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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Lucía Puenzo, entre el estreno de «La jauría» y proyectos en México, EE.UU. y la Argentina

Lucía Puenzo dirigió La jauría, la serie producida en Chile que se conocerá el próximo viernes 10 de julio por Amazon, basada en historias reales sobre abusos sexuales a menores. Al mismo tiempo, tiene postergados proyectos para filmar en la Argentina, Estados Unidos, México y también en Chile, donde está previsto que en septiembre retome la dirección de la segunda temporada de la serie.

De esto y otras cosas dialogó con GPS audiovisual (el audio original es de la entrevista realizada en el programa del 24 de junio de GPS audiovisual radio).

-¿Cómo llegó a vos el proyecto a vos el proyecto de La jauría?

Me llamaron de Fábula y me propusieron armar un equipo con escritores y directores chilenos para dirigirla. La filmamos hace un año y medio, íntegramente en Santiago.

-¿Sobre qué elementos de perspectiva de género decidiste trabajar?

Cuando me llamaron tenían solamente el puntapié inicial: un escuadrón de policías y detectives especializados en crímenes de género. Por otro lado, les interesaba trabajar en casos como violaciones grupales (como “La manada” en España) y también en juegos en redes, como “La gallina azul” en Rusia, que básicamente están organizados por adultos que hacen jugar a menores de edad con pruebas cada vez más terribles, que van cruzando todos los limites hasta terminar en un crimen sexual, habitualmente en grupo.

Juntando todos estos elementos, quise traer a la serie como protagonistas a un grupo de chicas muy jóvenes, muy similares a las jóvenes que acá y en todos los países de Latinoamérica tomaron las calles, y que son las grandes protagonistas de los últimos años en relación a estas batallas que está dando el feminismo.

-¿Qué se movió dentro tuyo, al ser una serie tan cercana a los riesgos a los que estamos expuestas las mujeres?

Fue notable -y muy movilizador- cómo estaba dialogando todo el tiempo con los crímenes de género que estaban pasando en ese mismo momento en distintos lugares de Latinoamérica. Estábamos manejando un material vivo. Fue escrita hace dos años y medio, cuando se impuso el pañuelo verde. La serie es tremendamente visceral. El elenco es muy joven, y para muchas fue su primer trabajo audiovisual. Sus personajes son muy conmovedores, muy guerreras.

-No es tu primera experiencia en series: habías rodado Cromo en 2015 y más recientemente, la segunda temporada en Ingobernable en Colombia. ¿Qué tuviste de aprender del lenguaje de las series que no tiene el del cine?

En el caso de Ingobernable, me llamaron como directora invitada: era una maquinaria más industrial. Las demás series son bastante más similares a mis películas, porque tienen un corte autoral, son mucho más personales. Están más cerca de nuestro cine porque están conducidas por un director o por un grupo de directores, con menos incidencia de los productores. Esto acerca más a cómo hacemos nuestras películas. El sentido de escritura de una serie tiene más que ver con el de una novela: es más digresiva, tiene más subtramas. Solamente tienen más tiempo de realización: tres o cuatro meses de rodaje y un año de escritura.

-Tenés desarrollado el proyecto de Los impactados, cuya trama gira en torno a una chica que es golpeada por un rayo durante una tormenta. ¿Cuál fue el inicio de esa historia? ¿En qué estado se encuentra actualmente?

La empezó a escribir una amiga muy cercana, la artista plástica Lorena Ventimiglia. Es fanática de los rayos y de las historias de los sobrevivientes. Empecé a escribirla con ella para ayudarla, y en algún momento me propuso que la dirigiera. Es la historia de una joven veterinaria que asiste un parto de una vaca en un campo y la impacta un rayo. Despierta seis meses después de un coma inducido en un hospital. Está totalmente transformada, con el pelo blanco y una figura de Lichtenberg, la cicatriz que es característica de los sobrevivientes de los rayos. Esa cicatriz, que le afecta los vasos sanguíneos y le atraviesa el cuerpo, con una serie de secuelas físicas, la termina llevando a un grupo de impactados, sobrevivientes. Cuando se pueda, la comenzaré a rodar. Pero antes hay un proyecto en México…

-¿De qué se trata? ¿Cómo llegaste allí?

Es una historia real tremenda de una serie de abusos que hubo durante muchos años en el equipo olímpico de natación de México. Las deportistas denunciaron a su entrenador de toda la vida. Fue un caso tremendo, que sacudió a todo México. Fueron décadas de abusos a nadadoras, tanto jovencitas como muy grandes. La primera versión del guion me la acercó la actriz mexicana Karla Souza, Escribimos las siguientes versiones con Tatiana Mereñuk, con la ayuda de ese grupo y los testimonios de las deportistas. Es una coproducción entre México, Estados Unidos y Axel Kuschevatzky, de Infinity Hill.

En los primeros meses del año se anunció que rodarías Losing Clementine, que tendría como protagonista a Jessica Chastain. ¿En qué estado se encuentra?

Seguramente es el primer proyecto que voy a hacer. Estaba a punto de volver a filmarlo: había vuelto de filmar en Italia y cuando iba a viajar a Estados Unidos para preproducirlo, empezaron a cerrar las fronteras. El protagonista masculino será Edgar Ramírez. Es un guion precioso, adaptación de una novela genial de una escritora norteamericana joven, Ashley Ream. Gira en torno a una mujer joven bipolar. Si te contara la sinopsis parecería un drama. Pero por el tono en que está escrito es una tragicomedia desopilante, dramática pero llena de humor. Ella cree que ha decidido morirse, pero se da cuenta de que en realidad quiere vivir. En el interín le pasan cosas insólitas. Es muy intimista, de pocos personajes y hermosa visualmente. Como me gustan a mí: una historia de personajes y peripecias.

-¿Qué representa la posibilidad de trabajar fuera de la Argentina permanentemente?

Hasta ahora tuve buenas experiencias. Me llevé amigos de todos lados. Y aprendo. Voy conociendo gente en el camino, que después se va sumando al equipo. Todos mis equipos tienen técnicos de diferentes países de América Latina. Siempre viajo con Nicolás Puenzo (como director de fotografía) y Marcelo Chaves (director de arte). Y la posproducción la hago en la Argentina.

-Muy poco tiempo atrás se conoció tu nominación al Premio LiBeraturpreis, de la Feria del Libro de Frankfurt, por tu novela Los invisibles. ¿Surgió como novela o como guion?

Los invisibles hizo un camino muy particular. Primero fue un cortometraje que filmé, creo, en el último año del CERC (la actual ENERC). Esa idea me quedó dando vueltas mucho tiempo. Años después, me enteré de una red de policías argentinos y uruguayos que cruzaban chicos por la frontera de Carmelo. Enganchaban menores en Constitución y en Once para robar en los veranos en Uruguay. Empecé a escribir mezclando el corto, la noticia y otras cuestiones. Hizo camino inverso del cine: nació como película y se convirtió en libro.

-¿Lo ves factible como película?

¡Sí! Me gusta como destino de largometraje. Y además conozco bien esa geografía. Pero preciso volver a tener tiempo para escribir. Y filmarla algún día.

-A propósito de la falta de tiempo, ¿cómo compatibilizás tus tiempos de rodajes y viajes con los de la escritura?

Escribí una novela durante el primer año de vida de mi hija Nina, que ahora tiene 3 años y medio. En ese momento no quería filmar ni moverme. Después entré en el ritmo de los rodajes, escrituras de guiones y series, y no volví a escribir literatura. Es una cuestión de ser mamá de una nena chiquita. Algo se cayó de la ecuación diaria y hay que reordenarlo. Pero ojala que pronto pueda hacerlo.

-¿Durante la cuarentena tenés tiempo para la escritura?

¡Olvidate! En cuarentena somos maestras jardineras.

Julia Montesoro

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