En enero de este año se lanzó al mercado R&M, un estudio creado por Alejandro Roemmers y Carlos Mentasti, que tiene como objetivo posicionarse en la industria como una potencia generadora de contenidos de valor con proyección internacional, respaldando grandes producciones de cine y series.
En la presentación anunciaron el desarrollo de la bioserie Fangio, del equipo creativo La Sagrada Familia, formado por Nicolás y Esteban Puenzo, Pucho Mentasti y Carlos Baccetti, sobre la vida del reconocido automovilista argentino. La Sagrada Familia adquirió los derechos de la familia Fangio, con los hijos del conductor, Rubén y Oscar Fangio, como consultores de la serie.
También lanzarán Mamá en línea, el formato serie de Juan Taratuto y Vivir se escribe en presente, miniserie basada en el best seller homónimo del propio Alejandro Roemmers.
-¿Cómo surgió la idea de crear R&M? ¿Sobre qué puntos en común decidieron encarar este emprendimiento?
C.M.: Porque siento las cosas desde el alma. Y cuando tuvimos el primer contacto, básicamente encontré una misma vocación por lo que cada uno siente por los proyectos. Alejandro es una persona tremendamente capaz, con mucha ambición. Brota cultura en sus proyecciones. En tanto que yo, desde mi lado, estoy más orientado al gusto de la gente. Es una combinación perfecta.
-Alejandro, ¿qué te atrajo y te entusiasmó de la industria audiovisual?
A.R.: Aunque escribo desde chico, estamos en la generación de la imagen. Siguen habiendo lectores, pero el público joven busca cada vez más la imagen: series, películas. En las películas uno está sujeto a tiempos y tiene que resumir. Pero las series permiten contar historias desde sus detalles e incluso entrar a guiones literarios. Mi entusiasmo creció a partir del musical Franciscus, para el que fui contratado por Juan Carlos Moreno. A partir de allí, él me propuso hacer una serie sobre el siglo del Medioevo en que vivía Francisco de Asís, que estamos terminando. Haber entrado en ese mundo me atrajo mucho. Cuando Carlos me propuso incorporarme al proyecto Fangio, que ya tenía en marcha, me encantó. A partir de ahí nos decidimos a lanzar a otros proyectos.
-Carlos, ¿cómo en el diálogo con un empresario que no viene del mundo audiovisual?
C.M.: Nace desde la esencia de cada uno. El éxito de mis proyectos consiste es saber acercarme a gente más capaz que yo para que los mejore. Así pude buscar grupos extremadamente diversos, que trabajan y nos hacen devoluciones, como el grupo de Juan Taratuto o La Sagrada Familia.
-¿Qué debe tener un proyecto para que les interese? ¿Buscan darle algún perfil en particular a la productora?
A.R.: Además de la pasión, hay algo en común y es que cualquier proyecto que llevemos a cabo debe tener un mensaje positivo. No haríamos algo que deje a las personas mal, que tome ejemplos que no sumen. No quisiera definirlo como espiritual, pero todo lo que hagamos debe sumar a la vida, al amor, a la comprensión, a la apertura de la cabeza. Pero percibimos el mundo como una evolución, y el proyecto tiene que encajar en esa evolución. Por supuesto, tiene que ser entretenido.
-A partir de la pandemia se expandió considerablemente el mercado de las plataformas. ¿Estaba dentro del plan original de la productora? ¿Les interesa ese mercado o el de las salas convencionales?
C.M.: Yo soy cine, y me resulta difícil no pensar en una producción cinematográfica. En este momento no es que me dé miedo el cine, pero necesito tiempo para ver cómo se sigue desarrollando. Estamos muy ligados a la evolución audiovisual en el mundo.
-¿Qué les interesó de Fangio y qué parte de la historia van a priorizar?
A.R.: El proyecto estaba en marcha antes de que me incorporara y me encanto empezar por allí. Porque me gustan los autos y porque en general conocía bastantes cosas de la vida de Fangio, aunque lo vi una sola vez de chico. Al viajar por el mundo tomé conciencia de que fue uno de los embajadores argentinos.
La serie no hace tanto hincapié en las carreras sino en el hombre: sus relaciones, su forma de ser, sus vínculos familiares, su misterio y sus conflictos. Su vida es muy prolífica en anécdotas: en las relaciones con muchos personajes de la época, en los accidentes que tuvo (en Monza y en América Latina), en su secuestro en Cuba. Incluso, pudo haber sido futbolista. Es muy interesante este trayecto y el precio que tuvo que pagar por esta fama, merecida pero dificultosa.
-¿Quién será el showrunner y el director? ¿En qué estado se encuentra el proyecto?
C.M.: Tenemos el elenco, pero no podemos adelantarlo. Decidimos que los directores van a ser Mentasti y Baccetti y seguramente Nico Puenzo: entre ellos se van a dividir el desarrollo. Tenemos hecho casi diez capítulos. Actualmente estamos en plena negociación con las plataformas. No solamente por Fangio sino también por Mamá en línea, una family movie con un mensaje maravilloso.
-Por otro lado, encontraron un gran potencial en Vivir se escribe en presente, el libro de Alejandro. ¿Creías que podía tener una versión audiovisual? ¿Lo escribías pensando en imágenes?
A.R.: Como El regreso del joven príncipe fue muy vendido, muchos editores le pidieron a mi agente literario otro libro. Imaginaban el mismo tipo de obra, espiritual. Yo estaba con esa presión. Una mañana me desperté de golpe con una historia y la escribí así como me vino: ni siquiera fue conciente. Si lo hubiera sido, no la hubiera escrito: me gustan los finales felices, menos dramáticos. Pero respeté el final. Recién después vino la posibilidad de hacer una serie. Un equipo de guionistas le agregó elementos del pasado y del futuro. Es muy bueno como libro, pero no estaba pensado como serie. Este es el desafío. En cambio, mi nueva novela, que acabo de terminar, es mucho más visual.
C.M.: El grupo que se integró para el desarrollo de la novela encontró una vuelta muy cinematográfica. Cuando me la contaron me emocionó.
-Supongamos que tenemos esta misma conversación dentro de un año exacto. ¿Qué creen ustedes que tendrán estrenado? ¿Y cómo proyectan el 2022?
C.M.: Calculamos que a partir de mitad de año estaremos grabando Fangio y Mamá en línea. Y recién en 2022 entrar con el tercer proyecto. Es el momento de ir escalonando los proyectos y poder disfrutarlos. Seguirlos de cerca. Yo ya sé lo que es filmar cuatro películas en un año. Y ya sé que no sirve.
Julia Montesoro