Gustav Wilhelmi es, como desde su creación, el director del Festival de Cine Alemán, que este año celebra su 24ª edición del jueves 19 al miércoles 25 en la sede del complejo CINÉPOLIS Recoleta, Vicente López 2050.
German FIlms anuncia una nueva selección de películas que exhibe la riqueza de la cinematografía alemana. El programa ofrecerá lo más destacado de la producción reciente, a través de ocho largometrajes y de los cortos del Next Generation Short Tiger 2024, y además brindará la oportunidad de volver a compartir en una sala tres joyas de incuestionable valor histórico. Cineastas emblemáticos como Wim Wenders, Alexander Kluge y Michael Haneke compartirán las pantallas con otros más jóvenes, quienes dan cuenta de la vitalidad del cine alemán contemporáneo.
-Hay un eje que atraviesa cada edición del festival que tiene que ver con un documental, un paquete de cortometrajes, una película para toda la familia, el cine infantil y estrenos recientes. ¿Esta edición cumple con esas premisas históricas?
Sí. Y agregaría algo más, porque nuestra organización este año cumple 70 años de existencia. Casi la cantidad de años que tengo (Risas). Este año hemos decidido incluir algunas películas que consideramos icónicas dentro de la cinematografía alemana. Existen muchísimas: inicialmente se hizo una selección de una película para cada decenio y aparecieron infinidad de películas alemanas que pueden entrar en cada uno de estos decenios.
Pero finalmente elegimos tres películas: Una muchacha sin historia, la primera película de Alexander Kluge (1966); Las alas del deseo, de Wim Wenders (1987) y La cinta blanca, de Michael Haneke (2009).
Decidimos ofrecer estas películas para rememorar la historia que tenemos a través del cine. En la actualidad, cualquiera puede ver seguramente alguna de ellas en el televisor o en la computadora, pero no es lo mismo que verla en la pantalla grande, con buen sonido y buena imagen.
Dentro de la filmografía de Alexander Kluge, nos pareció que su primera película es importante.
-Las alas del deseo es una de las obras maestras de todos los tiempos.
Sí. Y además este año se da la casualidad de que vamos a tener Wim Wenders en duplo, porque vamos a mostrar el documental Anselm: Das Rauschen der Zeit, que es una experiencia en 3D. Wenders sabe usar el 3D no solamente para hacer escenas de acción o de comedia, sino para hacer arte.
Anselm es un artista que hace instalaciones megagrandes, en donde le permite a Wim Wenders utilizar estas instalaciones para el documental. Estuvo este año en el Festival de Cannes. Es una buena selección y la traemos en conjunto con el Instituto Goethe.
Nuestra finalidad es siempre tener lo último del cine alemán. Esta es una excepción por los 70 años, pero siempre lo que queremos mostrar es lo más nuevo del cine alemán.
-Y entre las novedades, como siempre, hay una gran variedad de miradas y de temas.
Black box, de Asli Özge, va ser la película de apertura. El filme muestra una situación dentro de un complejo habitacional que tiende a una situación de extrema derecha, fascista, que podría extrapolarse a un país. Es un tema atrapante, pero por otro lado tiene un trasfondo político muy interesante. También tenemos Góndola, un filme sin diálogo de Veit Helmer.
Dentro de la sección de largometrajes, tienen el estreno asegurado en salas Stella, una vida, de Kilian Riedhof y Sin códigos, de Thomas Arslan.
Tenemos una muy linda selección, porque por un lado hay películas que son arte y por otro lado son cultura y son entretenimiento.
-El Festival contará con la presencia de Eva Trobisch, directora del drama social Ivo, su segundo largometraje premiado en la última Berlinale. ¿Qué te llevó a seleccionar esta película y a presentar a la directora ante el público argentino?
Ivo cuenta la historia de una mujer que se dedica a hacer atención paliativa a gente que está desahuciada. La directora va mostrando la historia de esta mujer con una mirada muy sensible.
-En la edición del año pasado la mitad de la producción fue hecha por realizadoras mujeres. ¿Se mantiene ese porcentaje este año? ¿Se corresponde con la proporción de realizadoras que existe en el panorama audiovisual alemán?
Estamos, creo, en la misma proporción de 50% y 50%. La diferencia de este año es que tenemos muchos directores que no son de origen alemán. La directora de Black box, Asli Özge, es de origen turco. El aula voladora es una película infantil de Carolina Hellsgård, de origen sueco-finlandés. Actualmente en el cine alemán hay una gran cantidad de directores no originarios del país.
-Esto refleja otro de los temas que el Festival de Cine alemán viene dando cuenta en los últimos años, que es de la inmigración y lo que ocurre con la transculturización
El tema viene a cuento por una película sumamente interesante que presentaremos: Martín lee el Corán, de Jurijs Saule. No la voy a spoilear, pero el argumento es casi una obra de teatro en el que Martin, que es un alemán de origen islámico va a ver a un profesor de teología musulmana en la Universidad y le plantea una situación: construyó una bomba y le pide que le muestre dónde el Corán dice que no debe hacer explotar esta bomba. Tiene que ver con la diversidad de enfoques y miradas que caracteriza al cine alemán. Hay cosas muy interesantes y para todos los gustos para descubrir.
Julia Montesoro