Sebastián Cardemil Muchnik, cineasta, escritor, licenciado en enseñanza de artes audiovisuales de la Universidad de San Martín (UNSAM) y profesor de cine y literatura, acaba de lanzar su nueva novela El cine de Oribe. “Me interesó hablar de un director de cine y de su obra porque de algún modo yo soy –o fui-, uno de ellos y conozco de cerca el oficio y la mirada sobre el mundo que otorga dedicarse al cine”, detalló en una entrevista con GPS Audiovisual.
El Cine de Oribe narra la historia de un crítico de cine que va conocer una estancia en el medio de la provincia de Buenos Aires. El director de cine, quien renunció a casi todas sus obligaciones, se refugia junto a su hija Luján en esa locación para escribir un libro sobre las películas de Oribe. Poco a poco conoce los pormenores de su vida, la familia y las circunstancias que rodearon la realización de cada uno de sus filmes. En esa búsqueda se enfrenta a una serie de misterios que cambian la estadía en un viaje diferente donde la realidad y la ficción se mezclan y es casi imposible distinguirla.
“El cine de Oribe cuenta lo que ocurre cuando conocemos personalmente a alguien a quien admiramos, alguien que hasta ese momento solo conocíamos a través de su obra, y que por diversas circunstancias de la vida, ahora debemos enfrentar. A partir de entonces, todo son preguntas: ¿Qué vinculación hay entre un artista y su obra? ¿Podemos conocer al artista a través de su obra? ¿Cuánto de ese artista hay en cada una de sus obras? ¿Es –o puede ser-, independiente la obra de su creador? En definitiva, el misterio del arte es tal que resulta insondable (y por suerte y mejor que así sea, ya que ahí reside su fascinación y encanto), y el protagonista de la novela llegará a esta conclusión a través de su propia experiencia”, sintetiza.
Cardemil Muchnik detalla que el título de la novela “recuerda a aquel otro de ‘El crimen de Oribe’, película de Leopoldo Torre Nilsson sobre el cuento ‘El perjurio de la nieve’ de Adolfo Bioy Casares. El relato de Bioy narra el viaje de un periodista a un solitario paraje en la Patagonia donde conocerá a un poeta, Oribe, a partir del cual se desencadena un misterio que tendrá su resolución en clave fantástica”. El autor señala que hay “citas, homenajes, reescrituras –y por qué no, plagios-” en su obra y por eso el vínculo con el título.
El cine de Oribe es una novela de personajes solitarios y desesperados, arrojados a un mundo que parece no tener lugar para ellos, de la editorial Autores de Argentina, que se vende en librerìas y online.
-Elegiste una temática no tan abordada como una novela sobre un cineasta. ¿Qué te llevó hacerlo? ¿Qué te impulsó?
Me interesó hablar de un director de cine y de su obra porque de algún modo yo soy –o fui-, uno de ellos y conozco de cerca el oficio y la mirada sobre el mundo que otorga dedicarse al cine. Por tanto se trababa de hablar, no tanto de mi, sino sobre algo que conozco bien y que forma parte constitutiva de mi vida.
También entiendo que hay pocas o ninguna novela sobre el tema, así que en todo caso, se trataba de aportar una mirada desde dentro, de alguien que ha hecho cine y conoce y sabe lo que esto significa, y no de alguien que lo ve desde afuera (con los pro y los contra que esto pudiera significar).
-¿Cuánto tiempo llevó la escritura?
La escritura propiamente dicha de la novela me tomó cerca de un año, aunque por supuesto, venía pergeñándola hace quién sabe cuanto tiempo. Las ideas nos dan vueltas en la cabeza durante años, hasta que ocurre algo, generalmente indescifrable e incognoscible, que hace que nos pongamos en marcha y la saquemos afuera.
-Al tener en tus manos la obra finalizada, ¿sentís que te representa? ¿Por qué?
Sí, siento que, con sus virtudes y defectos, la novela me representa, como cada cosa que he hecho a lo largo de mi vida. De ahí a estar satisfecho con el resultado hay un universo. Con el tiempo me he resignado a que ser lo que soy y no me queda otro remedio más que aceptarlo, y aceptar cada cosa que hago, sean novelas o películas, como se acepta a un familiar, a una pareja o a un amigo.
-¿Qué aprendiste en el proceso de realizar el libro? ¿Qué no volverías hacer?
Como me pasa con cada cosa que escribo, el aprendizaje tiene que ver más que nada con el oficio de escribir: cómo conviene narrar esa historia, quién es el narrador, qué estilo utilizar, qué punto de vista, cómo estructurar la novela, etcétera. Cuestiones que hacen al oficio de escribir y que no son cuestiones menores. Podría pensar que convivir con esos personajes durante tanto tiempo, y en ese espacio tan solitario y abandonado del mundo como es la estancia de Oribe, me permitió –me obligó-, a pensar y repensar sobre mi propia condición de cineasta y escritor.
No sabría decir qué no volvería a hacer, si podría asegurar que sí volvería a escribir otra novela, que de hecho estoy haciendo («Vida y obra de J. M. Faur», que se edita en 2025), para corregir –o intentar corregir-, los errores cometidos y cometer otros nuevos, quizás mayores. Pero esa será otra historia.
Claudio Marazzita