La Red de Mujeres y Asociaciones de la Industria Audiovisual Iberoamericana envió un documento a la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno -realizada el miércoles 21 en modo semipresencial, con la participación de 16 de las 22 delegaciones que la integran-, solicitando que los gobiernos iberoamericanos introduzcan medidas que promuevan la igualdad de género en la selección, valoración, creación y producción de contenidos audiovisuales (Ver enlace).
La realizadora audiovisual Sabrina Farji, integrante de Género DAC –una de las entidades que componen la Red-, evaluó la trascendencia de este documento, en momentos en que en la Cumbre se debate el concepto de “Innovación para el desarrollo sostenible”.
-¿Cuáles son los puntos esenciales de ese documento?
El eje de la cumbre es la innovación para el desarrollo sostenible. Consideramos es que no puede haberlo si no hay igualdad de género. Igualdad y también perspectiva. En la selección de los proyectos, en la valoración, en la creación, en la producción de los contenidos audiovisuales. La incidencia del audiovisual es inmensa. Si realmente cualquier estado quiere promover acciones de desarrollo sostenible –que implica de por sí igualdad-, cae de maduro que tienen que generar medidas que impacten en el audiovisual.
-El documento que emitió la Red de Mujeres está avalado por representantes de 22 países. ¿Hay algún parámetro para saber cuáles de esos países está más avanzado con respecto a políticas de paridad de género?
Fue muy enriquecedor habernos encontrarnos todas. Allí pudimos saber que mientras algunas estamos mejor en igualdad de trabajo (Argentina está en un 27%, es casi el mejor porcentaje) hay otros países que ni siquiera tienen asociaciones o colectivas. ¡Ni siquiera se juntaron! Un ejemplo es Cuba. A partir de armar esta red y empezar a convocar realizadoras o productoras se empezaron a conformar nuevas agrupaciones.
México es muy fuerte en protocolos, pero el eje está puesto en violencias más que en paridad. Pensaba que en Brasil estaban avanzadas, pero hay muy pocas mujeres y menos en el audiovisual en televisión o series. Eso ocurre en todas partes de Iberoamérica: allí se están manejando los presupuestos más altos y es muy difícil acceder.
Los intereses son dispares: a algunas les interesa más el tema de las violencias. A otras el trabajo. Y también preocupan las narrativas: qué es lo que se está contando, cómo están contadas las mujeres, los varones, las disidencias. Cómo se cuentan los cuentos, en definitiva.
-El documento expresa que estamos a 135 años de alcanzar la verdadera igualdad de género. ¿Cuáles son las medidas que la Red de Mujeres propone para adelantar el proceso?
Por lo pronto, es importante que el documento esté en la agenda de la Cumbre. Había que poner allí el reflector y reconocer la importancia del audiovisual como una herramienta para acelerar el proceso. El audiovisual es una herramienta de penetración de estereotipos. En ese sesgo hay mucho para trabajar y ahí debe estar la perspectiva de género. Las narrativas perpetúan historias con un machismo tremendo: las mujeres no trabajan, están subrepresentadas, las disidencias no aparecen (o son una rareza y no son parte de la comunidad). La sociedad es de una manera y las historias que se cuentan parecen de 30 años atrás.
Nos interesa cómo son los tratamientos de las historias, quiénes son los que impulsan la acción, cómo son las resoluciones de los casos, cómo son las publicidades. Todo eso impacta. Nos parece importante que los gobiernos hagan eje en eso y en la paridad a la hora de dar del trabajo. Cuantas más mujeres haya contando historias, más paridad ideológica habrá. Hay que tratar de que esas mujeres estén en la mayor cantidad de roles de decisión, no en roles subalternos.
-El documento es una solicitud formal dirigida a los gobiernos iberoamericanos. ¿Qué recepción tuvo? ¿Qué devolución esperan?
Es importante habernos encontrado con pares y saber que estamos en un camino común, reconocer que tenemos una problemática común. Es más potente escalar cualquier situación de desigualdad desde una mirada iberoamericana, y no desde una asociación sola o de colectivas que probablemente necesiten el apoyo de otras asociaciones para lograr avances.
Con respecto a la carta esperamos poder tener una reunión para contar la problemática. Esperamos una buena recepción: por lo pronto, el reconocimiento de la importancia del audiovisual. Si se quiere lograr un desarrollo sostenible hay que poner la mirada sobre el audiovisual.
Julia Montesoro