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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Gastón Cocchiarale estrena «Román» el 8 de octubre: «Es un drama romántico que va del deseo al ‘deber ser'»

Gastón Cocchiarale es (junto con Carlo Argento) el coprotagonista de Román, el drama romántico de Majo Staffolani que se estrena en Cine.ar el jueves 8 de octubre. Junto con Gabriela Izcovich y Lara Crespo encarna a un hombre cercano a los 30 que se encuentra con otro casi dos décadas mayor, con un trabajo y un matrimonio que no lo satisface, que redefine sus vínculos sentimentales como una liberación emocional.

-¿Qué te entusiasmó de la propuesta de Majo Staffolani? ¿Qué te llevó a aceptar este rol que a la vez implica un riesgo?

Me sumé al barco por Majo: me entusiasma mucho trabajar con ella. Nuestro encuentro fue mágico: yo había hecho Terror Cinco, de los hermanos Rotstein, ella fue a la avant premiere de la película y al día siguiente me encontré con un mensaje suyo en mi Facebook diciendo que teníamos que trabajar juntos, que tenía un cortometraje y quería que lo hiciera yo. Me encantaron su pasión, su entusiasmo y su claridad a la hora de hablar. Participé de ese corto, con Lara Crespo y Carlo Argento. Al tiempo, muchas personas con trayectoria le dijeron a Majo que debía ser un largo. Ella, fiel a su instinto y a su deseo, tiró el corto a la basura y se puso a hacer la película. Y volvimos a encontrarnos.

-¿Qué es lo que más te costó de asumir el papel coprotagónico de chico joven que vive un romance con un señor maduro?

El principal desafío fue filmar en cinco días en forma independiente, sin apoyo del Estado ni subsidio del INCAA. Con un dinero que juntó Majo junto con sus dos productores. Fue una aventura maravillosa. El personaje me pareció muy atractivo, como contar la película desde el punto de vista de un hombre mayor que está insatisfecho con su vida, que de repente empieza a tener un vínculo sexual y hasta emocional con un joven. Y también que casi el 90% del equipo que Majo reunió para filmar hayan sido mujeres, para contar una historia de amor de dos hombres desde su óptica.

-¿Qué tenías en mente inicialmente, cuando leíste el guion de Román que después fue cambiando en el set y en tu propia cabeza?

No hubo mucha improvisación. Imaginate: al ser solo cinco días estaba todo muy medido. No había margen para probar cosas. Eso generó una dinámica muy interesante de poder ir al hueso. No fueron los tiempos del cine normal, donde uno quizás trabaja cuatro o cinco escenas por día: acá filmamos diez escenas por día. Fue más televisivo desde el formato y esa mixtura me pareció muy desafiante. Además de la mochila hermosa que teníamos cargada los actores, en el sentido de que todo iba a ser más rápido cuanto mejor nosotros actuemos. Había que llegar al set y decir “pongamos toda la carne en el asador, vamos a fondo”.

-Fuiste el actor revelación de 2019 en televisión, con tu papel en ATAV. Tenés un amplio panorama laboral en televisión. ¿Qué herramientas te aporta el cine para entusiasmarte con esta propuesta?

Siempre me llaman para cosas distintas. Eso es muy difícil que ocurra, porque cuando un trabajo tuyo gusta mucho, después te llaman siempre para hacer eso (porque es donde supuestamente mejor funcionás) y se pierde de vista que somos actores y que en realidad podemos hacer cualquier cosa. Yo no tuve ese problema. El cine siempre formó parte de mi vida: ya filmé quince películas y este año con Román estrené cinco. Es una locura, porque tengo solo 28 años, no es que soy un tipo de cincuenta con una trayectoria armada. Fue muy rápido todo: yo cobro sueldo por ser actor hace no más de seis años, y de repente en ese tiempo filmé quince películas, hice diez programas de tele, diez obras de teatro.

-En tan pocos años de actividad y con tanta continuidad tenés en claro las diferencias entre el cine y la televisión.

Lo que el cine tiene de mágico es que uno tiene más tiempo para profundizar alguna escena y todo está mucho más pensado porque el guion ya tuvo laburo durante muchos meses. No está el “tiempo tirano” de la tele del rating: el cine es más calmo y artesanal. Me gratifica trabajar en proyectos independientes, porque de lo que se habla es mucho más personal, son historias que representan a una porción de la sociedad que quizás no se ve reflejada en proyectos comerciales. Como Román, que habla de un tema muy puntual como la sexualidad en la adultez, esta cosa del deseo y del deber ser.

-¿Qué proyectos quedaron postergados durante la pandemia, y cuáles tenés posibilidades de retomar en lo más cercano?

Varios. Yo soy un pibe culo inquieto, me gusta estar haciendo mil cosas al mismo tiempo. En marzo, cuando sucedió todo esto, estaba filmando una película de Nico Goldbart con Dani Hendler, Alan Sabbagh y Rodrigo Noya y filmando la segunda temporada de la serie El mundo de Mateo, de Mariano Hueter. En teatro estaba ensayando Jauría, con Vanesa González y Martín Slipak (que íbamos a estrenar el El Picadero) y paralelamente estaba dirigiendo una obra en el Método Kairos. Las obras se retomarán cuando se reabran. De la película y la serie filmé una sola jornada: en ambos casos me queda todo el proyecto por delante.

Julia Montesoro

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