Las circunstancias favorables le permitieron a Mía Maestro volver a filmar para una producción argentina: por un lado, el reencuentro con su amigo, el director Lucio Castro -quien la convocó para su ópera prima, Fin de siglo, estrenada el 6 de febrero-; por otro, la posibilidad de que su participación fuese lo suficientemente breve y acotada como para retornar rápidamente a California, donde vive y planifica sus trabajos.
Pero aunque se trata de una producción nacional, el rodaje se realizó en Barcelona, con lo cual quedó trunca la posibilidad de filmar en su propio país, algo que no ocurre desde hace quince años.
De su carrera, su desdoblamiento como productora, su experiencia con Harvey Weinstein y su inminente retorno a la Argentina para filmar, Mía Maestro dialogó en forma exclusiva con GPS audiovisual radio.
-¿Qué te atrajo de la propuesta de Fin de siglo?
Soy íntima amiga de Lucio Castro desde los 14 años. Me gustó la idea de ser dirigida por alguien que me conoce tan intrínseca e íntimamente. Escribió el guion en muy poco tiempo y cuando me lo mandó me pareció maravilloso y quise participar. Filmamos en Barcelona con una producción muy simple y creativa. Fuimos cinco o seis personas, nada más, con muy pocos días de rodaje: yo filmé un día y medio. Es uno de esos proyectos soñados, porque de esa manera estás más cerca de los otros actores y del director. En el cine independiente, al no rehacer las escenas muchas veces, de alguna manera uno tiene que traer lo mejor de uno desde el primer momento.
-Filmaste unas pocas escenas: es un rol pequeño pero decisivo, porque sos quien hace replantear a la pareja masculina su propia manera de vivir el amor.
Ella es como el nexo entre los dos personajes que se van encontrando a través del tiempo. Y también es la energía femenina dentro de la película. Creo que aunque es chiquitito, como somos nosotros tres, tiene su importancia. Así como la música, que también es un hilo conductor. Y Barcelona, que es el cuarto personaje.
-¿La posibilidad de cantar fue una idea tuya?
Lo decidió Lucio. Conoce mi carrera de cantante desde siempre: a los 14, 15 años, nos veíamos y yo después me iba a mis clases de canto. Actualmente estamos trabajando en una nueva película, que escribió para mí y que estamos produciendo juntos, en la que soy la protagonista y también tiene un par de escenas de canto.
-Actuás, bailás, cantás, ¡también producís!
Me interesa probar otras cosas y está muy ligado a mis otras actividades. Empecé hace un par de años, con un documental con National Geographic llamado Interview Okabango, acerca del delta del Okabango en Botswana, Angola y Namibia. Me gustó muchísimo producir: después de la película de Lucio tengo un par de proyectos más, para este año y el que viene.
-En los últimos años, en la Argentina y el resto del mundo hubo un movimiento multitudinario de la revalorización del rol de la mujer. Sos la única argentina que vive y trabaja con continuidad en Los Angeles. ¿En qué momento personal estabas cuando surgió el #MeToo?
Fue una gran revolución increíblemente positiva para todas las mujeres del mundo. Me emociona ver luchar por derechos básicos que no hemos tenido y todavía no tenemos. A nivel laboral, en Estados Unidos hay más directoras mujeres, diferentes roles para las mujeres del cine y del teatro. En la industria cambió muchísimo la actitud. También en la Argentina, aunque todavía hay muchísima violencia, domestica y también en las leyes. No puede ser que no sea legal el aborto.
-A partir del #MeToo comenzaron a visibilizarse historias de abusos. El nombre más impactante de la industria es el de Harvey Weinstein, que fue productor de Frida (dirigida por Julie Taymor, con Salma Hayek y Ashley Judd, estrenada en 2002). ¿Cómo fue tu trato con él?
Hicimos Frida y luego también distribuyó Secuestro express, la película dirigida por Jonathan Jakubowicz que filmé en Venezuela. Venía a visitarnos bastante cuando estábamos filmando con Salma en México. Por suerte no tuve ningún problema con él, pero siempre, tanto Salma o Ashley me cuidaron muchísimo. Yo era más chica que ellas y estuve muy protegida: nunca estuve sola con él. Mis representantes también sabían el tipo de actitud y de abuso que Harvey tenía con cierta gente y me cuidaron muchísimo.
-¿Te vista expuesta en este tipo de acciones por otros Harvey Weinstein?
La verdad es que tuve mucha suerte: nunca tuve una situación agresiva, de abuso o de acoso. Si, por supuesto, situaciones muy sutiles.
-Escuchándote, pensaba cómo muchas mujeres naturalizamos tener que decir “por suerte”.
Sí, porque es algo muy común. Algo sutil es una situación que ocurre todo el tiempo…¡ayer mismo! Las mujeres nos hemos acostumbrado tristemente a cosas que no deberían ser. Igualmente se notan los cambios: la gente está un poco más atenta a no ofender, a tener como más claras las intenciones.
-Pasaron 22 años de tu debut en Tango. ¿Qué pensabas en 1998 que iba a ocurrir con tu carrera?
Lo que siempre soñé es seguir trabajando, tener continuidad. Si veo eso 22 años hacia atrás, lo que soñé sucedió: trabajé con directores que admiro muchísimo, con grandes actores. Hice proyectos grandes, medianos y chicos. Y todavía me emociona expresar una historia a través de mi cuerpo, poner mi voz al servicio de una idea o de un director. Cada vez que apagaba las velas en un cumpleaños pedía seguir trabajando en buenos proyectos.
-La última vez que filmaste en la Argentina fue hace 15 años, curiosamente dirigidas por mujeres: La niña santa de Lucrecia Martel y Las mantenidas sin sueños, de Vera Fogwill. ¿Te siguieron llamando?
Fueron dos experiencias hermosísimas. Trabajar con Lucrecia fue un honor. Y Vera es una gran directora de actores: siempre estuve esperando que hiciera una segunda, una tercera película.
Sí, me convocan siempre. Me llaman entre una y tres veces por año. Pero si estoy haciendo televisión en Estados Unidos me resulta complicado.
-¿Y ahora? ¿Por dónde pasan esos buenos proyectos?
No puedo decir qué es, pero estoy por volver para filmar en la Argentina. El año pasado hice una película en Italia, hablada en italiano, y me dieron muchas ganas de volver a filmar en español. También para estar cerca de mis padres y mis amigos. Se va a estrenar en un par de meses: tengo que empezar a hacer prensa. Al mismo tiempo estoy trabajando en la producción de la película de Lucio. Luego hay una película muy distinta en Chile: se trata de un proyecto que estamos trabajando hace dos años, dirigida por Francisca Alegría.
-¡Volvés a flmar en la Argentina! ¿Película o serie?
Mmm…No puedo decir nada.
Julia Montesoro
Foto principal: Urko Suaya (gentileza Mía Maestro)