Bienvenidos al infierno, la nueva producción de Jimena Monteoliva, se exhibe desde el martes 12 en la plataforma Screambox, especializada en el cine de terror, solo para el Hemisferio Norte. Se trata de una película de terror feminista, que tendrá su estreno comercial el 1 de septiembre en salas en la Argentina.
Jimena Monteoliva es, además de realizadora, productora en Crudo Films, que tiene un plan de estrenos inminente: el jueves 14 se presenta Lava, de Ayar Blasco, en el cine Gaumont; el jueves 28 se presenta Expansivas, de Ramiro García Bogliano y el 4 de agosto verá la luz Matar al dragón, de la propia realizadora. En todos los casos son títulos que fueron lanzados durante la pandemia a través de Cine.ar y que tendrán la oportunidad de exhibirse comercialmente en la pantalla grande.
–Bienvenidos al infierno es una película pensada para la pantalla grande. ¿Qué implica para vos estrenarla en una plataforma?
Es fascinante porque la posibilidad de la plataforma te permite llegar a gente de otros países, de otras culturas. Me pasó lo mismo con Matar al dragón, que se ve en distintas plataformas en Estados Unidos. Me encantaría que se viera en un montón de salas en el mundo, pero eso es una utopía. A pesar de que no tiene la misma magia de una sala de cine, también tiene su costado mágico. Sobre todo películas como las mías, que si no fuese por estas plataformas se morirían: estarían algunas semanas en los cines y las perderíamos para siempre.
-¿Cuál es el secreto de esas plataformas?
El terror es un género muy loco; no tiene un consumo tan masivo como los superhéroes, pero es un nicho con un montón de consumidores alrededor del mundo. No tengo conocimiento de que existan otras plataformas que se dediquen a otros géneros, como comedias o dramas. El terror sí.
-¿Bienvenidos al infierno sigue en la misma línea narrativa con respecto a tu obra anterior?
Yo no me doy cuenta. Siento que Clementina, Matar al dragón y Bienvenidas al infierno son películas muy distintas entre sí. Sin embargo, más allá de la temática, hay una impronta mía. Salta que es una película que hice yo. Por qué, no lo sé. El espectador entiende mejor por qué es una película de Monteoliva.
-Hay aspectos que se mantienen en tu obra: son historias signadas por el feminismo, los lazos entre mujeres y el poder femenino. ¿Hay una estética del terror feminista, con mujeres protagonistas y no sexualizadas?
Como lo anterior, es inconciente: no me lo planteo como algo que tengo que conseguir, pero calculo que sí. Históricamente, el terror fue muy de objetivizar a la mujer: siempre fue muy sexualizada. Por ahí en los slashers la mujer termina viva porque es la más inteligente. Pero no quiero ver más chicas en tetas. Y lo hago a propósito: quiero que deje de ser un objeto, que sean protagonistas de la misma forma en que es un varón.
-Cuando tenés que diseñar el rol de la heroína, ¿qué elementos empleás?
Está bueno que sortee algún obstáculo y termine venciéndolo. Que se redima de algo, sea un monstruo o un trauma del pasado: debe hacer algo heroico en esa travesía, tener un arco que la lleve a algún lado. En mi caso son mujeres porque siento que puedo entender qué le pasa o qué siente. No sé si me pasaría con un protagonista varón: me cuesta más meterme en su cabeza.
–Bienvenidos al infierno también ofrece una mirada no tradicional del machismo: aquí no está naturalizado ni justificado. ¿Te costó salir de ese estereotipo y más aun, que se entienda?
Lo que ocurre es que la protagonista también sufre de violencia. Escapa de una situación romántica violenta y de un malvado que la persigue para competer un sacrificio. Todo muy tranquilo, ¿viste? (risas). Esta protagonista además está embarazada y tiene que lidiar con esta banda de metaleros que la persigue. Tiene que ser capaz de salir de ahí, de darse cuenta de que estaba en una y tiene que reconocerse que está en peligro. Debe escaparse psicológica y fisicamente.
-¿Hay un nuevo cine de terror argentino, que respeta la tradición del género y a la vez aporta ideas con impronta local?
En Argentina hace tiempo que se produce cine de género. Hay pelis que son locales e intentan seguir la estructura más gringa, siguiendo el formato de lo que veíamos. Pero de a poco se está abriendo un poco más ese sentir del cine de género. Y diría que es un fenómeno más latinoamericano: se están haciendo un montón de películas geniales en Latinoamérica. Tampoco sabría cuál es la diferencia obvia, pero siento que hay una diferencia.
-¿Tiene que ver con tematicas vinculadas a lo social?
Es lo que permite el cine de género: podemos tocar un montón de temas en formas más sutiles, sin que sean “in your face”.
-Paralelamente, estás desarrollando los proyectos de La Virgen Cabeza y La Reina. ¿En qué estado se encuentran?
Bastante terminados los guiones de las dos. Con La virgen hubo que adaptar la novela. Pensé que iba a ser pan comido…pero no fue nada sencillo. Tiene algo de fantástico. La reina retorna al tipo de terror de autor que me gusta. Estoy trabajando en el guion con Camilo de Cabo. En un mes más calculo que lo tengo 100% cerrado.
Julia Montesoro