El jueves 30 de agosto llegará a las pantallas “La quietud”, drama de Pablo Trapero protagonizado por Martina Gusman, Bérénice Bejo, Graciela Borges, Joaquín Furriel y Edgar Ramírez, que ahonda en los conflictos interpersonales de una madre y sus dos hijas de una familia acomodada, que salen a la luz a partir de la muerte del padre.
“El universo de ‘La quietud’ es profundamente femenino –subrayó Trapero, en su encuentro con la prensa previo al estreno de la película-. Narrar la intimidad femenina fue un desafío muy grande. El centro de la historia es la madre y su relación con sus hijas, las dos hermanas. Los hombres son un accesorio y están a disposición de las mujeres”.
Una circunstancia infrecuente generó el origen del film: Trapero y su pareja, Martina Gusman, conocieron a Bérénice Bejo durante el festival de Cannes. Primero afloró el llamativo parecido físico entre ambas mujeres. Luego encontraron otros puntos de coincidencia (el esposo de Bejo, Michel Hazanavicius, también es cineasta, y además tienen hijos de edades similares). Trapero se dijo que alguna vez haría una película en la que ambas fuesen hermanas.
“Desde el comienzo de la escritura del guión, estaba planteado ir descubriendo poco a poco la vida secreta de la familia y las hermanas. Es algo más que el reencuentro entre dos hermanas: siempre hubo en mi mente un universo complejo, de descubrimientos tardíos y de historias ocultas. Es una historia sobre lo no dicho”, detalló el realizador.
En el encuentro con los periodistas, Trapero planteó un paralelismo con “El clan”, su película anterior: “Es un proyecto distinto pero al mismo tiempo con puntos en común. “La quietud” también es el retrato de una familia endogámica, llena de secretos y de una violencia creciente. Pero en lugar de girar en torno de un patriarca, es una incursión en el universo femenino. En este aspecto, fueron invalorables los aportes de Martina Gusman, Bérénice Bejo y Graciela Borges”.
Trapero reconoció que al ser una película producida íntegramente por Argentina (participaron Matanza Cine, Telefé y Sony) pudo filmar con otra libertad: “Hicimos el intento para que fuese una coproducción. Hoy, agradezco que esto no haya ocurrido. Tuvimos muchísima libertad para desarrollar los arcos de la historia. Fue liberador porque a veces la posproducción se hace en lugares y con tiempos que no son los ideales. También fue una gran presión, porque debimos traer cámaras y lentes que no hay en el país, para filmar con la mejor calidad posible”.
Después de su lanzamiento local “La quietud” iniciará su despegue internacional a partir de los festivales de Toronto y Venecia.
Fotos: Raquel Flotta Prensa