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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

José Miguel Onaindia: “Sigo viendo todo el cine argentino que puedo”

Expresidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, José Miguel Onaindia vive en Uruguay desde 2011. Actualmente es el director artístico de los auditorios del SODRE (Servicio Oficial de Difusión, Representaciones y Espectáculos) y director del postergado Festival Internacional de Artes Escénicas (FIDAE), cuya próxima edición se prevé para 2021. Y también es el coordinador del ciclo Voces del mundo leen a Mario Benedetti, que desde mayo se presenta en forma virtual, presentado por artistas de Hispanoamérica en conmemoración del centenario del nacimiento del escritor.

-Una iniciativa tuya en tiempos de pandemia es la reformulación de la celebración del “año Benedetti”, con voces de doce referentes artísticos de Argentina, Chile, España y Uruguay que dan vida a los relatos del autor de “La Tregua” en un homenaje virtual. Benedetti es un autor muy relacionado con la Argentina. Tanto por su obra como por su derivación, en la música por un lado, en cine por otro. Pero, ¿por qué Benedetti ahora?

Porque se trata de volver a contarnos los cuentos de nuestra infancia. El 14 de septiembre se cumplen los 100 años de su nacimiento. Como los festejos empezaron a suspenderse, postergarse o entrar en duda, hablé con Hortensia Campanella -presidenta de la Fundación Mario Benedetti, de la que soy asesor, su amiga y autora de su principal biografía-, para proponerle convocar a actores de distintos países para que cuenten esos cuentos. Tuvimos una recepción extraordinaria de actores de distintos países, que en modo hogareño fueron grabando estos cuentos. Benedetti fue un escritor con mucha repercusión en toda Hispanoamérica, y el resultado de esta experiencia es lograr un panorama sonoro y visual muy diverso, con sus distintos acentos.

-En estos años tu gestión está relacionada con el teatro, la música, la palabra. Pero mucho menos o casi nada con el cine. ¿Te interesa poder aportar tu experiencia en la producción audiovisual uruguaya?

No me ubiqué dentro de ese sector. Excepto para algunos proyectos especiales, aunque no en el ámbito público: circunstancialmente fui consultado para contratos de compras de derecho de autor. Me siento muy vinculado: tengo muy buen trato con los directores de institutos, doy charlas, soy socio de la Cinemateca Uruguaya, hace dos años inauguré una sala detrás del Teatro Solís. Pero no me toca participar directamente: desde que llegué, mi función pública estuvo destinada a las artes visuales y a la música.

-¿Qué advertís de Uruguay en el ámbito del desarrollo audiovisual?

Uruguay fue el primer país que visité como funcionario del INCAA: fue en un Festival de Punta del Este. Esa relación con el cine uruguayo fue la antesala de lo que sería la Ley de Cine y la creación de la Dirección del Cine y Audiovisual (ICAU), en 2008. Actualmente es el país con mayor cantidad de rodajes de la zona. Las autoridades de Cultura incentivan al país como territorio para rodajes.

¿Cuáles son las similitudes y diferencias de la producción cultural en las dos sociedades?

Montevideo y Buenos Aires son dos ciudades cercanas y muy distintas. No solamente por su dimensión y la diferente densidad de población: hay cuestiones de índoles culturales, sociales y políticas. Si tuviera que decir cuál es la diferencia más notoria viene del laicismo. Uruguay es un país laico desde su origen: la primera ley de divorcio se dictó en 1907 y en 1912 se otorgó al solo pedido de la mujer. Fue también pionero en el voto femenino. La laicidad no solamente marca la inexistencia de una religión preferida, sino la posibilidad del ejercicio de determinados derechos. Es una sociedad más igualitaria en sus costumbres. Y en el plano cultural, la concentración de talento en las artes y en el pensamiento permite la posibilidad de organizar el sistema cultural de otro modo. La fortaleza es muy fuerte, porque tiene instituciones que se sostienen en el tiempo más allá de los cambios políticos. Pienso en lugares emblemáticos como la Comedia Nacional, que tiene más de 70 años o el SODRE -donde estoy actualmente- con 90 años, que pudieron  enfrentar las crisis políticas y económicas.

-El gobierno cambió de signo político (el 1 de marzo asumió Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, después de 15 años de gobiernos del Frente Amplio). ¿Evaluabas la posibilidad de tener que dejar la función pública?

Muchas personas del ámbito cultural fuimos invitadas por esta nueva gestión a participar. La convivencia y tolerancia entre personas de diferente signo político se da en forma natural. Siempre destaco que el debate político se hace en el escenario de la política. En la calle y en la vida cotidiana no está presente. En los escenarios de la cultura también sucede. Es natural encontrarse con funcionarios políticos de diferentes sectores en teatros o conciertos y la tolerancia es alta. Una tolerancia más consolidada, más sólida. En el ámbito cultural, también se advierte la convivencia entre grupos estéticos y corrientes diferentes.

-¿Estás vinculado con el cine argentino? ¿Lo ves?

¡Todo lo que puedo! Aprendí a ver cine argentino en mi infancia: en la televisión, al comienzo, vi el cine de los años 30 y 40 Luego fui un gran espectador en las salas. Y ese amor me dura hasta hoy.

Julia Montesoro

La entrevista completa a José Miguel Onaindia se emitió originalmente en GPS audiovisual radio y puede escucharse en este enlace.

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