En conmemoración del Mes de la Mujer, Contar estrenó la serie de microprogramas La Mujer y el Cine, con guion y dirección de Sabrina Farji. Se trata de seis capítulos de ocho minutos con disversos disparadores, que cuenta con testimonios de Daniela Fabiana Vigouroux, Eugenia Levin, Andrea Testa, Fernanda Torrera, Laura Huberman, Guadalupe Yepes, Victoria Carreras, Yael Tesouro y Celina Font, entre otras.
-¿Cómo surgió la iniciativa de esta serie de microprogramas?
Desde La mujer y el Cine, siempre pensamos en ser mucho más que el festival que organizamos anualmente. Así surgió la posibilidad de hacer estos micros, que tienen como eje visibilizar a las mujeres del audiovisual de distintas ramas y edades, con la intención de armar una especie de mosaico de mujeres armando una sola voz.
Es un formato que se puede ver tanto en el celular como en plataformas, mirándolo entre medio de otros programas o toda la serie completa. Además, será parte de las actividades de Género DAC por el Mes de la Mujer: antes de cada película se exhibirán los microprogramas.
-¿Qué características tienen estos episodios?
Son seis temáticas o capítulos diferentes entre sí con entrevistas a distintas mujeres y disidencias. Uno de ellos se plantea si experimentaron alguna situación de violencia. Es muy interesante ver desde dónde cada una interpreta la pregunta, ya que puede tratarse de violencia física, laboral, emocional o psicológica. Otro refiere a la maternidad. Aparece el testimonio de Daniela Vix, una profesional del área de camiones y motorhomes que cambió de género (ahora es mamá pero antes fue papá). Hay otro capítulo sobre la formación. Allí se ve cómo se formaron las mujeres del audiovisual a lo largo del tiempo, planteando su tuvieron profesoras o referentes mujeres, porque una de las cosas que también se observan a través de distintos estudios es que la mayoría de los referentes, profesores o maestros, son varones.
Presentamos otro episodio sobre feminismo, otro sobre el deseo y otro sobre abuso. Ahí, también es importante analizar la diferencia o confusión que tenemos sobre violencia y abuso, porque muchas respondían que era lo mismo.
-Con el trabajo terminado, ¿creés que hay más campo para seguir desarrollando la idea?
Sí. A partir de esta serie, surgió la idea de editar un libro. Se trata de otro concepto, donde pondremos énfasis en la individualidad de cada una. Acá, por montaje o por edición, queda como un coro griego, donde se va armando el concepto global con un poquito de cada una. El libro dará la posibilidad de expandir y mostrar más claramente lo que piensa cada una de las entrevistadas. También nos permitirá entrevistar a más mujeres de la actividad y sobre todo de las provincias, porque la serie la produjimos en plena pandemia y atravesamos restricciones.
-¿Qué descubriste vos en ese proceso de edición que no habías advertido hasta ese momento?
Hay muchas cosas ya tenía vistas por todo el trabajo que venimos haciendo. Como cuestión generacional, las miradas diferentes de mujeres de 40 para arriba que tuvieron una educación y un pasado diferente al de las mujeres sub 40. ¡Y ni hablar de las sub 30 y sub 20! Sobre la maternidad, por ejemplo, a muchas de quienes estamos por arriba de los 40 nos modificó mucho en nuestro desarrollo laboral, en las expectativas, en las posibilidades de desarrollarnos, de expandirnos. También en la mirada sobre nosotras mismas.
Las que somos más grandes aprendimos un montón, seguimos ubicándonos en la palmera y tenemos mucho que aprender de jóvenes. Ellas tienen una mirada del mundo muy diferente. Yo puedo afirmar que la maternidad impacta y afecta, pero hay muchas jóvenes que no lo ven así por la manera de conformar o concebir las parejas.
Trabajamos en un equipo de mujeres y cuando terminamos de hacer los reportajes quedamos maravilladas de la cantidad de información y de la homogeneidad. La idea del libro tuvo que ver con la reflexión de las chicas que estaban trabajando en cámara y sonido, que plantearon que era muy interesante que todo eso pudiera ser escuchado, leído o explorado en las carreras de comunicación o estudios de género. Eso es lo que más me resonó: la necesidad de que esto se lea, se estudie y sirva para que ayude a pensar y a pensarnos.
Julia Montesoro