spot_img
spot_img

Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Anahí Berneri volvió a dirigir teatro después de 13 años: «Hoy filmar una película independiente es un privilegio enorme»

Anahí Berneri regresó al teatro después de 13 años. Dirige Lo que se pierde se tiene para siempre, adaptación de cuentos de Alejandra Kamiya con Sofía Gala Castiglione, Marita Ballesteros, Enrique Amido y Camila Marino Alfonsín, que se presenta los viernes a las 20 hs. y el jueves 5 de septiembre a las 22.30 hs. en Dumont 4040.

«A veces los personajes logran salir de las páginas de los libros. La suerte acompañó a algunos de los míos y Anahí Berneri sopló sobre ellos: ahora están vivos», expresó sobre la obra Alejandra Kamiya.

Una Madre se pierde en algo que no se nombra. En su taller de ebanistería, un Padre parece no haber acariciado a nadie tanto como a sus maderas. Como un puente, la hija recorre las ocho cuadras que separan las casas de sus padres, llevando y trayendo ollas con comida, fotos, muebles, sobres con dinero. Lo que intenta es maratónico: unir las partes en que se ha dividido su vida.

-Como directora teatral habías dirigido Nelidora, de Santiago Loza y el musical infantil La hora de (no) dormir, en 2011, con dramaturgia suya. ¿Qué te motivó a volver al teatro, trece años más tarde?

Siempre tengo ganas de volver el teatro. Pasé toda mi adolescencia estudiando teatro. Siempre digo que no fui actriz porque los prejuicios familiares eran muchos. Entonces, desde ahí me volqué a la dirección. Me di cuenta que lo que me gusta es la dirección de actores y creo que algo de eso se refleja en mis películas

Hacía tiempo que con Javier Berdichesky, que es uno de los autores con Andrés Gallina, queríamos poner esta obra en cartel. Los proyectos de cada uno venían trabando el inicio, porque para ensayar teatro uno tiene que estar muy disponible: hay que ensayar todos los días y a tener un tiempo aparte. Estuvimos casi tres meses al servicio de de la obra, de los ensayos y también, como en el teatro argentino, de la escenografía, la producción y muchas otras pequeñas cosas. Hay que ponerle mucho cuerpo al teatro, pero el resultado es muy maravilloso. Con una mochila que puede parecer menos pesada que una producción de cine, porque son tiempos más cortos.

Y tiene algo de encerrarse, de meterse adentro de los actores para llegar a un lugar interesante. Sobre esto, el elenco está haciendo un trabajo muy valioso. Sofía Gala se encuentra en un papel poco habitual: sale de su zona de confort y se muestra vulnerable. Ella se ocupa de los cuidados de sus padres y anula su propia vida por ellos. Es un lugar muy amoroso, muy de niña, porque hace una mujer niña.

Lo que se pierde se tiene para siempre mantiene el mismo eje temático que tu película más reciente, Elena sabe: los cuidados de los hijos hacia sus padres ya mayores. ¿Qué te interesa y te preocupa de este tópico?

¡Que tengo casi 50 años! (Risas) Mis películas también hablaron mucho de la maternidad y en estos momentos, donde ya mis hijos son más independientes, más mayores -uno vive solo y el otro es universitario-, empieza a aparecer el cuidado de los padres; las enfermedades y los cuidados. Siempre me pregunto si ese es rol de la mujer, el de estar cuidando: terminar con la maternidad y comenzar con los cuidados de los padres. Generalmente eso recae en las mujeres de la familia. Esas son también mis preguntas: ¿Hasta qué punto uno puede dejar o relegar sus proyectos, su tiempo, después de que los padres ya vivieron una vida? Son preguntas que me voy haciendo y que voy hablando con mi madre y hermanos.

En mis películas y mis obras de teatro son las preguntas que me voy haciendo.

-Tu filmografía tiene una marcada preocupación por retratar el universo femenino y las cuestiones de género. Y la maternidad está muy presente. ¿Buscás deliberadamente textos y obras que apunten en esa dirección?

Son las que me convocan. Hay un juego doble donde me convocan para ciertos textos, que saben que me va a afectar y, por otro lado, son aquellas cosas que me llaman la atención. Son esas preguntas que me siguen suscitando. No tiene sentido decir “me voy a sentar a hacer una película o una obra de teatro feminista” si detrás no hay una pregunta o una incomodidad a explorar.

La obra de Alejandra Kamiya está muy atravesada por el tema de los cuidados. Para mí, en este momento, es la mejor cuentista argentina. Me gustaba la idea de trabajar con sus obras, pero para hacer una nueva obra, que fue lo que hicieron los autores.

-¿Quién es Alejandra Kamiya y qué te atrae de ella?

Ella escribe cuentos, pero en una forma muy poética. Con frases que a uno se le quedan muy grabadas, como “¡qué equivocada siempre la vida de los padres!”. Y sí, porque todos somos padres y nos vamos a equivocar. Entonces es eterno equivocarse siendo padre. Este tipo de frases, como “lo que se pierde, se pierde para siempre”, y “los árboles caídos también son el bosque”. Ella trabaja mucho con la palabra, que es como un haiku. Está condensada en sus cuentos y además trabaja mucho con lo vincular.

-En cine tenés un proyecto en marcha que es la adaptación de la novela Leche condensada. ¿En qué consiste y en qué estado se encuentra?

Sí- Era un proyecto que se iba hacer este año pero está siendo un año muy difícil para el cine. Con el productor Pablo Udenio decidimos pasarlo para el año próximo y pedir prórroga de los fondos de ayuda, que ya teníamos ganados, como Ibermedia y también un fondo catalán. Ellos decidieron también esperarnos para poder desde la Argentina hacer nuestro aporte a la financiación de la película. Empiezo por ahí porque hay que hablar un poco del contexto.

Esta es la adaptación de una novela de Mariana Flores y es una película romántica sobre los peligros del amor romántico. Es una película de época porque transcurre en el 2005, pre aplicaciones, pre redes sociales. Intenta indagar y pensar cómo éramos en nuestros vínculos previo a la revolución digital que estamos viviendo.

No tenemos protagonistas y estamos terminando de armar el elenco. Estamos con muchas ganas de filmar, pero también de una forma consciente. Hoy filmar una película independiente es un privilegio enorme.

Julia Montesoro

Related Articles

GPS Audiovisual Radio

NOVEDADES