El sábado 1 de octubre se estrenó Cocanis, camino al carnaval, documental dirigido por Fabián Duek, con la participación de “Charo” Flores, Alejandra Barriga, Rolando Barrientos, Willy Flores Orozco. Se exhibe en el Centro Cultural San Martín. Sarmiento 1551, con funciones durante todo octubre los jueves y viernes a las 19 hs. y los sábados y domingos a las 17 y 19 hs.
Filmado entre octubre de 2019 y marzo de 2020 en Buenos Aires, Argentina y Oruro, Bolivia, revela la rica historia detrás de una de las celebraciones más antiguas y populares del pueblo boliviano: el carnaval de Oruro.
Rosario, conocida como Charo, inmigrante boliviana en Buenos Aires, forjó una nueva vida en esta ciudad pero se siente fuertemente unida a sus raíces, a su cultura. Junto a su marido, Carlos Condorí, montaron un pequeño taller textil en el Barrio Padre Mujica, con el que se ganan la vida. Ambos visitan un tradicional desfile de la cultura boliviana en Argentina, que evoca al carnaval de Oruro. Charo planea visitar su tierra pronto.
Mientras tanto, Alejandra Barriga, una joven de Oruro llega a Buenos Aires a ver a su familia mientras que en La Paz el destino del presidente Evo Morales es incierto. En Oruro, Jaime Flores Felipes y Guillermo Willy Flores Orozco, conocedores de la cultura del carnaval, trabajan día a día para recobrar y darle vida a esa historia. Rolando Barrientos, presidente de la Fraternidad Morenada Central Oruro, se sumerge en la milenaria tradición y rescata el origen pagano y emancipador del carnaval: los negros, las minas, la plata, el cristianismo como gran opresor de la cosmogonía del pueblo andino, y el carnaval de Oruro como tradición viva y mutante de la devoción a la Virgen del Socavón. También de la fraternidad de los Cocanis, ligada en su origen a la comercialización de la sagrada hoja de la coca.
El carnaval de Oruro, relatan estos conocedores, comienza con la promesa a la Virgen de presencia y de danza en el carnaval, como forma de ofrenda. Los diferentes momentos del carnaval, que se desarrollan desde noviembre hasta febrero de cada año (primer convite, primera velada, la anata andina, la morenada, el sábado de peregrinación, el día del diablo y el moreno, el último convite y el domingo de carnaval) conforman un rito donde se mezcla la fiesta y la devoción, en un evento social multitudinario, que une generaciones y convoca hoy a todo el arco social de Oruro.
En 2001 el carnaval de Oruro fue nombrado Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, por la Unesco.
“Recuerdo mi fascinación al comprender que las fiestas, las grandes, tenían un pasado mítico, y que detrás de esas máscaras y esos bailes se contaba una historia –detalló el realizador-. Cuando sucedió la primera muerte en mi familia yo era un adolescente. Observaba los rituales con horror y curiosidad. Siempre me atrajeron los ritos y las ceremonias. ¿Cuál es el sentido? ¿Por qué las hacemos? Y siempre el origen, las preguntas sobre mi origen.
Mis abuelos emigraron a la Argentina a comienzos del siglo XX. Familias disgregadas, amanecían en un país desconocido, con otro idioma, otras costumbres. Mi abuela, Salha Sardal, llegó al Río de la Plata con 15 años. Hablaba hebreo. Nunca aprendió a leer y escribir en castellano. A los 17 estaba casada. Al darle un documento de identidad le cambiaron el nombre, porque el suyo acá no existía.
Por 70 años fue Celia. Hasta que un día la nombramos Salha, la abuela chiquita, decían las niñas. Tuvo ocho hijos a los que crió sola, por la prematura muerte de Elías, mi abuelo paterno. Un día, al desarmar una gran foto enmarcada, donde relucían cuatro “turcos” a los que no conocía, descubrí en la entretela del fondo unas fotos olvidadas. Eran algunos hermanos, desparramados por el mundo, algún tío. Misterios que develamos en parte, y lentamente. Estas preguntas, estas búsquedas son las que me hicieron querer contar Cocanis.
¿Por qué esa devoción? Filmé la película para empezar a entender. Para aprender cómo se construyen esos lazos. Por qué se vuelve a esos ritos una y otra vez, como si fuera la última. Cómo se vive entre un lugar y otro, viajando, dejando, perdiendo, extrañando. Quizás en otro lugar donde eres mal recibido, donde eres menos”.
Fabián Duek nació en Buenos Aires, Argentina, en 1965. Es Licenciado en Comunicación Social por la Universidad de Lomas de Zamora, y estudió cine en la FUC. Desde hace 24 años trabaja como montajista y productor de postproducción en Animación 3D, 2D y VFX, y dosificación de color para distintos tipos de proyectos en cine, TV y publicidad. Luego de colaborar en más de quince films, en 2019 coprodujo el policial Lobos, dirigido por Rodolfo Durán. Cocanis (2022) es su primer largometraje como director.
FICHA TECNICA
Dirección: Fabián Duek
Guion: José Campos
Compañías productoras: La Rusa Post
Apoyos: INCAA, Mecenazgo, Fundación Santander
Productor ejecutivo: Fabián Duek
Productor: Fabián Duek
Cámara y Fotografía: Víctor Hugo Cahuana Avisa, José Campos
Sonido directo: María Fernanda Saenz de Santa
Montaje: Darío Fernández, Cristina del Conte Pró, Fabián Duek
Mezcla de sonido: Diego Acosta / UNTREF MEDIA
Música: Juan Klas
Diseño gráfico: Luna Duek
Duración: 83 minutos