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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Laura Citarella presenta «Trenque Lauquen» el jueves 23 en Género DAC: «Cada película es una nueva forma de exploración con un montón de preguntas»

Con la proyección de Trenque Lauquen, de Laura Citarella, continúa el jueves 23, el ciclo “Marzo de Mujeres”, organizado por la Comisión de Género de DAC (Directores Argentinos Cinematográficos) en conmemoración del Mes de la Mujer.

Trenque Lauquen se presentará con entrada libre y gratuita en el auditorio de DAC (Vera 586) a las 18 hs., previa inscripción en generodac@dac.org.ar.

Protagonizado por Laura Paredes, Ezequiel Pierri, Rafael Spregelburd, Cecilia Rainero, Juliana Muras, Elisa Carricajo y Verónica Llinás, describe la repentina desaparición de Laura en Trenque Lauquen durante un viaje de trabajo, que propicia el encuentro de los dos hombres que la aman: Rafael, su novio, y Ezequiel, un amigo con quien investigaba unas curiosas cartas eróticas escondidas en la biblioteca municipal.

Al igual que otras producciones de El Pampero Cine, la nueva película de Laura Citarella estalla en direcciones impensadas: desde un romance ardiente ambientado en la década de los 60 hasta el misterio de un enigmático ser encontrado en la laguna de Trenque Lauquen. La fascinación por los relatos y el espíritu de aventura funcionan como claves que estructuran la película; la pampa bonaerense, extensa e inabarcable, esconde infinitas ficciones. Dos mundos conviven en Trenque Lauquen: el de la vida cotidiana, con sus rutinas y actividades laborales, y otro de historias ocultas y vidas pasadas, que puede emerger a la superficie si uno tiene la curiosidad suficiente.

-Presentás Trenque Lauquen en el marco de las actividades por el Mes de la Mujer. ¿Te podrías definir como una directora que describe historias de mujeres?

Más que describirme, naturalmente siempre trabajo con protagonistas mujeres. En el caso de Trenque Lauquen, en la primera parte los protagonistas son hombres, pero están hablando sobre una mujer, tratando de comprender lo que pasó con una mujer. A través de los ojos de ellos también se está ilustrando, retratando a una mujer.

Me parece que es natural: no me definiría como tal, pero es casi una ecuación automática que funciona en las películas que hice.

-Cuatro películas con cuatro protagonistas femeninas. ¿En cuánto influye el feminismo en estas decisiones, en estas historias?

Y… bastante. Más allá que el motor de la película no sea el feminismo. Yo estaba haciendo una especie de taller de estudios de género cuando tuve los primeros acercamientos a la escritura de Trenque Lauquen. Entonces me puse a leer mucho.

Me interesan particularmente las escritoras mujeres, escritoras que además están muy sincronizadas con el feminismo. No sé si es una búsqueda deliberada: el feminismo es algo vigente desde hace muchos años. Por ahí ahora está más visibilizado, es otra cosa. Pero está presente también en nuestras abuelas, en nuestras madres. Para mí el feminismo tiene que ver también con un estudio personal que una hace en relación con su historia, con su historia familiar, con las mujeres de la familia, con las escritoras que leés. Es como la hiedra: está mucho más metido en la vida y en las cosas que una hace de lo que una cree.

-La búsqueda siempre está, aunque no sea explícita.

Digo que no había algo deliberado pero la búsqueda está siempre. Tiene que ver con poder retratar y ver cómo esos retratos o esos relatos disparan ideas para pensar a las mujeres, para pensar el feminismo. Trenque Lauquen me parece una película que tiene un montón de posibilidades de ser pensada desde el feminismo, tiene muchas posibilidades de suscitar una reflexión sobre eso.

Hay algo del motor de una que es casi inconsciente porque está ahí metido, está en la vida de una, se cuela por todos lados, por lo que leés o por lo que te pasó.

-Una década antes de Trenque Lauquen estrenaste Ostende. En los dos casos la protagonista es Laura Paredes. ¿Qué te llevó a querer seguir explorando ese mundo?

Tuvo mucho que ver mucho el relanzamiento mío a la dirección. Yo había hecho un corto en 2007, cuando también estaba haciendo Historias extraordinarias como productora y Ostende fue la vuelta a la dirección. Fue como cuando arrancás un deporte nuevo, o un deporte que hiciste y abandonaste. Y cuando lo retomás decís, ah, esto me interesaba y esto también me gustaba.

En Ostende pasó mucho de encontrarme de la mano de Laura y también de mis compañeros de El Pampero, que me empujaron a volver a dirigir. Ahí aparecieron un montón de cosas que me interesaba filmar.

Por ejemplo, filmar en verano en Trenque Lauquen, algo que había hecho en un corto llamado Tres puntos y en el corto de Historias Breves. Y también tenía ganas de seguir filmando con Laura Paredes y de seguir filmando ciertos procedimientos que descubrimos en Ostende, pero que no nos alcanzó el tiempo por ahí para ir más allá, para hacerse más preguntas. Es como volver a filmar esa misma película, años después, en otro lugar, y con las obsesiones y las curiosidades que parecen ser siempre las mismas. Lo hablamos con Laura y dijimos ¿cómo podemos seguir?

-En el medio aparecieron otras películas.

Yo tenía ganas de filmar en Trenque Lauquen. Y hay algo también de esas otras películas que atraviesa Trenque Lauquen. Por ejemplo, en La Mujer de los Perros me empieza a gustar más filmar en invierno. Le empiezo a encontrar la vuelta a cosas de las que estaba como medio agarrada. Entonces llego a la siguiente película con ideas parecidas a las de Ostende, pero ya con otros intereses, con otros gustos, abierta a explorar otras cosas.

-¿Cuánto más hay para seguir explorando?

Un montón. Cada película es una forma de exploración. Cuando vos llegas a filmar, te encontrás siempre con preguntas, cosas que hasta ese día por ahí no te preguntaste. ¿Cómo debería seguir? ¿El personaje tendría que hablar? ¿No tendría que hablar? ¿El personaje cómo camina de acá a acá? ¿Qué hace cuando no sé qué? ¿Y cómo filma el espacio? ¿Cómo se debería ver este lugar, un lugar inhóspito, un lugar agradable?

Todas esas preguntas, más allá de que escribas un guion y que conozcas muy bien los materiales, aparecen cuando salís a filmar.

-Le asignás un valor especial a lo que fluya en ese momento.

Sí. También tiene que ver con la forma de trabajar que tenemos nosotros, ese espíritu independiente para que surja una conversación con eso que está pasando ahí. Para eso hay que ser permeable a incorporar algunas cosas o a descubrir otras tantas, o a veces probar cosas que en el momento creés que funciona y después por ahí no.

¿Se puede reconocer a Trenque Lauquen como una película identificada -en las formas narrativas o la producción- con Pampero Cine? ¿Cómo definir ese método, esa forma de trabajo?

Siempre pienso que es muy difícil definirlo, porque ni siquiera hay un sistema ni una ecuación de cómo hacer las películas. Me parece que hay una clave que tiene que ver con la reinvención. Ante cada película me vuelvo a parar frente a un problema de producción, de puesta en escena. Se empieza a generar un nuevo mundo de preguntas. En ese esquema de relación particular con cada película aparece cómo debería ser producida.

Es difícil decir a priori cómo se define. Uno podría decir “independiente”, “libre”. Pero son maneras edulcoradas de nombrar una forma de trabajo, porque esa forma lleva mucho tiempo, mucho esfuerzo, muchas decisiones, mucha invención. También puedo decir que trabajamos de manera bastante colaborativa y bastante horizontal. Pero diría lo mismo que cualquier persona que haga películas más o menos independientes.

La clave está en no llevar una ecuación de producción a todas las películas, sino que de cada una se extraiga una ecuación posible y que sea distinta de la otra.

Julia Montesoro

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