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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Oscar Martínez, premiado en Málaga: «Me gustaría pensar que el mejor trabajo todavía no lo hice»

Oscar Martínez recibió de forma virtual la Biznaga Ciudad del Paraíso, que otorga el Festival de Málaga, en reconocimiento a su trayectoria. La entrega simbólica se llevó a cabo el jueves 27.

“Lejos de apoltronarme, de decir ‘bueno, ya está’, de congelarme en la voluptuosidad del éxito y del halago del premio, lo vivo como un compromiso, siento que tengo que estar a la altura de eso que me están otorgando para lo cual es muy importante disfrutar el momento, sentirse muy halagado y al día siguiente o a los pocos días, olvidarlo”, dijo Martínez al recibir el homenaje.

“Me siento en deuda con Málaga, es algo de muchísima generosidad para conmigo, gané dos veces y ahora me hacen este reconocimiento, me siento muy amado, querido y valorado”, explicó a través de un vídeo el homenajeado, quien ganó el premio al mejor actor por Koblic en 2016 y por Yo, mi mujer y mi mujer muerta, en 2019.

Martínez contó que a los 14 años tuvo una revelación al ver a dos actores sublimes en una obra de teatro y supo que “tenía que hacer” lo que hacían “esos dos señores”.

“Lo comprendí con el cuerpo, no con la cabeza e, inmediatamente, me puse a estudiar actuación”, confesó.

También detalló que, siendo todavía adolescente, se enamoró de la narrativa y empezó a leer “febrilmente” y, en un momento, incluso, tuvo esa “disyuntiva” de no saber a qué dedicarse. “Era como bígamo porque amaba las dos cosas por igual y fantaseé con convertirme en novelista. No hice eso, pero sí escribí teatro, tengo tres obras escritas, y también escribí un libro de ensayo sobre el trabajo del actor”, ha dicho.

Aunque de unos años a esta parte está dedicado exclusivamente al cine, Martínez reconoció que lo que hegemonizó su carrera durante décadas fue el teatro, que defiende porque cree que es “el lugar donde el actor forja su instrumento y perfecciona su oficio”.

Respecto al trabajo del actor, Martínez, cuya carrera dio un giro con Relatos salvajes, explicó que el intérprete, ya sea un actor o un pianista, “no puede depender de la inspiración, no puede esperar el momento en el que son visitados por las musas” (…) “Un actor tiene que ir al teatro o al rodaje y hacer lo que hay que hacer en ese momento, en las condiciones en las que está, no puede depender exclusivamente de estar ese día inspirado o especialmente sensible para el trabajo, tiene que contar con una herramienta que lo faculte para invocar esa inspiración, pero para no depender enteramente de ella”, describió.

 “Había hecho películas importantes como ‘La tregua’, la primera película argentina que fue candidata al Óscar a mejor película extranjera, pero pasaron muchos años hasta que volví a filmar. Con El nido vacío, de Daniel Burman, gané la Concha de Plata en San Sebastián pero pasaron siete años hasta Relatos Salvajes. Y además del éxito de taquilla y en todo el mundo, algo pasó para que los directores de cine no hayan parado de llamarme, llegué a hacer cuatro películas en un mismo año. Algo pasó con Relatos Salvajes que terminé dejando el teatro y ahora solo hago cine”, dijo Martínez.

“A veces el cine es un gueto, los directores son muy prejuiciosos en ese sentido y entienden que un actor de teatro es un actor de teatro, pero yo creo que un buen actor en cualquier medio se desempeña bien. No me convocaban tanto para el cine y, a partir de Relatos salvajes, pasó algo que me volví visible para los directores y los productores”, sentenció.

“Lo que sí me gusta pensar es que lo mejor aún no lo hice”, aseguró Martínez, quien reconoció que está en condiciones óptimas para trabajar. “Me gustaría pensar que dentro de 10 años, voy a hacer el mejor trabajo, la mejor película o el mejor espectáculo” que he hecho nunca”, admitió.

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