Cinthia Rajschmir está en la etapa de posproducción de Sara Facio, haber estado ahí, su segundo documental, dedicado a la gran fotógrafa, fotoperiodista y curadora argentina, quien cumplió 90 años el lunes 18 de abril. Se trata de un reflejo de la vida y obra de la extraordinaria artista, en la que ella misma participa. Como parte de la celebración de su cumpleaños, parte de su obra fotográfica se vio en espacios públicos de las tradicionales locaciones de Recoleta, San Telmo, Congreso y Av Florida, en la muestra Bs As, que finaliza el domingo 26 de junio.
-¿Cuál fue el perfil que quisiste darle al documental sobre Sara Facio?
Tiene que ver con la forma en que me gusta trabajar en los documentales; no haciendo una semblanza o descripción fría y distante, sino una construcción de lo que para mí es un acontecimiento, que es encontrarme con la protagonista. A partir de mi descubrimiento, en tanto crece el intercambio y el vínculo, se genera una confianza que va enriqueciendo y profundizando cada vez más el conocimiento de ella.
-¿Qué representaba Sara Facio para vos antes de emprender el documental?
Sara es alguien fundamental desde mi adolescencia, en términos culturales y de crecimiento personal y artístico. Conocí su obra a los 18 años, cuando recorríamos la Fotogalería del San Martín -el pasaje entre el teatro y el Centro Cultural- con compañeras de estudio, de universidad, de profesorado de expresión corporal. Gracias a eso, en esos tiempos de la democracia reciente, descubrí que la fotografía era un arte.
Muchos años más tarde, cuando tuvo la generosidad de aportar sus fotos queridas para la Cortázar y Antín, descubrí con asombro que el mundo que creó en mí es pura belleza. Es lo que trataré de poder compartir con otros.
-¿Qué elementos o testimonios que aparecieron durante la instancia del rodaje te modificaron la perspectiva del documental?
Un guion siempre es una hipótesis. Parto del mismo, pero queda un espacio muy grande a la construcción que se va desarrollando a medida que se avanza. El documental es una investigación en muchos sentidos: en imágenes, en sonido y en relato. Ese relato se fue enriqueciendo porque hubo descubrimientos. Informaciones, objetos, recuerdos que yo no esperaba. Y quizás ella tampoco. Ella misma decía “¡Mirá lo que apareció acá!”. Ese fluir es parte de la magia que encierra un documental.
-¿Cómo fue el proceso de elaboración del documental?
Me gusta mucho trabajar en equipo. El guion lo coescribí con Marcela Marcolini. En las primeras instancias participó Alejandra Marino. La producción ejecutiva es de Graciela Mazza, quien desde el primer momento me dijo que sí. La asistencia de dirección es de Wanda López Trelles. Es noble poder decir que la obra se construye con otros y otras, y que cada integrante va haciendo su aporte. Hay una energía que fluye y sobre todo, una admiración grande compartida por Sara.
Empezamos a trabajar antes de la pandemia. Las primeras jornadas de rodaje fueron la última semana de febrero de 2020. Cuando el proyecto se paralizó, por un lado fue muy duro no poder avanzar. Pero por otro, al regresar hubo un período muy interesante de ir profundizando las propuestas, revisando y ampliando. Trabajamos mucho en el desarrollo del proyecto y en forma cada vez más apasionada.
-¿Por qué creés que Sara aceptó participar en su propio documental?
Las hermosas fotos de Julio Cortázar que aparecen en Cortázar y Antín fueron cedidas por ella generosamente. Gracias a eso pudimos terminar de construir al personaje. Cuando le fui a proponer el documental a ella estaba trabajando en un concurso de literatura de la Fundación Maria Elena Walsh. Me pidió que volviéramos a hablar al mes. Cuando finalmente nos encontramos, le quise contar cómo es mi modalidad. Me paró y me dijo: “No me digas más; si estás sentada allí es porque yo ya te elegí. Si te elegí es porque me gusta lo que hacés”. Me quedé conmocionada.
-¿Cuáles son los planes de estreno?
Sería hermoso que se estrenara este año, que es el de los 90 años de ella. Estamos en la etapa de la posproducción. Me lo preguntó ella… y también me lo preguntó Manuel Antín, que está muy contento de que a su documental lo continúe el de Sara Facio.
Julia Montesoro