El sábado 27 de enero se conoció a través de una comunicación de la Asociación Argentina de Actores el fallecimiento del actor, guionista y director teatral Enrique Liporace a los 82 años. Había nacido el 10 de junio de 1941.
Queda como legado su película póstuma, El jockey (anteriormente conocida como Matar al jockey), dirigida por Luis Ortega y protagonizada por Nahuel Pérez Biscayart.
Como realizador cinematográfico tuvo una única experiencia: La cola, estrenada en 2012, codirigida con Ezequiel Ingaghi y protagonizada por Alejandro Awada y Ana María Picchio.
Su última actividad laboral fue la comedia teatral Divina familia, que se presentó en Mar del Plata en el verano de 2023, con dirección de Roberto Antier. Su reaparición fue celebrada, en tanto había padecido las secuelas de una vacuna contra el covid que le ocasionó la pérdida parcial de la visión.
Con más de setenta películas en su haber, fue uno de los actores más prolíficos, a partir de su debut en La terraza (1963), con Leopoldo Torre Nilsson. Ese mismo año también participó en Placeres conyugales, dirigido por Luis Saslavsky.
“Cuando comencé manejaba mi arte con conocimientos elementales, pero tuve la suerte, una varita mágica que me tocó porque, siendo muy jovencito, mientras realizaba una temporada en el teatro Sarmiento, golpeó a mi puerta un señor al que no conocía y se llamaba Torre Nilsson”, expresó en una entrevista otorgada a Pablo Mascareño.
Entre sus primeros papeles, participó en dos policiales: Los guerrilleros, de Lucas Demare y Orden de matar, de Román Viñoly Barreto, ambas de 1965. Su ductilidad le permitió frecuentar también la ficción histórica (Bajo el signo de la Patria, René Mugica, 1971); la comedia familiar (¡Quiero besarlo, señor!, Hugo Moser, 1973) o el humor (Toto Paniagua, el rey de la chatarra, Carlos Orgambide, 1980).
Adolfo Aristarain lo consideraba uno de sus actores favoritos: trabajó en Tiempo de revancha (1981), Ultimos días de la víctima (1982) y Martín (Hache) (1997).
Entre otros largometrajes se destacó en Bolivia (1999) y Un oso rojo (2002), ambas de Adrián Caetano; No sabe, no contesta (2002), de Fernando Musa; Franzie (2010), de Alejandra Marino y Yo soy así, Tita de Buenos Aires (2017), de Teresa Costantini.
Entre sus trabajos teatrales se encuentran «Más respeto que soy tu madre», «Cremona, «Knepp», «Según pasan los años», «Cremona», «Al vencedor», «El pan de la locura», «La opinión de Amy», «La divina familia», entre otros.
En televisión, participó de recordados ciclos como «Los Roldán», «Resistiré», «La dueña», «Historia de un clan», «El marginal», «Montecristo», «Poliladron», «Educando a Nina», «El infiel», «Rosa… de lejos», «El pulpo negro», «La pecosa» y «Mujeres asesinas».