En noviembre último, Pilar Palomero presentó Los destellos en MASS, ciclo de títulos de producción española organizado por los festivales de San Sebastián y Málaga y la productora Orca Films en Buenos Aires y Montevideo.
Los destellos obtuvo días atrás siete nominaciones a las Medallas CEC 2025, que otorga el Círculo de Escritores Cinematográficos de España, que otorgará sus galardones -los más antiguos del cine español-, el 3 de febrero en el cine Palacio de la Prensa de Madrid.
Los reconocimientos fueron obtenidos como Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Guion Adaptado (Pilar Palomero) y Mejor Actriz Protagónica (Patricia López Arnaiz). Y también obtuvo distinciones en los rubros Actor secundario (Antonio de la Torre); Actriz revelación (Marina Guerola) y Fotografía (Daniela Cajías).
Los destellos trata sobre una mujer que acepta la tarea de cuidar a su exmarido enfermo pese a llevar más de una década separados. Su actriz principal, Patricia López Arnaiz, fue premiada con la Concha de Plata a la mejor interpretación protagonista en el último Festival de San Sebastián.
-Los destellos es una adaptación a la pantalla de un relato de Eider Rodríguez titulado Un corazón demasiado grande. ¿Qué cuenta esa narración y qué te motivó a rodarla?
En realidad fue el productor de la película, Fernando Bovaira, quien me propuso adaptar el relato. Yo no conocía la obra hasta ese momento, pero fue leer el cuento y enamorarme. Al leerlo tuve muy claro que quería hacer una película porque veía que estaban ahí los temas que siempre me han interesado, que más me han obsesionado.
-¿Qué te interpeló de esa historia que no era tuya y qué elementos reforzaste o incorporaste para hacerla propia?
La protagonista, Isabel, por amor a su hija decide hacerse cargo y ayudar al exmarido, con el que no acabó en buenos términos, pero que está en sus últimas. Allí encontré una cosa muy bonita, que me da como esperanza en el ser humano. Me apetecía mucho hacer una película que hable de buenas personas, de buenos gestos, pese a lo complicado que somos, a lo difícil que es la comunicación. Busqué poner el foco en el esfuerzo positivo.
-Los destellos refiere a la cercanía de la muerte y habla de ella con naturalidad. Es un tema sensible, complejo para ser abordado. ¿Cuál fue la mirada que quisiste darle?
Ese es el tema que más me interesaba, sobre el que más quería investigar. La película ha sido una búsqueda en la que intenté hallar algo bonito en una experiencia tan dura como vivir la pérdida de un ser querido. Lo he descubierto haciéndola. No es tanto una película sobre la muerte sino sobre la vida: sobre cómo la cercanía de la muerte te posiciona un modo distinto en la vida y aprendes a colocar todo en perspectiva. Y sobre todo, al hecho mismo de estar más presente.
-Es entonces sobre cómo sobreponerse a aquello que en otra etapa fueron obstáculos o dificultades en la comunicación y en la relación.
Exactamente. Cuando vives algo tan grande y bestial como es el asumir que una persona cercana tuya va a dejar de existir en unos pocos días o semanas, todo cobra el tamaño que realmente tiene. Lo que nos parecía problemas muy grandes, que nos podían parecer muy grandes, pues también adoptan su tamaño normal.
-El peso de la película recae en Patricia López Arnaiz, premiada por su trabajo. ¿Cómo fue el proceso de selección, qué te decidió a decir “es ella”?
Siempre tuve en mente a Patricia López Arnaiz para el papel. Incluso cuando estaba escribiendo el guion. Había mucho del personaje de Isabel que me hacía recordar a ella, aunque no la conociera personalmente. Nos habíamos cruzado un par de veces, pero había algo en la energía que me la recordaba. Patricia es una actriz de un talento inmenso y además hace el trabajo muy fácil y es muy una compañera muy generosa.
Lo que hicimos juntas fue hablar mucho sobre la vida anterior de Isabel, lo que había vivido antes de empezar la película. ¿Cómo había sido la relación con ese a expareja? ¿Cómo era su presente? Juntas reconstruimos un personaje muy realista, muy verdadero.
-Y ella se adaptó a lo que vos proponías de hablar del tema sin caer en sensibilidades fáciles ni golpes bajos.
La idea siempre ha sido ser sutiles. Que la gente salga teniendo más ganas de vivir o de vivir la vida de una manera mucho más presente. Patricia entendió claramente qué película estábamos haciendo. Ella tiene la capacidad de transmitir muchísimo con muy poco. Es una virtud inmensa e increíble.
-Los destellos se estrenó mundialmente en el Festival de San Sebastián. ¿Qué nuevos significados encontró el público, qué devoluciones recibiste?
En ese momento estaba muy nerviosa. Era la primera vez que la enseñaba al público en una sala tan grande y también fue un día en el que vino la familia y todo el equipo. O sea: es la primera vez que la vio mucha gente a la que quieres y que te importa su opinión.
Casi estaba más pendiente de cómo la recibían ellos. Sobre todo mi familia, porque la película también tiene mucho que ver con mi propia pérdida, cuando mi padre falleció. Lo que ocurrió después, cuando terminó la película -lo que nos llevamos-, fue un aplauso precioso. Recuerdo sobre todo mucho calor por parte del público.
-Como directora mujer, ¿cómo vivís este momento de las realizadoras en España?
En los últimos diez años el panorama ha cambiado mucho. No ha sido casual ni porque de repente haya más mujeres que se interesen por hacer cine o están en jefaturas de equipos, sino porque hay unas políticas que lo han permitido.
Cuando salieron estas políticas mucha gente puso el grito en el cielo, reclamando que era una injusticia. Pero era necesario. Las estadísticas estaban ahí: cuando estudiaba cine había el mismo número de hombres que de mujeres. Pero luego cambiaba la proporción: en mi entorno laboral apenas veía compañeras. Por eso fue importante la implementación de esas polìticas. Claro que se ha producido un cambio. Pero también somos muy concientes de que ese cambio no debe ser un espejismo. Lo tenemos que cuidar, no conformarnos. No decir que ya ha llegado la igualdad: todavía hay que seguir con esta lucha. Tenemos una deuda con el trabajo que han hecho las compañeras de las generaciones anteriores. Y también debemos seguir por las que vienen por detrás.
Julia Montesoro