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Todo el cine y la producción audiovisual argentina en un solo sitio

DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Víctor Dinenzon preside la Fundación DAC, que organiza El Cine va a la Escuela: «En diez años llegamos a más de 75 mil alumnos»

El programa El Cine Argentino va a la Escuela, iniciativa de la Fundación DAC, cumplió diez años de actividad. El jueves 23, en coincidencia con el Día del Cine Nacional, se celebró con un encuentro llevado a cabo en la sede de DAC, en el que participaron docentes de las provincias de Chubut, Misiones, Santa Fe y del conurbano bonaerense que recibieron la visita del programa. Además se proyectó el documental Siembra de cine, producido por la Fundación DAC y se inauguró un mural en homenaje al cine argentino.

Víctor Dinenzon, integrante del grupo que lanzó el programa una década atrás, es el actual presidente de la Fundación DAC.

-Cambió el país y cambió el mundo de una década a hoy. ¿Cuáles eran los objetivos que se trazó el programa El cine argentino va a la escuela al comienzo y cómo fue evolucionando?

Aquella primera comisión directiva de la Fundación, armada por iniciativa de DAC y que yo integré estaba formada por Manuel Antín, José Martínez Suárez, Sergio Renán y Adolfo Aristarain, entre otros. En una de las primeras reuniones, Josecito (Martínez Suárez) preguntó por qué no llevábamos el cine a la escuela. Él quería llevarlo a Villa Cañás, la localidad de Santa Fe de donde era oriundo. Ese fue el puntapié inicial.

La primera proyección fue en la Capital. Le llevamos la iniciativa al entonces Ministro de Educación de la Ciudad, Esteban Bullrich. Nos fuimos vinculando, saltamos a la provincia y de la provincia a todo el país.

-¿Cuántos alumnos vieron películas argentinas, cuántas escuelas se vieron beneficiadas?

El programa lleva recorrido más de 600 escuelas y más de 75 mil alumnos de 22 provincias. A veces vamos a localidades donde hay 40 alumnos; en otras hay 300. Para nosotros todas las escuelas tienen la misma importancia.

-¿Hay lista de espera también?

¡Ufff! Sí, hay muchos interesados. Este año agregamos un equipo más que viaja a diferentes localidades del interior para contactarse. No es un movimiento tan simple porque hay que llevar el proyector y la pantalla. Una vez en el lugar se adapta una sala, oscureciéndola con vinilos. A veces un día y medio o dos de viaje de ida y otro tanto de vuelta. Y además hay que programar de tan forma que coincida con el invitado, que generalmente es un director, un técnico, un productor, un actor o actriz.

-¿Cómo se elige la película que se va a proyectar?

Tenemos un catálogo de unas cincuenta películas que nos facilitan productores y directores y que ofrecemos a los docentes. De acuerdo a lo que hagan en la escuela y en base a lo que están estudiando, eligen. Lo que ellos consideren y que esté dentro de la edad del espectador. Pero nosotros hacemos más: le dejamos a cada escuela un pendrive con las películas para que las puedan seguir viendo y analizando.

-O sea que la escuela no solo recibe la película que se va a proyectar en esa oportunidad.

Claro. Eso es muy importante porque queda una especie de biblioteca audiovisual, que luego siguen utilizando. Hay escuelas donde se hicieron concursos de guion; en otras, los alumnos hicieron un corto. Nosotros los supervisamos y mantenemos la relación. Hay instituciones que son visitadas por segunda, tercera o cuarta vez.

-¿Esas iniciativas surgen de los propios chicos y chicas? Porque son fundamentalmente de temática adolescente.

Nos enfrentamos con un problema: no hay tantas películas infantiles. No siempre podemos proyectar películas para alumnos de la escuela primaria.

-En muchos casos se trata de chicos y chicas que nunca fueron al cine. ¿Qué pasa en este primer contacto?

A través de un convenio con la provincia de Buenos Aires, hicimos un ciclo en escuelas rurales. De ese ciclo surgió ese documental en el que hay reflexiones o testimonios muy interesantes de los chicos, que conviven en esas escuelas. ¡Hay gente que nunca vio una película nacional! Por ahí la ven en el celular o ven un programa… Por eso nos emociona que el programa vaya a localidades alejadas de la Capital.

En su momento vos participaste de la Ley de Cine, ¿cómo ves el panorama actual?

¡Muy difícil! A veces digo que a algunos funcionarios no le entran las balas. Gente que no conoce del medio y que no quiere el tema cultural. Porque no solo es contra el INCAA o el audiovisual, sino en general: contra toda forma cultural de expresarse.

Pero Argentina en un país que tiene una relación muy particular con el teatro, la literatura, el cine. Aunque el INCAA prácticamente está cerrado porque no está produciendo, salvo las series de plataforma que se filman o alguna película que tenía algún tipo de recurso, la actividad audiovisual en Argentina siempre fue misteriosa y mágica. Y a pesar de todo, las películas argentinas se exhiben y son premiadas en festivales como Berlín o como Cannes. El panorama no es fácil. Pero tampoco imposible.

Julia Montesoro

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