Jimena Muñoz es la productora general del Festival Internacional de Cine de las Alturas, cuya décima edición se va a llevar a cabo del 16 al 24 de mayo. Organizado por el Gobierno de la provincia de Jujuy a través del Instituto de Artes Audiovisuales de dicha provincia, el festival va a celebrar una década de vida, exhibiendo las producciones de los Andes y contribuyendo con el crecimiento de la cultura y la industria audiovisual de la región.
-¿Con qué se va encontrar el público en esta décima edición del Festival Internacional de Cine de las Alturas? ¿Cuáles son los aspectos esenciales que va a tener?
Como en cada edición, buscamos ir superándonos. Este año vamos a contar con más de 200 proyecciones a lo largo y ancho de la provincia, con 16 espacios que tenemos entre sedes, localidades y salas de cine. Y vamos a usar todas las salas para proyectar estas más de cien películas que quedaron seleccionadas.
Además de las actividades académicas y especiales, tendremos dos Diálogos de Altura entre Daniel Desaloms, el director artístico del festival y dos figuras muy importantes de la cinematografía nacional. También programaremos shows musicales y eventos relacionados con lo audiovisual. Vamos a armar un punto de encuentro donde tenemos el domo de realidad inmersiva y contenidos 360º. Junto al domo habrá una muestra interactiva que denominamos Animática, que es un recuento de la historia de réplicas analógicas que se usaban antes para la fotografía y la cinética, en donde empezamos a ver estas primeras figuras en movimiento. Hay bastante historia, desde lo precinematográfico hasta lo último, que es la realidad inmersiva y los contenidos 360º.
-Jujuy se caracteriza por trabajar muy fuertemente con las nuevas tecnologías.
Entendemos que después de la pandemia el cine ha cambiado, las formas de realizar son diferentes. Buscamos adaptarnos a estas nuevas formas para contar nuestras historias.
-¿Cuáles son los géneros o los abordajes que predominan en esta edición? ¿Hacia dónde va a estar orientada la competencia oficial?
En esta edición habrá, como siempre, cuatro competencias oficiales. El total de largometrajes en competencia serán 24, seleccionados por el director artístico y el área de programación. El criterio es siempre la diversidad cultural y la identidad andina como impronta. Esta cosmovisión andina es lo que veremos plasmada en las películas que van a estar en competencia.
En relación a los aspectos destacados, siempre son muy convocantes las Funciones de Altura. Se destaca la sección de Panorama NOA, con películas que están fuera de competencia, realizadas en estos últimos dos años en la región. También tiene un gran desarrollo la sección de accesibilidad audiovisual, algo muy importante porque son contenidos inclusivos para todos y todas, para que cada vez haya más espectadores que puedan disfrutar del séptimo arte. Por otro lado, a lo largo de los años buscamos potenciar nuestra sección ambiental y la de diversidades y género.
-En las últimas ediciones también empezaron a verse cada vez más producciones generadas en la provincia, a partir de las políticas asumidas por el Gobierno de la provincia y el Instituto de Artes Audiovisuales de Jujuy. Este año, ¿qué tienen preparado?
¡Muy bien que lo decís! En esta edición se destaca la cantidad y calidad de realizaciones audiovisuales hechas por jujeños. Incluso por directores de otras provincias en la región. Tiene que ver con esta impronta que le da el Instituto de Cine: a raíz del fomento hemos visto crecer la industria audiovisual y los contenidos. Este año vamos a estrenar en sala producciones realizadas en la provincia.
-Es el resultado de las acciones de fomento en torno a la producción audiovisual en la provincia.
Estas realizaciones, que veremos en el festival, también son fruto de los laboratorios que nosotros venimos fomentando. Desde hace siete años desarrollamos desde el festival el laboratorio de ficción, así como se desarrolla el laboratorio de la clínica documental, el DocuLab, que fomenta a los documentales de la región del NOA. El Instituto permite consolidar la ayuda a través de subsidios y fomento.
-En estas épocas donde el cine argentino está atravesado por una crisis muy fuerte, Jujuy apuesta a la producción y además sostiene un festival internacional.
Sostenerlo a lo largo de los diez años ha sido también una decisión política. Fundamentalmente, con una voluntad de generar políticas públicas, de derecho a la cultura y de acceso a la misma a través del cine. Jujuy es un gran ejemplo de esa voluntad, con el crecimiento y el desarrollo que ha tenido en estos últimos años.
-El festival de las Alturas, entre otras cosas, se consolidó como un espacio de intercambio con cinematografías de otros países de la región. ¿Se toma como un desafío ampliar el mercado audiovisual y al mismo tiempo pensar y desarrollar más fuertemente las coproducciones internacionales?
Sí. Hacia ahí vamos. Creemos que la próxima edición consagra estos 10 años. Y que el año que viene, en la onceava edición, será un buen momento para abrir una nueva instancia de mercado, con la cantidad y calidad de contenidos que se genera desde Jujuy. Es necesario. Es un trabajo que venimos haciendo desde las primeras ediciones del festival, a través de convenios generados con los países vecinos.
Los laboratorios también son ejemplo de este intercambio de coproducciones. Lo venimos haciendo con Bolivia y este año se va a sumar Chile para fomentar y para hacer crecer a nuestro laboratorio de documental.
-A lo largo de estos 10 años, ¿cuál es para vos el punto fundamental que ha contribuido a consolidar el festival y también el vínculo con el público?
El rol social. Este festival da acceso a la cultura de manera gratuita para todos y todas. Tiene que ver con su conciencia social, en cuanto a lo educacional y a generar comunidad.
El festival ha generado un nicho de cine en la provincia, ha ampliado el sector. Y no solamente destinado para la gente de cine, sino también para el público común. Las escuelas llevan información y temáticas para poder trabajarlas y tener audiencias más críticas. El espectador ha crecido junto con nosotros. En estos años también hemos generado espectadores con conciencia, con otra receptividad y sensibilidad.
-¿En qué parte de la industria estabas hace diez años? ¿Te imaginabas que ibas a llegar a productora general del Festival Internacional de Cine de las Alturas?
No lo imaginaba. Antes del 2014 me dedicaba a la realización. Tenía una productora: éramos gestores para un nicho de cine muy chiquitito, contado con los dedos de las manos. Le llamábamos «la militancia audiovisual» porque había que militar, caminar y andar tocando puertas entre polos y nodos audiovisuales. De golpe, en 2014 tuvimos dos festivales: uno que organizaba la provincia y el de Cine de las Alturas, que organizaba la municipalidad de Jujuy. En ese 2014 convivieron los dos festivales.
A mí me invitaron a participar en este festival, que se hacía de provincia. Arranqué haciendo asistencia en producción, hice coordinación logística y al año siguiente hice coordinación de salas. En el 2016 se unificaron los festivales, asumió una nueva gestión y se hizo un solo festival. Quedó solo el de Cine de las Alturas. En esa unificación me convocaron para llevar adelante este la producción general. Desde ese momento hasta la fecha, esa militancia se volvió un trabajo incansable.
Julia Montesoro