La realizadora argentina Marina Seresesky, radicada en España hace más de dos décadas, estrenó mundialmente en la Sección Oficial del Festival de Málaga la road movie Empieza el baile, historia de amor desde una perspectiva nostálgica protagonizada por Darío Grandinetti, Mercedes Morán y Jorge Marrale.
Empieza el baile (cuyo rodaje fue anticipado por GPS Audiovisual), es una coproducción con España producida por Meridional Producciones, Oeste Films, Patagonik Film Group, El Gatoverde Producciones, Áralan Films, Empieza el baile película A.I.E., Habitación 1520 Producciones, Sur Films y Reina de Pike Producciones y distribuida por Me lo creo. Cuenta con la colaboración de RTVE, Comunidad de Madrid, Ayuntamiento de Madrid, Programa Ibermedia, INCAA, Gobierno de Mendoza, Consejo General de Inversiones Argentina y Bodega Santa Julia.
Seresesky reconoció en la rueda de prensa del Festival que se trata de un largometraje muy personal, una historia de amor diferente, puesto que no se basa en una historia romántica, sino nostálgica, entrañable y tierna.
La película relata el reencuentro entre Carlos y Margarita, quienes en su momento fueron la pareja de tango más famosa a nivel mundial. Ambos emprenden un viaje junto a su amigo Pichuquito desde Buenos Aires a los Andes, en el que se enfrentan a viejos recuerdos y a sus ambiciones. Durante este viaje se abordan temas como el pasado, el amor o el hogar y otros temas dramáticos como el exilio, pero representados con sentido del humor.
“Me pareció una propuesta muy entrañable –anticipó Grandinetti a GPS Audiovisual-. Simple pero con relaciones muy cercanas, muy afectuosas. Además tiene un toque de humor sentimental. Fue un trabajo muy placentero. Porque quienes hicimos la película nos queremos y porque viajar nos dio la oportunidad de conocer gente que estaba viviendo lejos y conectada con el proyecto como nosotros. Compongo a un exbailarín de tango. Es que en el cine se puede mentir (Risas). Se reencuentra con el personaje de Mercedes (Morán), Margarita, y también con viejos rencores y mucho cariño infinito”.
Marina Seresesky fue entrevistada por Cristina Cortijo Bon del Diario del Festival de Málaga.
–El planteamiento de Empieza el baile parece un poco disparatado. Es como una ‘road movie’ protagonizada por tres septuagenarios. ¿Qué les lleva a embarcarse en este viaje?
En realidad esta película es una comedia, pero es una comedia más amarga que disparatada. Habla de una pareja de baile, de tango, que fueron muy famosos en su momento y que estuvieron separados durante años pero que se vuelven a reunir porque tienen un secreto compartido que tienen que ir a descifrar y a buscar en la Cordillera de Mendoza, en Argentina. Se embarcan en la furgoneta en la que 30 años atrás hacían la gira cuando bailaban y, claro, en este viaje ocurren cosas disparatadas pero sobre todo ocurren muchas cosas inesperadas. Y no solo ocurren cosas afuera, sino que les suceden cosas muy internas: volver a encontrarte con el amor de tu vida, tengas 30 o tengas 70 años, te remueve mucho. Y es lo que pasa en la película, que de repente vuelven a salir un montón de cosas, lo bueno y lo malo, mientras hacen este viaje en busca de ese secreto.
-¿Tiene más de comedia o de drama?
La verdad es que para mí tiene más de comedia, pero en todos los pases que hemos hecho la gente ha llorado muchísimo. Así que en el estreno de hoy vamos a ver cómo reacciona el público (risas). Yo creo que es una comedia con mucho de drama, y además es muy emocionante. La película tiene tres actores maravillosos. Está también muy presente un humor muy argentino, muy irónico, muy negro, que no es tanto de carcajada como de diálogo y que a mí me divierte muchísimo.
-La película lanza la siguiente pregunta: ¿Es posible que dos personas que vivieron lo mismo lo recuerden de manera diametralmente opuesta? Supongo que la respuesta es que sí, que es del todo posible.
Yo creo que de hecho nos sucede a todos. Oyes contar una historia a otro y dices, ¿pero yo dónde estuve? Es como si no fuera tu historia. Es verdad que a veces el tiempo y la distancia cambian la percepción de muchas cosas, pero hay algo que no cambia que es como la esencia, y esto es en lo que se basa la película y también los personajes. A pesar de que hace mucho que no se ven y están a miles de kilómetros de distancia, hay una esencia que los une, que es además la esencia de las primeras veces. Las primeras veces en el amor, en el trabajo…, no se olvidan.
-Es una historia que está muy centrada en los personajes pero en la que también hay otros elementos principales: el tango, los paisajes, no sé si incluso la propia furgoneta…
Sí, total. La furgoneta es por supuesto un cuarto personaje principal. Y el paisaje. Imagínate, la película empieza en Madrid, va a Buenos Aires, pasa por Rosario y llega a la Cordillera de los Andes, en Mendoza, que tiene unos paisajes maravillosos. Es de esos paisajes que, como decimos los directores, tiras la cámara y, donde caiga, va a ser hermosísimo. El otro gran personaje es la música. Yo cuando escribí la película pensé en una secuencia con una música que me encanta de Astor Piazzolla, que es como el gran revolucionario del tango moderno, y fíjate las vueltas de la vida que al final la música la ha terminado haciendo el nieto de Piazzolla, Pipi Piazzolla, con su grupo, Escalandrum, que hace una fusión de jazz y tango. Para mí ha sido un lujo enorme, porque tengo mucha admiración por ellos y creo que el hecho de que estén en la película le da un vuelo bastante importante.
-Que las personas mayores tengan visibilidad en las películas es una de las grandes reivindicaciones de los actores, sobre todo de las actrices. En este sentido esta película puede ser ejemplo de muchas cosas.
Sí, la película está protagonizada por Darío Grandinetti y Mercedes Morán, y puede parecer increíble que una mujer de más de 60 protagonice una película que además no es para gente mayor. Esta es una película para todo el mundo, una película moderna que habla de muchas cosas, con la particularidad de que tiene estos protagonistas. Creo que es importante entender que cuando cumplimos años también tenemos cosas que contar y que las mujeres de esa edad también tienen muchas cosas para contar. El personaje de Mercedes Morán es un personaje que siempre va hacia adelante y que prefiere mirar al futuro antes que al pasado.
-¿Escribió el guion pensando en ellos?
Sí. Además, para mí son los mejores actores del mundo ahora. Es verdad que hablo con amor de madre.
-Bueno, con conocimiento de causa.
Cuando vean la película lo comprenderán. Lo que hacen es de una delicia absoluta. Hay algo que es muy difícil de transmitir, porque una cosa es hacer comedia o hacer drama, pero cuando la película está en el medio necesitas unos grandes actores que sepan transitar la emoción, la ternura, el patetismo… Todo junto. Y estos actores me han dado cinco vueltas a mí por suerte (risas). Son increíbles.
-La película es una coproducción hispanoargentina. De hecho, es una ‘road movie’ pero en realidad el viaje empieza en Madrid.
Sí, sucede casi todo en Argentina pero empieza en Madrid porque el personaje de Darío está radicado en España.
-La promoción tiene que ser extenuante. Estrenan en los dos países con solo dos semanas de diferencia.
El 5 de abril en España y el 20 en Argentina. Estrenamos aquí y nos vamos para allá. De todas formas, hacer una ‘road movie’ es ya de por sí extenuante, no sé si voy a repetir, si te soy sincera (risas). Ten en cuenta que no estás dos días seguidos en el mismo lugar. Además, casi todos los rodajes son en exteriores, con lo que eso conlleva (llueve, sale el sol, hace calor, hace frío…). Y además con una furgoneta del año catapún. Cuando terminábamos en un sitio, todos, el equipo entero, teníamos que hacer la maleta y cambiar de sitio.
Foto: Festival de Málaga (Alex Zea)