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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Cristian Bernard superó los 100 mil espectadores con «Ecos de un crimen»: «No quiero hacer otra cosa que cine de género»

Ecos de un crimen, película de suspenso dirigida por Cristian Bernard y protagonizada por Diego Peretti, Julieta Cardinali, Diego Cremonesi y Carola Reyna, se estrenó el 27 de enero último y muy rápidamente se erigió en un fenómeno de público, constituyéndose en la primera producción argentina que superó los cien mil espectadores a partir de la pandemia. Paralelamente, desde este mes comenzó a exhibirse en HBO Max.

Cristian Bernard profundiza en las razones de esta repercusión, que aun adaptada a una nueva realidad mundial generó un alto impacto en el público.

-¿Esperabas esta respuesta del público?

No. Esperaba que funcionase bien porque estoy muy contento con la película, pero también me ocurrió que quedé muy conforme con otras películas y no funcionaron así. Tiene más valor por el contexto: la estrenamos en la semana del pico de Omicron, cuando los medios -con mucha responsabilidad-, le decía a la gente que no fueran a lugares públicos cerrados. Yo esperaba lo peor.

-También teniendo en cuenta que estaba previsto el estreno en plataforma. O sea que quien quisiera podía no ir al cine y verla, de todas maneras.

Sí, es verdad. Ese también era mi temor. Pasa en otros lugares: a Christopher Nolan le estrenaron al mismo tiempo (NR.: The Batman). Aunque en mi caso no fue así, las plataformas muchas veces resta público.

-¿Qué tiene Ecos de un crimen que convocó a más de cien mil espectadores? ¿Qué recibís del público o qué intuís?

En líneas generales, la gente agradece que sea una película no habitual en nuestra tradición cinematográfica. Porque es un thriller psicológico pero también es una película del género de terror, y eso el público no se lo espera. Puede llegar a asociarse con un policial tradicional -que eso hemos hecho-, pero de golpe se encuentran con una película que roza el género fantástico. Eso, más las actuaciones y el ritmo.

-¿Acompañás la película en las salas?

Sí. Me gusta mucho ir al cine a ver cómo reacciona la gente, me encanta y me quedo hasta el final. Veía salas llenas –algo que no observaba hace mucho tiempo- y también tensión. En las salas no vuela una mosca, la película es un ejercicio de tensión. El gran temor que tenía (algo que nos puede pasar a quienes hacemos cine de género), es que la gente se empiece a reír. Con una nota en falso cambiás el clima. Y a veces la gente también se ríe de nervios, incluso con películas de terror buenas. En Ecos de un crimen no pasó. Y como tiene una vuelta de tuerca, la gente se queda hablando sobre qué sucedió y qué vieron. El público de terror es muy fiel. Y es un público que nuestra industria no ha tentado, muchas veces porque el cine de género que se ha hecho y se hace en Argentina es más independiente, más a pulmón, sin estrellas ni grandes nombres.

-De los comentarios elogiosos que recibiste, ¿cuál recordás que te haya subrayado algo que no habías advertido hasta ese momento?

La película tiene mucha cinefilia: está llena de referencias que sirven a la historia. No están como homenaje: detesto el cine que lo hace por el homenaje mismo. Se pueden ver aspectos que refieren a El resplandor, a Hitchcock o a De Palma. Pero también me dijeron que tiene clima de otros directores que yo jamás pensé. Mucha gente la asocia a Identidad, de James Mangold, porque llueve durante toda la película. Yo la vi pero no fue mi principal referencia.

-Esta incursión en el terror, ¿te hace pensar en nuevas historias referidas a ese género?

Ahora no quiero hacer otra cosa que cine de género, me enamoré de esto porque es una posibilidad de hacer cine. Angel Faretta dijo de la película que se puede decir cualquier cosa, pero que es cine. Actualmente estoy con tres proyectos hermosos: con uno vengo batallando incluso antes de Ecos de un Crimen: se llama Bajo tus pies y es una historia de brujas modernas. La tengo íntegramente bocetada por Nelson Luty, quien diseñó la arquitectura visual de Metegol.

También estoy desarrollando la tercera película con Flavio (Nardini): Espilber, una historia de OVNIS en Argentina en la década del 70 en el contexto de la dictadura, que transcurre en un pueblo en la costa. El protagonista es un policía de pueblo que en la época que se estrena Tiburón no para de ver tiburones en el mar y espanta a todos los turistas. A partir de ahí le dicen Espilber. Cinco años después, con el estreno de Encuentros cercanos, hay un caso de una chica que desaparece y él está convencido que fue abducida por un OVNI, y es real aunque nadie le cree. Nos interesa abordar la influencia que tuvo Spielberg en la cultura popular. Así era el poder que tuvo el cine.

Por otro lado estoy avanzando con una película de terror humano que se llama Noche de dogos, sobre una cacería de rugbiers a un chico, una noche. Es un tema que me apasiona; de chico me dieron una golpiza. Sin estigmatizar a todos los rugbiers, es un fenómeno interesante, s

-¿Cuánto de la realidad entra en esas ficciones?

Muchísimo. Siempre meto la realidad y pongo vivencias. Ecos de un crimen es un guion de Gabriel Korenfeld, pero de algún modo refiere a cosas que me han pasado.

Bajo tus pies está inspirada en una historia que me pasó a mi familia y a mí en mi casa. Unas vecinas de abajo no paraban de gritar todos los días a las tres de la mañana, y a partir de ese disparador yo generé una historia de brujas caníbales que comen niños, un Hansel y Gretel moderno, pero el disparador fue real.

Noche de dogos surge de cuando me agarró una patota de rugbiers cuando yo tenía 15 años. Aun hoy no entiendo cómo estoy vivo. Siempre me quedó ese tema en la cabeza para poder hacer una película.

Y Espilber tiene que ver con el impacto que tuvo, tanto en Flavio como en mí, el cine de Spielberg y es casi una carta de amor a ese gran cine popular que ya no está más. Aparte, los dos somos fanáticos y creyentes del tema OVNIS. Mi viejo era piloto de Aerolíneas y tuvo avistamientos reales.

-Quedó pendiente otra historia de la que alguna vez hablaste, Trueno del camino, aunque no es de género.

Es un proyecto escrito con Hernán Moyano, el guionista de Bajo tus pies. Es de aventuras, sobre el mundo de las carreras de Scalextric clandestinas, como un The Fight Club pero de Scalextric.

Pero hoy estoy más orientado a hacer cine de género porque siento que hay ahí un público grande y la posibilidad de hacer un cine bueno y popular, a la vez.

-Hace pocos días escribiste en tus redes sociales que tus próximas películas se verán en plataformas. ¿Qué interpretación hay que darle a esto?

La interpretación de la realidad. No es la que a mí me guste pero la gente está dejando de ir al cine diría que masivamente. No es que la gente dejó de ver cine: lo ve en sus casas en las plataformas. Muchos amigos me dicen que tengo que estar disfrutando los cien mil espectadores de Ecos de un crimen, pero en otro momento hubiéramos hecho cinco veces más. No me quejo pero no me olvido de que dos años antes, El robo del siglo superó los dos millones.

Hay dos fenómenos en el mundo que son centrales: el traslado del cine a la plataforma y la pandemia, que alejó al público adulto que, por obvias razones, ya no va a la sala. El cine que nosotros amamos, ese público que ronda los 30 años, está yendo cada vez menos.

Julia Montesoro

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