Shalom Taiwan, la primera película de ficción de Walter Tejblum, competirá en la sección oficial del 23º Festival de Cine Judío de Miami (MJFF), uno de los tres certámenes de cine judío más grandes del mundo, que se llevará a cabo en Miami entre el 9 y el 20 de enero.
En la muestra, que contará con catorce largometrajes en la competencia oficial, se estrenarán 107 películas provenientes de veinticinco países, entre las cuales se incluyen seis estrenos mundiales, seis internacionales, siete norteamericanos, y un récord de 29 películas dirigidas por mujeres (31 por ciento de las películas anunciadas), que serán exhibidas en 14 lugares diferentes en el Gran Miami.
Además, por primera vez en sus 23 años de historia, el festival presentará un foco sobre el cine iberoamericano, en el que se exhibirán tres producciones argentinas: La casa de Wannsee, de Poli Martínez Kaplun; La experiencia judía de Basavilbaso a Nueva Amsterdam, de Miguel Kohan y El día que me muera, de Néstor Sánchez Sotelo.
Las películas que participarán por el Gran Premio del Jurado, con las que competirá Shalom Taiwan, son las siguientes: A cantor’s head, de Erik Greenberg Anjou; Aulcie, de Dani Menkin (estreno mundial); Breaking bread, de Beth Elise Hawk; Chained, de Yaron Shani; Esau, de Pavel Lungin; Dios del piano, de Itay Tal; Incitación, de Yaron Zilberman; Lyrebird, de Dan Friedkin; Menachem Begin: paz y guerra, de Levi Zini (Estreno mundial); Once were brothers: Robbie Robertson y The Band, de Daniel Roher; The Electrifiers, de Boaz Armoni; Aquellos que quedaron, de Barnabás Tóth y el estreno mundial de Saul & Ruby, To Life!, que se proyectará en la función inaugural.
Protagonizado por Fabián Rosenthal, Mercedes Funes y Santiago Korovsky, Shalom Taiwan sigue las desventuras de un rabino de Buenos Aires que viaja por el mundo en busca de donaciones para salvar su sinagoga. Hace años, el rabino Aaron tuvo que pedir prestado en secreto una gran cantidad de dinero para que su pequeña sinagoga del vecindario pudiera continuar brindando un generoso apoyo a los necesitados. Ahora, años más tarde, la deuda impaga finalmente lo ha alcanzado, ya que un prestamista exige el reembolso total o se apoderará de la sinagoga como su propiedad. Ninguno de los esfuerzos inteligentes y optimistas del rabino para buscar asistencia financiera es muy exitoso. Acorralado y sin tiempo desesperado, intenta un último esfuerzo embarcándose en un viaje al Lejano Oriente para asegurar las donaciones que tanto necesita para salvar la sinagoga de su comunidad.
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