exitosa showrunner de Carmel tiene en mente otro proyecto para Netflix con el realizador Alejandro Hartmann y además, una producción para Warner. Si hay pandemia, que no se note.

-¿En qué consiste el proyecto de serie documental sobre el Archivo de la Memoria Trans?

Serán cuatro capítulos de 15 minutos dirigidos por Agustina Comedi y Mariana Bomba. Esperamos rodar en enero, con la intención de tenerlo al aire en marzo o abril. El proyecto comenzó a partir de una muestra digital del Archivo de la Memoria Trans organizada con la cámara de Diputados. Eso despertó el interés de algunos diputados y diputadas para que se conociera más. Entonces nos contactó el canal Encuentro. Con Agustina y Mariana ya había un vínculo con el tema, porque estamos trabajando juntas en un proyecto sobre Lohana Berkins.

-¿Cómo será la estructura de los capítulos?

Cada guion tiene una temática que también está en el archivo. La fiesta es una temática; el viaje y el exilio son otras. Hay historias de vida impresionantes, poco conocidas, de personas que tuvieron que hacer un recorrido muy complicado para poder llegar a ser quienes son hoy y para poder luchar por su identidad. El archivo hizo un rescate extraordinario: es una institución muy valiosa, horizontal y organizada por las propias chicas trans, con algunas compañeras feministas también. Emociona ver lo que han podido recuperar de una vida que podría estar hoy olvidada. Todos sabemos los grandes problemas que hay con los archivos en general; mucho más con el archivo de identidades. Yo tengo una historia de trabajo con comunidades aborígenes y cualquier identidad no dominante está muy pedida en el registro de nuestro país. Ese rescate que han hecho las propias chicas es extraordinario, y nuestro plan es ponerlo en valor.

-Al mismo tiempo estás trabajando en Bitácoras creativas.

Se trata de cinco ensayos realizados por directoras muy importantes de Argentina: Julia Solomonoff, Laura Citarella, Albertina Carri, María Alché y Natalia Smirnoff. Son sus bitácoras de este año, su visión acerca de la pandemia en relación a su actividad y su rol como directoras, mujeres, madres y amigas. Cada una encaró el proyecto de manera personal y ensayística. Estamos en la etapa de posproducción. Es una serie desarrollada y pensada para Contar que saldrá el año próximo, cuando la plataforma lance su nueva programación.

-Después de Carmel, ¿cómo sigue el vínculo con Netflix y con Alejandro Hartmann?

Hay una película documental con Alejandro y Netflix en proceso de desarrollo. Es sobre un tema muy trascendental en la historia argentina. Trabajar con Alejandro fue genial, y a partir de esa experiencia pensamos en seguir generando proyectos juntos. Por los buenos resultados de Carmel y la muy buena relación que tuvimos con el equipo de documentales de Netflix les presentamos este nuevo proyecto y les inteesó.

Antes de estrenarla, ¿advertías que Carmel podía ser un éxito? ¿Qué explicación le das?

El formato funcionó. Por el tipo de contenidos de la plataforma, fue exitoso. No solo en Argentina: también en otros países. Eso me llamó la atención porque es un caso muy nuestro. Lo que no esperaba fue la repercusión social. Lo que pasó en redes sociales fue un poco shockeante. Se armó una polémica muy intensa. Se dijeron muchas cosas, algunas muy hirientes sobre personas que están en el documental. No creí que se pudiera encender así otra vez esa mecha. Evidentemente el tema sigue siendo muy candente en nuestro país.

-Otro proyecto en desarrollo es una coproducción internacional de una ficción basada en una novela policial que fue best seller en Argentina. ¿De qué se trata?

Estamos cerrando un acuerdo para desarrollar un proyecto de ficción para Warner Media, que será para cines y eventualmente después para HBO +. El propio autor de la novela será el guionista junto con una mujer. Aunque me encanta todo lo que hago, hace tres años que no hago una película con una producción grande, con un elenco importante. Comenzaríamos a rodar a fines del año próximo.

-Hace unos días, la Cámara de la Industria Cinematográfica, que vos presidís, inauguró la modalidad de premiar a la industria. ¿Cuál es el objetivo de establecer estos premios?

Nos pareció muy importante premiar la labor de una empresa cinematográfica. Tiene que ver con nuestra concepción del cine y de lo audiovisual como industria, no solo como un sector de la cultura sino como un sector industrial. Nuestra idea fue lanzar el premio este año, que fue un año difícil: quienes producimos desde empresas tuvimos un peso muy grande en el sostenimiento de nuestras estructuras, con esa cantidad de gente, ese equipo. Nos pareció que ameritaba premiar y celebrar el esfuerzo hecho por la figura de un productor o una productora. Y también revalorar su función, que tiene que ver con mantener una estructura legal, financiera y económica. Todas esas razones nos llevaron a pensar el premio y a dárselo a quien consideramos este año el productor más exitoso (por decirlo de alguna manera). Juan Pablo Miller es un gran trabajador, con dos películas a las que por diversas razones le ha ido muy bien. Una es nuestra candidata para representar a Argentina en los Oscar.

-¿Con qué panorama se van a encontrar para premiar a la producción 2020?

No lo sé… ¡Ojalá lo supiéramos pronto! Hay pocas películas en rodaje; algunas se están terminando y son del año pasado. Se están rodando series o productos para plataformas o canales de TV. Los rodajes son más complejos en relación a la posibilidad de contagio. Es muy difícil garantizar que no va haber contagios, y un rodaje que se interrumpe es un desastre en lo humanitario, lo económico y en todos los sentidos posibles. Yo no veo un gran panorama, porque es una actividad difícil de retomar y no tenemos tampoco mucha claridad respecto al financiamiento.

Yo no dejé de trabajar, más allá de mi rol como Presidenta de la CAIC. Pero estoy brindando servicios para terceros: series para Contar y para Encuentro; Carmel para Netflix y una película para Warner. Mi preocupación es que no estamos trabajando para proyectos argentinos. Si no se revierte, nuestra cinematografía se va a ver muy perjudicada. Hay reactivación, pero tiene que ver con dar un servicio o generar contenidos para lo que otros piden. Eso es muy distinto a lo que estamos acostumbrados, que es hacer nuestras películas y luego llevarlas al mundo. Hoy es difícil pensar en una película sin tener detrás a un gigante, porque arrancar un rodaje implica el riesgo de parar. Y para eso hay que tener espalda financiera.

-El 16 de marzo se abrieron las salas por última vez. ¿Qué creés que falta para volver a abrirlas?

Convicción de los exhibidores de que no van a perder dinero. Eso es muy difícil, porque el aforo es muy pequeño por ahora. Las salas al 100% van bien, al 50% más o menos y al 30% no sé siquiera si les dan las cuentas. Es difícil pensar cuándo van a abrir, no me parece que estén deseando hacerlo manteniendo su estructura sin correr el riesgo de que además habría que reformar las salas.

Me da la sensación de que hasta que no haya una certeza más grande acerca de la vacuna y sobre cómo evoluciona en el resto del mundo, no volverán a abrir. Y mucho más difícil será que haya películas argentinas. Si se abren será para películas que lleven muchos espectadores y que se aseguren de recuperar el 30% en el que van a invertir.

Julia Montesoro

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