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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Leonardo Sbaraglia: «La música no es un medio de vida sino la necesidad de expresarme»

Hace más de cinco años que Leonardo Sbaraglia viene abordando el canto como una de las ramas del arte, trascendiendo los límites que impone la actuación. En tiempos de pandemia presenta los espectáculos El territorio del poder y Hambre, junto con el guitarrista Fernando Tarrés, en Thelonious Club. Su próxima presentación será el miércoles 4. Paralelamente, dos películas argentinas y una serie española que lo tienen como protagonista siguen a la espera de una fecha de estreno. Tampoco hay datos concretos sobre la esperada serie Maradona: sueño bendito, donde Sbaraglia se caracteriza como Guillermo Coppola, el representante de Diego Armando Maradona.

-¿Qué es Hambre como esquema de espectáculo y como concepto?

Es la continuación y la necesidad de seguir investigando y conectados con con Fernando Tarrés y con el grupo con el que hicimos El territorio del poder. La continuación de la experimentación que venimos haciendo con hace más de seis años, con textos leídos y canciones.

-¿Cómo llegaste a este encuentro con Fernando Tarrés?

Esta sociedad creativa se inició hace seis años, en un homenaje a Rodolfo Walsh en el Haroldo Conti. Nos gustó tanto que tuvimos ganas de seguir haciéndolo. Pero hubo un impedimento por los derechos de los cuentos de Walsh. Entonces derivó hacia El territorio del poder con textos de derecho público, del subcomandante Marcos, César Vallejo, Elías Canetti y algunos textos nuestros.

El espectáculo fue cambiando: empezó como un hecho militante de la Humanidad, a partir de la necesidad de expresarnos en relación a lo que nos pasó con Rodolfo Walsh y se convirtió en algo muy poético. Nunca quisimos entregarlo comercialmente, complacientemente. No lo pensamos como un medio de vida. Mantuvimos la idea tenaz de que sea algo movilizador.

-¿Cuáles son las similitudes y diferencias entre ambos espectáculos?

La dinámica es la misma: son canciones mezcladas con relatos. Trabajamos con textos de Camila Sosa Villada. Y nos interesan algunos de Abelardo Castillo, Samantha Schweblin, Andrés Rivera, Julio Cortázar, para lo cual hay que gestionar los derechos.

En Hambre hay más canciones. Me estoy poniendo más canchero: me siento mucho más afín a los músicos y animado a explorar el canto. No con la intención de convertirme en un cantante, sino como una nueva alternativa de expresión, muy diferente a la actuación. Pero que tiene vasos que se comunican, como el contacto con la emoción.

También se incorporó Lore (Lorena) Vega, un poco como coordinadora, como directora, como alguien que mira de afuera y trata de que las piezas encajen mejor a través de su sensibilidad.

-Tratándose de un espectáculo de música y poesía, ¿es musical o literario?

Es musical… Fernando dice siempre que la música llega donde la palabra no. Conviven ambas cosas y llegan a diferentes lugares. En el caso de El territorio, encontramos un tema muy concreto que tiene que ver con la sublevación del cuerpo. El cuerpo ha sido apresado históricamente, tomado y cosificado. Como una herramienta más. Y es algo propio, que nos pertenece, algo de lo cual somos dueños. Por eso se habla de la Inquisición, de 1978 y la dictadura, del Holocausto. En el caso de Hambre –que no es literal sino que define el hambre de crecer y de expresar-, estamos encontrando los temas.

-Es atípico ver a un actor en un escenario musical como Thelonious Club.  

Es un templo jazzístico que me encanta. Es la primera vez que se hace allí algo a nivel actuación. Los hermanos Eze y Lucas Cutaia además son un encanto. Y además, cada vez que nos presentamos nos va muy bien. Si no se llena, le pegamos en el palo. Por las restricciones, estamos obligados a hacer dos funciones. Para mí es un esfuerzo brutal porque estoy actuando con mi voz, que es mi instrumento sonoro emotivo psicológico arriba del escenario durante una hora y media. Pero vale la pena.

Hoy se arregla el mundo.

-La música y el escenario reemplazan otros proyectos. La pandemia y la reprogramación de estrenos y presentaciones postergaron varios trabajos tuyos.

Trabajos, además, que son de los más importantes en mi carrera. Porque representaron nuevos desafíos, nuevas expresiones. Desgraciadamente nada de eso se ha podido mostrar. Llámese Errante corazón, de Leonardo Brzezicki, en la que hicimos de padre e hijo con Miranda de la Serna, la hija de Erica Rivas y Rodrigo. O la película de Wino (Ariel Winograd), Hoy se arregla el mundo. No hay fecha de estreno de ninguna de las dos. Como tampoco se estrenó Todos mienten, una serie de seis capítulos que hice en Barcelona el año pasado. Se presentará en el Festival de Vitoria, en septiembre. Tal vez se estrene en octubre, a través de Movistar Plus.

Maradona: sueño bendito.

-De todo lo que está pendiente, se generó una gran expectativa con Maradona, sueño bendito. ¿Tiene fecha de estreno?

… si vos no sabes nada, yo sé menos. Prácticamente desde junio del 2020 se venía posponiendo el rodaje de la segunda temporada. En enero nos dijeron que empezaba en abril; en febrero que se pasaba a mayo y en marzo, a junio. Y hace unos días me confirmaron la suspensión de la segunda temporada… Para nosotros es muy angustiante porque se trata de nuestro trabajo. Yo iba a trabajar en Santa Evita pero dije que no por la serie de Maradona. Postergué proyectos por esperar esta grabación. Y de pronto me encuentro con esta incertidumbre. Se entiende que el mundo está pasando por un momento muy delicado, que hay que tener cien veces la paciencia que antes podías tener. Pero también estimo que hay cosas que se podrían manejar mejor.

Julia Montesoro

Foto principal: @malucampello (IG de Leonardo Sbaraglia)

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