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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Juan Antonio Vigar, director del Festival de Málaga: «El cine argentino tiene una calidad y una manera de contar las cosas que genera complicidad»

Juan Antonio Vigar, director del Festival de Málaga, estuvo en Buenos Aires acompañando la presentación de MASS, el ciclo de películas españolas organizado conjuntamente por los festivales de Málaga y de San Sebastián y la productora Orca Films.

En la siguiente entrevista exclusiva, Vigar se refirió a la implicancia de la muestra que también se exhibió en Montevideo -en el marco de Ventana Sur-, la sinergia entre ambos festivales y la participación del cine argentino en la próxima edición del certamen malagueño.

-Buenos Aires y Montevideo tuvieron la oportunidad de encontrarse con una muestra del cine español que se exhibió en el Festival de Málaga. ¿Cómo se generó esta sinergia?

Nosotros en el festival de Málaga trabajamos interviniendo de manera armoniosa y constructiva en toda la cadena de valor del audiovisual: desde el guion, pasando por el laboratorio, el work in progress, la exhibición y finalmente la venta; la promoción internacional del cine español. En ese contexto, hacemos los Spanish Screenings, que es el mercado oficial del cine español, que realizamos con el Festival de San Sebastián conjuntamente con su director, José Luis Rebordinos, mi buen amigo, a quien admiro personal y profesionalmente.

La internacionalización del cine español, por lo tanto, es uno de los ejes estratégicos de nuestro trabajo. Eso nos permitió llevar a Málaga 1.700 personas de 61 países de todo el mundo para ver cine español. Productores, programadores, directores de festivales, agentes de ventas: todos visionan el cine español para llevarlo a sus países.

Pero el sentido de utilidad que queremos darle al festival nos impulsó a pensar que debíamos trabajar todavía más esa internacionalización. Con José Luis estuvimos hablando de la posibilidad de hacer, en espacios de ciudades muy referenciales, un pequeño desembarco de cine español con películas procedentes de ambos festivales. Inicialmente se habló de Buenos Aires. Por las circunstancias de que esta edición de Ventana Sur se celebró en Montevideo, nos hizo pensar que podría ser el año adecuado para venir unos días antes a Buenos Aires y replicarlo también en Montevideo. Tuvimos la oportunidad de contactar, a través de Bernardo Bergeret, a Orca Films y ellos también se mostraron interesados en esta idea. Se produjo un interesante encuentro de voluntades.

Eso nos ha permitido poder estar y mostrar tres películas de cada uno de los festivales, elegidas en base a un análisis pormenorizado de cuáles podrían ser sus principales valores y lo que queremos transmitir. Estamos muy felices de seguir conjugando la palabra internacionalización en una extensión lo más amplia posible. Creo que no basta con recibir a un número muy elevado de agentes del sector que ayuden a esa venta internacional del cine español, sino también hacer este tipo de misiones culturales que nos permiten contactar in situ y en los territorios con los públicos de referencia.

El Festival de Málaga invariablemente exhibe y promueve el cine argentino. Sin querer ser original en la pregunta, ¿qué fortalezas y especificidades encontrás en la producción argentina?

Málaga nació en 1998 para ser útil al cine español, pero los tiempos cambian, las personas cambian y evolucionan y la cultura también evoluciona. En el 2017 tomamos una decisión estratégica para nuestro festival. Observamos que el cine español iba hacia un espacio de confluencia con el cine de América Latina y que en las coproducciones y en los trabajos conjuntos que se estaban generando se definía mucho más esa nueva identidad, que es una identidad de armonía y de suma de países. Somos una comunidad que está cerca de los 600 millones de personas que hablan un idioma común. Eso es un potencial enorme que nos interesó explorar.

Para seguir siendo útiles al cine, extendimos nuestro abrazo al cine Iberoamericano, al cine de América Latina. No pudo ser más gratificante: inmediatamente entendimos que el concepto de utilidad que queremos dotar al festival adquiría una dimensión diferente en el caso de las películas de los países del área. Porque necesitan lo mismo que el cine español: ser vistas. Las películas de 23 países que están produciendo en la lengua española también, necesitan ventanas cualificadas para no solo ser conocidos en España, sino desde ahí hacia Europa y en general hacia el resto del mundo.

Iniciamos ese camino y obviamente lo primero que detectamos es que no todas las cinematografías son iguales, no tienen las mismas estructuras industriales, las mismas oportunidades o incluso el mismo talento. En ese primer encuentro -que se ha ido intensificando con el paso del tiempo-, hemos tenido siempre al cine argentino como una punta de lanza de todo el cine que se hace en América Latina. Es indudable que el talento que hay aquí es infinito y que se hacen películas que interesan muchísimo a los espectadores. Tienen un mensaje, una calidad y una manera de contar las cosas que de verdad te generan complicidad. De verdad disfrutas con esas historias que haces tuyas.

Queremos ser lo más amplios posibles en el espectro de países que programamos en nuestra sección competitiva, pero también ofrecer lo mejor de lo que podamos estar viendo. Y debo decir que el cine argentino se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de la programación. En muchas ocasiones nos hemos encontrado con la necesidad de que hubiera aún más, pero tenemos que elegir para poder ampliar el panorama. Yo personalmente disfruto mucho con el cine que se hace en Argentina y, a lo largo de estos años del festival, me parece que lo que hemos hecho es intentar darle la mayor visibilidad posible y ser agradecidos con tanto talento.

-De hecho, también le han rendido homenaje a muchas figuras del cine argentino. ¿Eso también contribuye a la visibilización y a estrechar vínculos a la que hacés referencia?

¡Sin duda! Siempre hemos tomado al cine argentino y a sus figuras representativas como posibles premiados y como miembros de los jurados. Quizás los actores y actrices más representativos y más conocidos en Europa son mayoritariamente de procedencia Argentina. Me acuerdo que dimos un homenaje muy emotivo a Leo Sbaraglia. Su mamá (NR: la actriz Roxana Randón), quien viajó desde Argentina, le entregó el premio. También con Alberto Ammann, que es un actor maravilloso, un argentino brillantísimo que tuvo hace muy poco el premio al mejor intérprete por una película extraordinaria, Upon entry, La llegada que en 70 minutos redondea todo lo que se puede contar respecto a ese no lugar que suponen los espacios aduaneros, en este caso en Estados Unidos.

Y vamos a seguir en esa línea. La presidenta del Jurado del año próximo será Mercedes Morán.Y tenemos previsto un premio a un importante director argentino, del que por ahora no puedo adelantar nada más.

-El lema de la última edición del Festival de Málaga fue “La cultura es alegría”. ¿Conseguiste que sea así?

Creo que ya lo es. Tengo una edad avanzada, aunque no parezca, y en ese proceso vital la cultura me ha acompañado desde bien chiquito.

Siempre he pensado la cultura como un instrumento fundamental para el desarrollo intelectual y emocional de las personas. Eso nos conduce a ser sociedades más libres, analíticas y reflexivas. En una sociedad como ésta, urgente, de un consumo inmediato, es muy difícil que la gente pueda guardar interés por algo más allá de cinco minutos. Era necesario lanzar una serie de mensajes que pusieran en valor la importancia que tiene la cultura.

Estoy convencido de que el que vive la cultura es un ser alegre. Es un ser gozoso porque en cada minuto descubre algo que le hace crecer. En cada relación, en cada momento que se vive en el mundo de la cultura -y específicamente lo circunscribimos al apartado del audiovisual-, entramos en un proceso de transformación personal.

Esa influencia sobre lo emocional, lo intelectual, es algo patente. Estoy convencido que sociedades más libres, aunque sufran más, serán sociedades más felices porque estaremos más realizados personalmente y nos sentiremos más orgullosos de nosotros mismos. Y este año vamos a continuar un poco con estos lemas que son fácil de trasladar a la gente y que también forman parte de los compromisos de los festivales. Los compromisos de los festivales tienen que existir porque somos plataformas de gran promoción pública y mediática.

-¿Cuál será el compromiso que asumirá Málaga en 2025?

El estudio de medios de la última edición indica que llegamos a casi 19.000 referencias de prensa, radio, televisión, medios digitales e Internet. Todo eso, en gran medida, esa capacidad de potenciación la tenemos que invertir en ir convenciendo a las personas de que si no podemos cambiar el mundo en su totalidad, al menos podemos influir en nuestro entorno. Y el único camino es la cultura! Por eso este año nuestro lema será “la cultura es el camino”.

Creo en eso. Hace poco tiempo hice el camino de Santiago y más allá de la meta, descubrí que el verdadero sentido de ese camino es precisamente transitarlo. Todo camino es un viaje geográfico, pero también interior. La cultura es el camino para favorecer la reflexión en este mundo, la recuperación de las ideas, los compromisos, la lucha por las libertades. Y a través del cine, ir descubriendo vivencias que te hagan crecer y te hagan más analítico, más reflexivo y por lo tanto, más libre.

Cada año, Málaga se convierte en un lugar de encuentro extraordinario. Tenemos más de cinco mil acreditados de 61 países. Todo se vive en torno al cine, en una ciudad muy amable, donde hay mucho encuentro entre los participantes. De esos encuentros salen infinidad de proyectos, de posibilidades de colaboración. Es un festival feliz.

-Hay otro camino, que es el que empezaron a transitar en Buenos Aires y en Montevideo junto al festival de San Sebastián. ¿Cuál es el origen y el futuro de este vínculo?

Desde que José Luis y yo llegamos a la dirección del festival decidimos trabajar desde la complementariedad. No lo suelo contar mucho, pero cuando él llegó a la dirección del festival de San Sebastián empezó a programar un número importante de películas españolas. La gente de mi equipo constantemente me decía que no era posible, en tanto Málaga llevaba años trabajando por el cine español. Quienes me rodeaban decía que tenía que salir a hacer declaraciones y llamar a Rebordinos para decirle que por favor respetara los territorios. Me dicen que naturalmente soy tranquilo y que tengo ese punto de hombre tranquilo fordiano. Entonces los escuché y les dije que tenían razón, que iba a llamar a José Luis Rebordinos. Pero para decirle justamente lo contrario: que me parecía perfecto que él programase cine español y que yo también iba a seguir luchando por lo mismo. Que me alegraba que San Sebastián se sumara.

Si queremos tener una industria del cine español importante necesitamos más de una ventana cualificada. Hay suficiente producción para que quien quiera ir a San Sebastián que lo intente. Pero si por tiempos de producción, planteamientos de programación y de estrenoo sencillamente porque le apetece no estar en un festival tan dimensionado como es San Sebastián y prefiere un festival de otra naturaleza, vendrán a Málaga.

A partir de ahí empezamos a dialogar sobre esa complementariedad. Hablamos mucho de las películas que vemos, nos pasamos notas. Evitamos incluso la picaresca lógica de aquellos que te dicen: “San Sebastián me está diciendo que quiere la película”. Hay quienes piensan que nosotros no hablamos, que estamos en trincheras diferentes disparándonos unos a otros. No cabe en la cabeza de algunos que yo coja el teléfono y hable con José Luis. Y que cuando él les comunica que no los tiene en cuenta, horas después recibo una llamada diciendo: “Al final he decidido que voy a ir con vosotros” y les tengo que contestar como si fuese una sorpresa (Risas).

En esta estupenda relación que tenemos los dos, hemos querido seguir explorando este trabajo conjunto desarrollando los Spanish Screenings. Nosotros hacemos el mercado Content, San Sebastián hace el Financing and Technology y juntos hacemos el On Tour. En ese proceso de internacionalización surgió esta oportunidad del ciclo MASS.

-¿Qué balance extraés del ciclo MASS?

Las expectativas de este primer año fueron moderadas porque hubo que organizarlo todo con cierta premura. Pero fue un primer planteamiento que nos pareció valioso, a partir del cual confío en que podamos seguir avanzando.

Julia Montesoro

Locación: Cortesía Radio de la Ciudad

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