El domingo 9 de octubre se estrena el documental Un hombre de cine, dirigida por Hernán Gaffet. Se trata de una historia política de la censura cinematográfica argentina narrada a través de la trayectoria profesional de Néstor Gaffet (1928-1982), abogado, distribuidor y productor de cine, publicista, ocasional guionista, crítico y docente. Cuenta con los testimonios de Fernando Martín Peña, Fernando Ramírez Llorens, Alejandro Saderman, Adrián Muoyo, Horacio Verbitsky y Edgardo Cozarinzky. Se exhibe en el Malba todos los domingos a las 18 hs.
Néstor Gaffet llevó a Leopoldo Torre Nilsson a triunfar en festivales internacionales para ubicarlo entre los mejores directores del mundo. Se especializó en distribuir cine de vanguardia, y a la vez luchó contra la censura cinematográfica de férreas dictaduras y débiles democracias. En dos ocasiones sus litigios con los censores llegaron a la Corte Suprema de Justicia. Una historia hasta hoy oculta del país y del cine argentino.
“Néstor Gaffet se hizo cinéfilo y bibliófago en la patagónica Trelew con apenas dos cines –describe el realizador, Hernán Gaffet-. En 1947 viajó a Buenos Aires para cursar estudios universitarios. Se esforzó para recibirse de abogado, pero a la par de recibir el título se recibía de distribuidor de cine por enamorarse de Juventud divino tesoro, el primero de once films de Bergman que estrenaría comercialmente en Argentina. Nacían varias leyendas: el descubrimiento del director sueco, Buenos Aires como faro de la cinefilia sudamericana, y un cinéfilo que llevaría a Leopoldo Torre Nilsson a triunfar en el circuito de festivales internacionales para ubicarlo entre los 10 mejores directores del mundo. Con los cinco títulos que produjeron juntos1 (entre 1960 y 1962) ganaron el premio de la Crítica en Cannes y los principales mercados de cine arte de Europa y EEUU. Néstor se especializó en distribuir cine de vanguardia, el cine que desafía y exige al espectador, aunque también supo alternar con el cine popular que le permitió luego arriesgar con productos más difíciles. Eran tiempos de nuevas corrientes estéticas, cuando en la sección oficial de un festival podían competir media docena de clásicos del cine. Pero hacer y distribuir cine lo obligarían a ser abogado y renunciar a su familia, peleando contra la censura cinematográfica enquistada en sucesivas dictaduras y democracias tan frágiles como vigiladas. Al menos en dos ocasiones sus litigios con los censores llegarían a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y desbordarían la sección de espectáculos de los diarios para llegar a las noticias “tribunalicias”. No se trata de exaltar a una persona que admiro o de tratar de desentrañar porqué, tratándose de alguien lúcido y brillante en muchos aspectos de su profesión, fue capaz de hacerme daño aun cuando no fuera su voluntad. O al menos no se trata solo de eso, cuando en realidad fue la motivación inicial del proyecto. Fue investigando la trayectoria personal de mi padre que dimensioné el mal hecho por la censura cinematográfica de todos los gobiernos argentinos, desde la creación del primer Instituto Cinematográfico Argentino en 1936 (gobierno del Gral. Justo) hasta 1983 (última dictadura cívico militar). A veces la censura fue política de Estado, otras, un secreto inconfesable que se disimuló bajó el disfraz de actos burocráticos. En cualquier caso, la censura “formateó” estilos cinematográficos y espectadores, ciudadanos argentinos. Néstor Gaffet se inició como distribuidor en 1955 y poco después como productor en el preciso momento en que estallaban los nuevos cines, las vanguardias que apretaron el acelerador en la evolución del cine. Y en esas nuevas olas surfeó paseando el mejor cine de Torre Nilsson y comprando para nuestras pantallas muchas obras maestras, hoy clásicos que siguen despertando la vocación de jóvenes cineastas y la admiración de nuevos espectadores. Noche de Circo, Un verano con Mónica, Cenizas y diamantes, El proceso, Hace un año en Marienbad, Tren nocturno, Vivir su vida, Los siete samuráis, El cielo y el infierno, Mi tío, Los paraguas de Cherburgo, La felicidad, Rebelión, Morir en Madrid, Adorado John, Las largas vacaciones del ’36, El espíritu de la colmena, La última ola, Ana y los lobos, La tercera parte de la noche, El desierto de los tártaros, son algunos de los títulos que distribuyó en el país. Esta película pretende captar las chispas, el fuego, el dolor de la historia personal de un hombre de cine en colisión con grupos de poder e ideologías que pretendieron orientar la forma de pensar de un país. Las heridas de esos enfrentamientos influyeron en su temprana muerte a los 54 años. Esta es la historia de cómo el cine me quitó a mi padre, y de cómo ambos me enseñaron esa forma de la felicidad: las películas”.
Un hombre de cine utiliza fragmentos de los films El acorazado Potemkin (Sergei Eisenstein, 1925), Juventud divino tesoro / Sommarlek (Ingmar Bergman, 1951), Mi tío / Mon oncle (Jacques Tati, 1958, trailer), Torre Nilsson (Alejandro Saderman, 1976), Repulsión (Roman Polanski, 1965, trailer), Reflexión ciudadana (Fernando “Pino” Solanas, 1963), Adorado John / Käre John (Lars-Magnus Lindgren, 1964), El proceso/ Le procés (Orson Welles, 1962), Un guapo del 900 (Lautaro Murúa, 1971), Ana y los lobos (Carlos Saura, 1973), El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973).
La película está iniciando su recorrido por festivales y ya participó en el 8° Festival Internacional de Cine de las Alturas, Jujuy, setiembre 2022, en la Sección Oficial Documental.
FICHA TÉCNICA
Investigación, Guion y Dirección: Hernán Gaffet
Productora: MAGOYA FILMS
Productores Magoya Films: Fernando Molnar y Sebastián Schindel
Productora ejecutiva: Charo Mato
Director de fotografía: Tomás Ridilenir
Cámara: Tomás Ridilenir, Edgar Espinoza y Fernando Molnar
Animación: Gabriel Muro
Locución: Juan Palomino, Darío Guersenzvaig y Hernán Gaffet
Música: Guillermo Romero, interpretada por Guillermo Romero en piano y Horacio Straijer en percusión
Grabada en Estudio Doctor F
Técnico de grabación: Agustín Silberleib
Director de sonido y sonido directo: Emiliano Monsegur
Microfonista: Marlene Vinocur
Posproducción de sonido: Quetzal Sound
Montaje: Gustavo Gorzalczany, Javier Falchi y Hernán Gaffet
Conformado y VFX: Gustavo Gorzalczany
Color: Roberto Zambrino
Posproducción de Imagen: Gorky Films
Diseño de Afiche: Sebastián Hermida
Duración: 113 minutos
1 Películas producidas por Néstor Gaffet para Leopoldo Torre Nilsson: Fin de fiesta (1959), Un guapo del 900 (1960), La mano en la trampa (1961), Piel de verano (1961), Homenaje a la hora de la siesta (1962).
