Victoria Chaya Miranda publicó en la revista oficial de DAC, Directores, reflexiones en torno a la necesidad de aplicar políticas de género y a implementar el cupo femenino, bajo el cabezal “Columna de género” y titulado “Pandemia circunstante”.
“En estos días tan intensos y reflexivos me pregunto: ¿Qué estaría sucediendo en este largo período de confinamiento si no hubiera o hubiese contenidos audiovisuales? ¿Que sucedería con nuestra cotidianeidad, si nuestra relación con la pantalla fuera solo a través de informativos, por ejemplo? ¿Y si no tuviéramos ficciones?…
Habríamos colapsado como sociedad. Puedo asegurar que es nutritiva la posibilidad de transformación, transferencia y/o recreación, de nuestro estado emocional a través de las pantallas. Una relación de mutua proyección, entre el contenido y la espectadora o el espectador, que a través de su identificación y rápida asociación de eventos, busca siempre, un viaje que la/lo desafíe de diferentes maneras según su ánimo. Magia. Encontrar ese espacio de reflexión, catarsis y replanteo de nuestro mundo, y sus posibilidades vivenciales de abordaje, en situaciones tan asfixiantes como las que se atraviesan a nivel mundial, es pensar diferentes realidades. Esta pandemia deja en claro la gran importancia de los contenidos audiovisuales, y pone en evidencia cuentas pendientes que la Industria Audiovisual argentina padece.
Los contenidos audiovisuales padecen la falta de visibilización, desde el no cumplimiento de la cuota de pantalla de antaño, hasta la falta de aplicación de recursos que tenemos hace ya varios años a disposición y que permanecen latentes: En síntesis: hace tiempo que podemos hacer industria de múltiples formas para múltiples pantallas gracias a la fascinante era digital.
¿Por qué los controles remotos tienen plataformas VOD internacionales? ¿Por qué no vienen preseteados en nuestros celulares, controles remotos, y otros dispositivos, plataformas VOD con contenidos argentinos como la plataforma Cine.ar? ¿Por qué no tenemos plataformas de cine de género argentino, de cine clásico argentino, de cine experimental, documental y de cine infantil por ejemplo, visibilizadas de manera gratuita en todas las pantallas a nivel nacional?¿Será el inconsciente colectivo colonizado que siempre nos traiciona? Lo cierto es que gran parte de la sociedad argentina desconoce el cine argentino, o lo juzga, y eso es responsabilidad de nuestra industria. La sociedad argentina desconoce su industria, es un hecho. El ocultamiento no puede ser el estado permanente de los contenidos que generamos y que son premiados internacionalmente. No podemos estar constantemente en la sala de observación de un hospital en derrumbe que se llama las políticas de exhibición. Vamos más de ciento y pico de días de pandemia, todas las y los técnicos del país están a disposición para trabajar. ¿Por qué en ochenta días no hubo disposiciones que planteen hacer contenidos con nuestres, actrices y actores, técnicos y técnicas de manera remota? Si podemos hacerlo y si hace tiempo a través de los VFX (efectos visuales de posproducción), entendimos lo que es la virtualidad. Lo que quiero decir es que esta pandemia podría tener o haber tenido desde hace muchos meses, una industria activa con realización de contenidos de manera alternativa, novedosa y por que no, exquisita si el estado estuviera aquí y ahora palpitando esta problemática.
Y si hablamos de contenidos, hablamos de productos, y si hablamos de productos hablamos de mercado. Llegó el 2020, llegó la pandemia, hablar de igualdad de género está de moda, pero parece que las administraciones y los estados de casi todo el mundo desconocen como aplicar políticas de género o posponen acciones. Las primeras que nos debemos aferrar con uñas y dientes en esta tormenta pandémica somos las mujeres. Intentaré ser clara y concreta yendo del audiovisual a la vida misma.
La Industria mundial siempre tuvo mujeres han sido invisibilizadas o menospreciadas, como Alice Guy con sus múltiples contenidos o como Lita Stantic y María Luisa Bemberg, que tuvieron que pelear con insistencia su reconocimiento, ese que es fuerza de trabajo o talento (que a mi gusto siempre forman parte de la misma moneda). Cuando las mujeres de la Industria Audiovisual argentina pedimos cupo, le quiero aclarar a todas las personas que no comprendan este pedido, no lo pedimos como un acto de revictimización, subestimación o compasión, lo pedimos porque en nombre del mercado se ha limitado y en ocasiones censurado la visibilidad de productos con mirada de mujer. Las mujeres que con mucho esfuerzo y mucha suerte accedemos a filmar, lo hacemos siempre con menos presupuesto que los varones. Es estadístico, por lo tanto basado en la realidad y no discutible. Pocos productores-inversores (la mayoría, varones), apuestan en contenidos de mujeres, sea en la etapa de desarrollo, en la producción o en la comercialización. Esa falta de presupuesto es la causa de la falta de visibilización tanto en el acceso de los contenidos a cierta cantidad de salas como en el planteo de un buen diseño de venta que requiere de capital, indefectiblemente. Muchos contenidos realizados por mujeres han demostrado ser de excelente calidad y me refiero a lo técnico específicamente, a nuestros recursos audiovisuales, porque a la hora de hablar de arte, lo bueno o malo siempre cae en cascada de lo subjetivo. En el mes de mayo los productos mas vistos en Cine.ar son la mayoría de mujeres de nuestra industria.
El cupo es la necesidad de regulación de un derecho humano, el derecho a la multiplicidad de miradas. Esta regulación que se debe cumplimentar en festivales, fondos, subsidios, concursos y jurados.
Hecha mi reflexión en voz alta, el virus COVID 19 deja en evidencia las cuentas pendientes que tenemos como sociedad. Así como el barbijo rojo propuesto ante la violencia de género demuestra la falta de conocimiento que hay sobre las problemáticas de género por parte del estado. Es momento de que la verdadera deconstrucción suceda, hay mucho trabajo por hacer, les espectadores cambiaron y nos están esperando del otro lado de la pantalla, que estos tiempos inciertos nos permitan hacer industria en búsqueda de la igualdad”.
La publicación está disponible en este enlace.