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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Cristian Bernard terminó el rodaje de «Ecos de un crimen»: «El desafío es volver a convocar a las salas»

Después de trece años, Cristian Bernard volvió a un set para filmar Ecos de un crimen, thriller protagonizado por Diego Peretti, Julieta Cardinali, Diego Cremonesi y Carla Quevedo con producción de Ricardo Freixá y Fernando Abadi, cuyo rodaje concluyó los primeros días de julio y que se prevé estrenar en los primeros meses de 2022.

La última producción de Bernard para el cine había sido Regresados, estrenada en 2008. Desde entonces, participó como codirector junto a Flavio Nardini en la serie Germán – Ultimas viñetas, estrenada en 2013 y tuvo una entrañable intervención junto a José Martínez Suárez en el documental Cine de pueblo, una historia itinerante (de Sebastián Hermida) estrenada online el año pasado.

-Tal como se llama tu última película, estás “regresado”. ¿Qué te impulsó a volver y qué te ocurrió con el cine en estos trece años de ausencia?

En verdad, no me fui nunca al cine. Nunca estuve peleado. Pero la experiencia de Regresados fue muy compleja. Nos fue muy mal económicamente, más algún lío que tuvimos con el INCAA y un juicio. Fue una historia traumática. Pero nunca me resintió con el cine: siempre tuve proyectos, siempre quise hacer películas. Tuve la posibilidad de llevar a la pantalla grande Operación Traviata, sobre el asesinato de (José Ignacio) Rucci, una historia increíble en la que trabajé unos cuatro años en la adaptación al guion. Hace cinco años que estoy con el proyecto de una película de terror, Bajo tus pies. En el medio hicimos series, como Germán, últimas viñetas, una propuesta hermosa junto a Flavio (Nardini), Miguel Ángel (Solá) y un grupo de actores extraordinarios.

-¿De qué se trata Ecos de un crimen? ¿De quién es el guion y qué viste allí que te motivara el deseo de filmarlo?

Las mejores cosas que me pasaron con el cine son las que me llegaron del cielo, las no esperadas. Los proyectos míos son tortuosos, llevarlos a cabo es complejo. Pero de golpe me llegó este guionazo. Ricardo Freixá, productores de Bajo tus pies, me lo alcanzó sin darme ninguna información: “Leelo -me dijo-, porque ante la tristeza de una película que se pospone no hay nada mejor que otra película”. Yo esperaba una comedia y me volví loco porque es una película de género. Por un lado es un thriller psicológico, pero a la vez es un relato fantástico y una historia de terror, El guion es de Gabriel Korenfeld (guionista de Permitidos). A la media hora le contesté a Ricardo: “¡hagámoslo!”.

-¿Qué encontraste en esa historia?

Una película atípica de género. Generalmente el cine industrial está enrolado en las comedias o en el drama. Pero el thriller psicológico, donde hay cosas de Hitchcock pero también de Carpenter, no es común. Me gustó la simpleza y al mismo tiempo la contundencia: es una flecha. Es aparentemente simple, pero mucho más compleja de lo que parece a primera vista. ¡Por momentos me arrepentí porque la hechura es muy difícil! (Risas). Todo transcurre de noche y bajo la lluvia. Me atrapó la posibilidad de poder hacer algo de lo que no tenemos mucha tradición.

-Además, como proyecto industrial que es, tiene un elenco de grandes profesionales.

Eso me dio miedo, ¿eh? Siempre trabajé con increíbles actores, pero que venían de otro palo, no con tantas horas de vuelo. Estos actores tienen cien millones de horas de vuelo más que yo en el cine. Miran la cámara y saben con qué lente lo estás filmando. Aunque me destaco por lo visual, en cuanto a la dirección de actores sé lo que quiero, pero soy un intuitivo.

-Tu última película fue en analógico, en celuloide. Y te toca volver en digital y en pandemia. ¿Cómo atravesás estos días de rodaje?

Lo que más me afecta es la visión, dirigir con el barbijo y con los anteojos que se me empañan y no me permiten ver el maldito monitor. Tengo que leer el guión y los anteojos están empañados y no puedo. En eso me parece un espanto.

-En cuanto a las posibilidades del streaming, ¿te atrae pensar que la película se verá en plataformas?

Se va a estrenar en cine y después en streaming. Ahora casi toda la industria está orientada a las series (son hermosas y las amo) y hay pocas películas que se piensan para las salas. Para mí es un acto de militancia hacer una película para las dimensiones que uno la sueña. Hay que volver al cine. Hace poco me enteré de que una empresa bocha los planos generales porque sostiene que la gente ve las películas en celulares, y allí los planos no tienen lectura. No me imagino diseñando películas para ese formato.

-Hace dos décadas irrumpiste con 76-89-03 junto a Flavio Nardini. ¿Cómo creías que iba a ser el camino?

Muy difícil. Lo que nos pasó con Flavio es que hicimos una película de culto, pero no fue un gol de taquilla. Eso era lo necesario para poder hacer más películas. No tuvimos la suerte de otros directores de lo que en aquel momento era llamado “Nuevo cine argentino”, que de golpe metieron una película con más espectadores y los ayudó a poder hacer la otra. No nos pasó.

Tampoco fuimos muy adeptos a quedarnos en el lugar del cine independiente: ya está, pasé por ahí, me parece que está bueno, pude hacer dos películas, pero tampoco me voy a pasar toda mi vida haciendo películas a pulmón con amigos. No lo digo en un sentido peyorativo y admiro a quienes lo hacen. Hay tipos como Raúl Perrone que es un estandarte de esa forma de hacer cine y también otro como Mariano Llinás, que va por otro lado, también hace buenas películas. En mi caso, siempre quise hacer cine industrial. El cine independiente era un camino. Y además, las hicimos porque no bancaba nadie.

76 89 03 fue lanzada como “la primera película argentina sin mensaje”. Un chiste buenísimo y una apelación marketinera formidable, en tiempos en que todo el cine parecía obligado a tener mensaje. Ecos de un crimen, ¿tiene mensaje?

Era mentira además…Sí, por supuesto que tiene mensaje. Y muchas capas. Me parece que es de esas pelis que va a dar gusto volver a verla. No me quiero comparar, pero tiene algo borgeano en el sentido de de esta capacidad de poder tener lecturas infinitas. No es solamente una película de terror. Buscamos que tenga clara una visión del mundo. Hasta diría del momento que estamos viviendo. El desafío es volver a convocar públicos a las salas.

Julia Montesoro

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