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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Rodrigo Guirao Díaz filma «Humo bajo el agua»: «Me interesa el desafío de arriesgar con papeles que nunca hice»

Rodrigo Guirao Díaz volvió a la Argentina de México para rodar Humo bajo el agua junto a Mariano Martínez, con guion y dirección de Julio Midú y producción de Midú y Fabio Junco.

Instalado transitoriamente en Saladillo –donde se está rodando la película desde abril- protagoniza una historia que transcurre en un ambiente rural en los años 90, entre dos amigos de la infancia; uno es el hijo de un estanciero, el otro es el hijo del capataz de esa estancia.

-Voviste a la Argentina para rodar Humo bajo el agua. ¿Qué te impulso a decidirte a filmarla?

Recibí el guion estando en México. Después de un año y medio de trabajo, había ido de vacaciones al mar. Allí tuve tiempo y tranquilidad para leerlo. Pocas veces me pasa, pero cuando llegué a la mitad sabía que iba a aceptar: ya había entrado en la historia. No le quería decir que sí a Julio (Midú) antes de terminar de leerlo porque me parecía una falta de respeto. Pero no dudé ni un segundo. Me terminó de convencer cuando hablé con él y me contó el enfoque de la historia.

-¿Qué te interesó de la propuesta?

El guion. La historia. Más allá de mi personaje y de lo que pueda aportar. Después, el desafío de arriesgar y hacer cosas que nunca hice. Es la mejor manera de seguir aprendiendo como actor. Y también me encantó que estuviera Mariano (Martínez). Hace mucho tiempo que quería trabajar con él. Nunca nos cruzamos en ningún proyecto.

–Estaban las condiciones para que volvieras a la Argentina a filmar.

Amo el cine. Y me gustó mucho la energía del director, Julio. Su enfoque de la peli, cómo la quería contar. El me conoció a través de Mimí Ardú, quien le propuso mi nombre. Yo había trabajado con ella en Campanas en la noche y ella le pasó el link de Hasta que me desates a Julio. Que el director te quiera en un proyecto suma muchísimo. A veces el director no te elige, porque tu nombre surge de la producción, o por otros factores. Metafóricamente, lo tenés que ir enamorando. Necesitás que él confíe y vos también necesitás confiar en él. Este no es el caso: yo confío.

-En Humo bajo el agua interpretás al hijo de un estanciero, amigo de la infancia del hijo del capataz, protagonizado por Mariano Martínez.

La historia es una bomba y va a llamar mucho la atención. Pero conviene guardar lo máximo que se pueda, ¿no? Soy superreservado pero también porque soy cabalero. Y una de mis cábalas es que no le cuento a nadie.

-¿Qué tiene en común el papel con tu propia vida? ¿Qué traías vos de esa vida de campo?

A simple vista, nada. El es hijo de una familia súper adinerada con una estancia gigante y yo vengo del barrio, de familia de clase media, jamás tuvimos ninguna casa de campo y una vez sola me habré subido a un caballo. Pero lo que me gusta del trabajo son los paralelos. No me hace falta tener hijos para saber lo que siente el personaje, o haber nacido en ese lugar para saber lo que se siente volver a tu lugar de raíz, a conectar con quién era uno.

En Italia estuve en cuatro series ¡y en todas anduve a caballo! En una de ellas, que se llamaba Tierra rebelde, era el protagonista. Era un spaghetti western romántico de época, de 1800. Tenía que ser el número uno del campo y andar a caballo todo el tiempo. No estaba para empezar a filmar pero necesité aprender rápido porque sentía que podían echarme en cualquier momento. Ahora, después de 10 años, me volví a subir a un caballo.

-Casi simultáneamente a tu estada en la Argentina se estrenó en México la comedia dramática Después de ti, lo cual reafirma tu carrera en ese país. ¿Creés que México te dio las oportunidades que no tenías en Argentina?

No. Siento que mi país es Argentina, que las oportunidades me las dio Argentina y que soy actor gracias a Argentina. Y si no me hubieran dado las oportunidades que me dieron durante varios años, por ahí hubiese desistido de intentar ser actor. La primera vez que tuve una oportunidad como actor en México fue a los 29 años. No sé si hubiese estado de los 21 a los 29 sin trabajar esperando esa oportunidad. Me vieron en el casting y quedé preelegido. El productor le mostro el video de los últimos finalistas a sus hijas. Y las hijas tomaron la decisión: dijeron “sí, lo conocemos, es el de ‘Patito feo’. Elegilo a él, papá”. Eso fue gracias a la Argentina.

Pero también digo que estoy súper-súper agradecido con México, por la oportunidad que me dieron. A mí y a tantos extranjeros. Por eso hoy son potencia en ficción. Tienen un trato superrespetuoso, educado. Y eso lo supervaloro. México me dio también la oportunidad de hacer personajes más complejos, con mucha problemática psicológica. Creo que coincide con mi madurez actoral.

-Sos uno de los actores argentinos que más países recorrió filmando: venís de México, pero también hiciste cine y televisión en España, Italia y Honduras. ¿Pensabas que tendrías esta proyección internacional al comenzar hace 20 años, en Rebelde Way?

No. Soñaba con hacer cine, pero nunca me imaginé que me pasarían cosas como en Italia, que de la nada pasé a hacer protagónicos en la televisión. Creo que tuve mucha suerte. Y aprendí mucho de mis errores también.

Julia Montesoro

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