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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Juan Segundo Alamos, productor de «Cambio cambio», de Lautaro García Candela: «El público encuentra que la película les habla de la realidad»

Juan Segundo Alamos integra 36 caballos, productora conformada junto a Iván Moscovich e Ingrid Pokropek, asociada con Gong Cine (Magdalena Schavelzon y Pablo Piedras) para producir Cambio Cambio, de Lautaro García Candela, que devela el submundo de cuevas y cambistas y la obsesión porteña por el dólar mientras sigue con frescura el romance de sus protagonistas.  Sus intérpretes principales son Ignacio Quesada, Camila Peralta, Valeria Santa, Mucio Mancini y Dario Levy.

Cambio cambio se exhibe el viernes 8 a las 20 hs. en el Museo Malba y el sábado a las 21.30 hs. en Cine Arte Cacodelphia.

-¿Cuál es el origen del proyecto y por qué decidiste embarcarte en Cambio cambio?

Surgió poco después de que Lautaro García Candela, que es el director, se mudara de su casa de Villa Pueyrredón a pleno microcentro, en San Martín y Viamonte, a una cuadra de calle Florida. Ahí empezó a conocer y descubrir este universo de la peatonal: los arbolitos, pero también los repartidores de panfletos, los vendedores de los locales, los turistas. Empezó a desarrollar el guion. Lo acompañamos con Iván Moscovich y a principios del 2021, después de la pandemia, se sumó Gong Cine. A fin de ese año comenzamos a filmar.

Me embarqué, antes que nada, por mi amistad con Lautaro. Produje, junto a Tomás Guiñazú, Te quiero tanto que no sé, apenas terminamos los tres la facultad. Fue la primera película de cada uno, una experiencia iniciática. Por eso trabajar con él en la segunda película fue un proceso natural, que además me interesaba particularmente.

-¿Qué te decidió a producir Cambio cambio? ¿Tiene que ver con tus gustos personales o con la propuesta que te estaba haciendo Lautaro?

La produje porque es básicamente a lo que me dedico. Era mi manera de aportar a la película. Me interesaba mucho, me parecía muy atractiva. Es un proyecto que tenía su lado más comercial, argumental o pochoclero -como quieras llamarle-, que me atraía mucho. Al mismo tiempo hay búsquedas más personales de Lautaro. Es una película con un híbrido bastante particular. Quería participar y verla terminada.

-La película tiene a Buenos Aires en un rol protagónico y además hay una historia de amor. Ese es el híbrido que plantea Cambio cambio.

¡Exactamente! Por un lado es un thriller, pero golpe hay una historia amorosa. Y la arquitectura de la ciudad está muy presente: Buenos Aires es como un protagonista más. También hay un retrato de nuestra realidad social y sobre todo generacional. El protagonista es un poquito más joven que nosotros, pero es un personaje de nuestras mismas características, quien atraviesa las mismas vicisitudes que podemos atravesar: problemas laborales, alojamiento y el uso de la plata. Me pareció una película muy interesante porque, de alguna manera, siento que tanto yo como Lautaro, como otros miembros del equipo, nos veíamos reflejados en esos personajes de la película.

-¿Y qué sabías del mundo del dólar blue previo a meterte en este proyecto y de ese universo de los cambistas que es tan particular?

Lo mismo que cualquier argentino promedio, que es muchísimo: las corridas cambiarias, las devaluaciones, cuando sube o baja. Es algo que tenemos bastante internalizado, mucho más que cualquier ciudadano de otro país. La relación entre la moneda y el dólar es un mundo en el que todos estábamos metidos. En cambio, éramos más ajenos al mundo de los arbolitos. Iván y yo habíamos filmado, un par de años antes, un corto en calle Florida. Teníamos la experiencia de filmar en esa calle, de lidiar con los arbolitos y con el tránsito de gente. Pero la experiencia fue bastante más amena durante el rodaje de Cambio, cambio porque estuvo la pandemia en el medio. Cuando filmamos el corto en 2019, la peatonal era muy distinta que en 2021. El tránsito había bajado, los oficinistas se habían ido y de repente el panorama era otro, mucho más tranquilo.

-36 caballos se asoció con Gong Cine para producir Cambio cambio. ¿Cómo distribuyeron los roles de cada compañía productora?

Gong Cine colaboró con la financiación del proyecto. Y también participó en una especie de acompañamiento en los procesos de reescritura de guion y montaje. Desde 36 Caballos, a lo mejor, tuvimos una participación un poquito más global, pero también más puntual. Obviamente arrancamos con el proyecto antes y participamos con este diseño de producción, con el esquema que decidimos hacer para llevar a cabo la película. Después acompañamos, sobre todo, con lo que tiene que ver con todo el proceso de rodaje y luego en el proceso de reescritura.

La película es filmó en dos etapas: la primera en agosto y septiembre de 2021 y la segunda en febrero de 2022. En el medio hubo un proceso muy importante de reescritura y de repensar la película. De hecho cambió bastante entre lo que habíamos escrito antes de rodaje y lo que llegó a la segunda etapa. En ese proceso estuvimos muy metidos con Iván.

-Está en el espíritu la productora el trabajo muy intenso con el director ¿no?

¡Totalmente! De hecho, su casa es la de los protagonistas de la película. Un par de meses antes del rodaje, prácticamente me mudé allí. Iba todos los días y era nuestra base. Allí pensamos todo: la búsqueda de locaciones (que incidían en la rescritura del guion) y el proceso de casting de los actores. Fue un trabajo en conjunto que hicimos muy de la mano, desde un par de meses antes del comienzo de la película y durante el rodaje.

Cambio cambio hizo un recorrido por festivales y desde noviembre se exhibe en salas de todo el país. En todo este camino de pensarla, producirla, diseñarla y estrenarla, ¿qué nuevas miradas descubriste?

Creo que la mayor satisfacción, a la hora de ver la reacción del público, es la noción de realidad que encuentran en la película. Nosotros nos presentamos a dialogar con el público después de cada función en el Malba y Cacodelphia y lo advertimos en sus preguntas. Hasta nos pasó que entre el público hubo algún exarbolito o exrepartidor y nos señalan el realismo. El mundo que muestra la película es el que ellos vivieron. Se sienten identificados con lo que muestra sobre la calle Florida y el microcentro. Siento que es una de las mayores satisfacciones.

Julia Montesoro

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