El Consejo de los Estados de Suiza aprobó el llamado internacionalmente (y también en la Argentina) el “impuesto Netflix”: los streamers deberán invertir por lo menos 4% de su rentabilidad en la industria cinematográfica de la confederación.
Después de que el 5 de junio se sellara un acuerdo histórico del G7 sobre la implementación de un impuesto corporativo global mínimo del 15% sobre los gigantes tecnológicos y los paraísos fiscales, en los primeros días de junio los senadores suizos aprobaron la implementación del impuesto.
La disposición está respaldada por el Consejo de Estados, y requiere que las plataformas que operan en Suiza inviertan al menos el 4% de su facturación (frente al 1% propuesto por el Consejo Nacional) en la industria audiovisual local.
El lunes 7 de junio, la cámara alta de la Asamblea se mantuvo firme en la idea de que los transmisores en línea deberían estar sujetos a una restricción fiscal comparable a la que ya afecta a la Swiss Broadcasting Corporation y otros canales de televisión regionales.
La resolución está encadenada a debates sobre el mismo tema en otros países de Europa. España, por ejemplo, planea actualmente un impuesto del 5% sobre el volumen de negocios local de los streamers. En 2020, Polonia adoptó un impuesto del 1,5% que se pagará al instituto nacional de cine y tiene como objetivo financiar la producción de contenido nacional.
El Consejo Nacional helvético teme que los costos adicionales generados por el “impuesto Netflix” sean asumidos por los usuarios, quienes podrían ver un aumento en las tarifas de suscripción.
El impuesto a las plataformas es parte de una nueva ley de cine más amplia, incluida en la agenda de la Oficina Federal de Cultura para el período 2021-2024. La nueva ley de cine también incluye la muy discutida cuota obligatoria del 30% para los contenidos audiovisuales europeos en la oferta proporcionada por los streamers online, ya aprobada por ambas cámaras.