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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

La temática travesti-trans en dos estrenos, «Mocha» y «Reina de corazones»: entrevista a sus directores

Dos documentales convergentes y complementarios, que abordan la temática travesti-transexual, se presentan simultáneamente en las carteleras: Mocha – Nuestra lucha, Su vida, Mi derecho, creación colectiva del Bachillerato Popular Travesti-Trans Mocha Celis dirigida por Francisco Quiñones Cuartas y Rayan Hindi (se exhibe los domingos a las 18 en el cine Malba) y Reina de corazones, de Francisco Bergandi (se estrena el jueves 21 y se presenta en el Cine Gaumont).

Mocha cuenta la historia del Bachillerato Trans Mocha Celis, la primera escuela del mundo crítica de las desigualdades de género, que está orientado, aunque no de forma excluyente, a personas trans, travestis y transexuales. El film fue realizado por lxs propixs estudiantes, quienes contaron sus historias y escribieron el guión.

«Mocha».

Reina de corazones narra el periplo de diez chicas trans pertenecientes a una cooperativa de teatro que nació con el único objetivo de sacar a sus integrantes de la prostitución. Estudian teatro y producen sus espectáculos. Las protagonistas cuentan sus sueños, muestran su lucha, y  comparten sus realidades para poder ser aceptadas e incluirse en la sociedad.

«Reina de corazones».

Francisco Quiñones Cuartas (director de Mocha y además director y cofundador del Bachillerato Mocha Celis) y Guillermo Bergandi (actor y realizador de Reina de corazones) dialogaron con GPS audiovisual.

-¿Cuál fue el origen del proyecto? ¿A partir de qué circunstancia decidieron visibilizar –cada cual con su proyecto- la cotidianidad del mundo travesti?

F.: Durante el primer cuatrimestre del 2014 trabajamos en la materia Metodología de la Investigación, que lleva adelante el docente Miguel Nicolini. Rocio Pichirili y Rayan Hindi dieron clases de lenguaje audiovisual, compartiendo conocimientos y construyendo las herramientas con las que luego lxs estudiantes construirían el guión de manera colectiva, dentro del grupo que se convertiría en lxs primerxs egresadxs del bachillerato al finalizar el año, el que había vivido la creación del espacio desde sus inicios.

Sucedía que desde su lanzamiento (el 11 de noviembre del 2011), lxs periodistas y tesistas venían al espacio -muchas veces sin avisar-, recogían relatos, tomaban fotos, producían sus tesis y sus notas con las que ganaban premios, pero no mantenían ningún vínculo con lxs estudiantes: simplemente se iban. Lxs estudiantes empezaron a plantear que vivían una sensación de zoologización del espacio y una lógica extractivista de sus conocimientos e historias de vida.

El documental vino a ocupar el lugar y a pensar en la posibilidad de convertirse en sujetas productoras de conocimiento, de sentido, con un relato y una construcción colectiva. Terminó siendo la excusa para abordar estas temáticas y estos interrogantes existentes, que no podían salir tan fácilmente hacia la superficie.

Comenzamos escribiendo para representar en la ficción la vida de Mocha. Con el tiempo, se fue entendiendo que era la vida de muchas otras más. Comenzaron a aparecer los relatos en primera persona, a visibilizar la matriz que se imprime sobre los cuerpos. Finalmente lxs estudiantes buscaron las voces que pudiesen contar -como en una especie de institucional- cómo había surgido la Mocha. Así se logró entender que otra educación es posible. Hoy, la película pasó a ser una herramienta pedagógica más.

Francisco Quiñones Cuartas.

G.: El proyecto arrancó cuando un día de 2014 comencé a dar clases de teatro en la Cooperativa Arte Trans. Una amiga me habló de ellas y me acerqué a darles una mano con las clases. No tenía mucha idea de cómo era el mundo LGBTTTIQ. Al conocer a las chicas me di cuenta de las problemáticas que atravesaban simplemente por ser travestis. Sentí mucha empatía y sensibilidad por ellas. Como me había formado como realizador cinematográfico, meses después les consulté si tenían ganas de visibilizar sus historias de vida a través de un documental. Me dijeron que sí. Ahí arrancó este camino que lleva casi cinco años.

-¿Siempre se pensó como un documental? ¿Sobre qué ejes se estructuró el guión? ¿Qué se fue modificando o resignificando en el curso del rodaje?

F.: Esta película existía como idea antes de la existencia de la propia escuela. Podría haber sido hecha desde la observación de profesionales cinematográficos que reflejen exclusivamente su mirada audiovisual mediando la interpretación de la experiencia, y teniendo a sus integrantes como sujetos-objetos y no como sujetos productores de conocimiento.

Pero quisimos que fuesen sus integrantes quienes tomaran las herramientas y contaran, desde sus múltiples miradas y con un relato en primera persona. No sólo testimonialmente sino en acción, delante y detrás de cámaras, apropiándose y construyendo desde un verdadero lenguaje audiovisual inclusivo. En principio, lxs estudiantes tuvieron una capacitación sobre el lenguaje audiovisual. Luego tuvieron que hacer un torbellino de ideas sobre los imaginarios que cada unx tenía sobre la educación, y sobre Mocha, y cómo debía ser representada.

Durante el proceso de investigación para la escritura del guión tenían certeza de hacer entrevistas a lxs hacedores del espacio, y también se fueron recopilando voces como las de lxs amigxs y allegadxs de Mocha Celis. Por ello lxs estudiantes pensaron en ficcionalizar partes de estos relatos que sirvieron como disparadores, como una especie de “teatro de oprimidxs”. Así, la escena disparadora se combinó con los registros de backstage que hacían lxs estudiantes entre ellxs, y que al principio era parte del juego de aprender a usar la camára, hasta utilizarla para expresar sus sentimientos más profundos.

Así se fueron entrelazando las tres líneas narrativas que hablan de una matriz que se imprime sobre sus cuerpos, una especie de necropolítica que descarta lo que no es útil para el mercado. Así aparecen las problemáticas de salud, vivienda, trabajo, educación y la agencia de la propia vida. Hay que tener en cuenta el alarmante promedio de vida de 35 años que marca a la comunidad. La acción colectiva de construir esta película fue la excusa pedagógica para hablar de estos temas.

G.: Sí, la idea desde el vamos era hacer un documental. Previamente al rodaje, me junté muchas veces con todas para que me cuenten de ese mundo ajeno a mí. Salía con ellas a eventos, fiestas, a buscar trabajo. Necesitaba comprender sus caminos, y ahí decidí crear una voz (coral) entre todas hablando de algunos temas de identidad, y con cada una contando de temas por lo que son estigmatizadas, como las drogas y la prostitución. También quería saber acerca de sus sueños, deseos, infancias, sus familias, amores, obstáculos… Quería llegar a su corazón, a su humanidad para que las personas al mirar la película se identifiquen con ellas.

Luego, durante el rodaje, hice un seguimiento con algunas. En ese momento una de las protagonistas iba a su Salta natal al cumpleaños del padre, y pedí acompañarla porque quería conocer a esos padres que tenían tres hijas travestis. Otra protagonista estudiante de enfermería se postula como candidata a presidenta del centro de estudiantes, entonces registré toda esa experiencia… y así fui siguiendo a varias de las protagonistas.

Guillermo Bergandi.

-¿Cuáles fueron las dificultades y los imprevistos que hubo que sortear durante la filmación? 

F.: La falta de presupuesto y financiamiento fue la dificultad más grande: por ello tardamos cuatro años en finalizar la película. Los rodajes fueron muy divertidos, pero hubo momentos de dispersión que supimos aprovechar. Así fue como se registró la escena en donde todxs juegan y se maquillan dentro de las aulas.

G.: El imprevisto fue el fallecimiento de una compañera, con la cual había grabado muy poco. Fue un shock: Paola era muy joven y muy querida en la Cooperativa. 

-¿Cada uno de los realizadores conocía el proyecto del otro? ¿Estaban comunicados o conectados entre sí o a través de personas en común?

F.: Sí. Conocía el proyecto de Reina de corazones. Estudiantes y docentes de nuestro espacio formaron parte de la película e incluso se rodaron escenas en la escuela. Tanto la docente Lourdes Airas y la tallerista Nicole Cagy como estudiantes como Victoria Sánchez y Daniela Ruiz, nos hablaron del proyecto y nos pidieron colaboración o apoyo. Ahora que las dos películas estan terminadas reforzamos este contacto.  

Backstage de «Reina de corazones».

-Ambas películas tienen en común el optimismo de sus protagonistas, sin negar las dificultades y discriminaciones, familiares, sociales o policiales. Aun hablando de la muerte, no hay referencias a lo sórdido o a lo morboso. ¿Estaba previsto tener ese enfoque?

F.: Tomamos la decisión de no mostrar golpes bajos ni morbosidad con el sufrimiento, porque esta historia quería ser una historia esperanzadora y resiliente. Pensar otro tipo de pedagogía y no aplicar la pedagogía de la crueldad.

G.: Yo quería poner siempre el foco en la mitad del vaso lleno. La mitad del vaso vacío existe porque necesita de la otra mitad. Quería contar desde el amor, los sueños, y la fuerza de voluntad por ser quien uno o una desea ser. Y el morbo, que viva en la cabeza de los morbosos. Nunca se me pasó por la mente ir para ese lugar: para eso está la televisión y los programas que estigmatizan a las chicas trans.

-¿Hay algún mensaje o moraleja que pretenden dar a través de la película?

F.: Quisiéramos que puedan entender que la vida de las personas trans no es como la ridiculizan y criminalizan los medios. Que también tienen sueños, aman, sienten. Y que quien la vea pueda reflexionar y pensar qué puede hacer en sus ámbitos. Que se pregunte por qué no hay travestis y trans en su trabajo o en su facultad.
Que lxs militantes de DDHH puedan pensar proyectos de inclusión y reclamen al estado politicas públicas integrales de inclusión. 
Que la sociedad abandone la indiferencia y se sienta responsable de los travesticidios sociales que impactan en que el promedio de vida de una persona trans sea de 35 años por no poder acceder a un hospital o a un trabajo, y que eso puede evitarse. 

«Mocha».

G.: Me interesaría que Reina de corazones sea un material que puedan verlo tanto chicos y chicas, como madres y padres: para identificarse, tomar conciencia, cuestionarse y acercarse.

Pero para mí, habla de la identidad mas allá de lo que uno o una es.

-¿Qué aprendieron o conocieron al ver la película terminada que no sabían antes de comenzar el proyecto?

 F.: Con la película finalizada aprendimos que después de siete años la escuela no está lo suficientemente visibilizada, y la sociedad no conoce la realidad de la escuela ni de las personas trans.

Pasados cuatro años desde su rodaje, entendemos que la agencia del tiempo de las personas trans es diametralmente diferente. Hemos perdido 5 o 6 compañerxs desde el rodaje hasta la proyección de la película, y esto nos duele mucho. Visto en retrospectiva, el impacto en la calidad de vida de las estudiantes es sideral y esto nos alegra mucho. 

G.: Entendí el verdadero concepto de la palabra “lucha”.

Norberto Chab

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