Desde el miércoles 13, Lautaro Delgado Tymruk presentará durante cuatro miércoles consecutivos la obra Seré, ideada como “un manual de supervivencia, un instructivo de fuga”, a partir del testimonio que dio Guillermo Fernández en 1985 durante el Juicio a las Juntas sobre su secuestro y fuga del centro clandestino de detención llamado Mansión Seré.
La producción ejecutiva es de Adriana Yasky y la dramaturgia y dirección del mismo Lautaro Delgado Tymruk y Sofía Brito. Las funciones se llevan a cabo con entrada libre y gratuita a las 16 hs. en el Espacio Memoria Ex Esma.
-¿En qué circunstancia se corporizó la idea de hacer del testimonio de Guillermo Fernández una puesta teatral?
En el prólogo de La revolución electrónica de William S. Burroughs, Carlos Gamerro se pregunta: “¿Qué es una literatura política? ¿Puede el arte ponerse al servicio de una causa, sin perder su condición de tal? ¿Son antagónicos lo estético y lo político?”.
Más adelante dice: “La revolución electrónica no es otra cosa, finalmente, que un manual de instrucciones para guerrilleros urbanos, una versión tecno de La guerra de guerrillas de Ernesto Guevara. La lectura de este libro y el encuentro con Carlos García y Guillermo Fernández fueron los disparadores de este proyecto.
Burroughs plantea que el arte y la ciencia tenderán a fundirse cada vez más. En su libro propone la intención de que un ejército de jóvenes invisibles ocultando grabadores bajo sus sacos genere una batalla cultural contra el sistema. Propone la técnica del recorte o cut-up (algo parecido a la técnica del collage) para generar nuevos sentidos en textos propios o ajenos. Además plantea que el lenguaje es un virus que no ha sido creado por el hombre sino que viene “del espacio exterior”.
Esta idea de palabra/virus que altera, estalla nuestra realidad la tomo en relación también a la palabra como posibilidad mágica, la palabra que al pronunciarse crea.
Estas dos posibilidades, la del estallido y el de la creación, se funden en esta propuesta. Seré es un circuito que se cierra.
-¿Cómo llegaste a Guillermo Fernández?
Lo conocí hace más de diez años, en el rodaje de la película Crónica de una fuga, dirigida por Adrián Caetano. Este film narra el doloroso y épico escape de cuatro militantes políticos secuestrados en la Mansión Seré en la última dictadura cívico militar Argentina. Los que sobrevivieron a aquella pesadilla fueron Carlos García, Guillermo Fernández, Claudio Tamburrini y El Tano.
El personaje que interpreté fue el de García. A él pude conocerlo recién muchos años después del rodaje ya que se encontraba en España por aquel entonces. A partir de ahí iniciamos una profunda amistad que aún hoy continúa.
-¿En qué momento pensaste en la fuga de la Mansión Seré como un proyecto artístico?
Este proyecto nace producto de haber presenciado el testimonio que dio Carlos en el año 2014 en el Juzgado de San Martín sobre su secuestro, al cual él mismo me invitó. En ese momento tuve una experiencia de división del yo extrañísima. Tuve la sensación de estar literalmente dividido. Veía y escuchaba a Carlos contando lo sucedido en su estadía en la mansión Seré (Atila, llamada por sus secuestradores) y sentía que era yo. Fue un momento esquizofrénico y perturbador, si se lo piensa desde una mirada psicoanalista. O un momento mágico, si se lo piensa con pensamiento chamánico. Todo lo que había actuado en aquella película estaba siendo relatado por el cuerpo que lo había padecido. Como cuando uno se sueña así mismo y se ve fuera del cuerpo. Así. Pero despierto. Esa sensación no fue nada placentera. Al mismo tiempo entendí que era un circulo virtuoso que se cerraba. Como dice Julio Cortázar en su libro Bestiario: “Ese circuito cerrado tiene mucho de círculo mágico”.
Se me ocurrió entonces tomar su voz y poner mi cuerpo. La intención artística tiempo atrás era la de hacer un montaje sonoro con su testimonio y crear una puesta en donde se hiciera una suerte de playback de aquel momento. El proyecto continuó madurando y no solo hable con Carlos García sobre lo fantaseado sino también con Guillermo Fernández, el ideólogo del plan de fuga. Los dos se entusiasmaron con la propuesta y me apoyaron. Sin embargo, y con consentimiento de ambos, decidimos solo usar el testimonio de Guillermo Fernández.
Entonces la voz de Guillermo y de los presentes (el juez, fiscales, defensas, murmullos del público) en aquel registro sonoro sería la plataforma de la puesta en la que transcurriría la obra. Aclaro que Seré es el testimonio de Guillermo Fernandez que dió en 1985 en el Juicio a las Juntas pero también es nuestro recorte y nuestras intervenciones.
-¿Es un monólogo?
No. Podría ser un unipersonal, pero creo que podemos definirlo mejor si decimos que es una performance. No interpreto un personaje: es mi cuerpo opinando sobre lo sucedido. Es un gesto político. Queríamos investigar sobre una plataforma sonora. En mi puesta anterior, El corazón del mundo, obra de Santiago Loza, decía que era teatro fantasmático. Los actores operaban sobre ausencias que podían verse: algo así como hologramas. Usábamos los hologramas como disfraz. Entrábamos y salíamos de cuerpos. Acá trabajamos sobre la misma idea pero no con la imagen sino con la palabra. Ser tomado por una voz y no hacer la literalidad de lo dicho sino generar discurso escénico.
-¿Sobre qué eje argumental está planteado?
El eje es el poder de la palabra. Como gracias a los testimonios los responsables de ese horror, la desaparición sistemática de personas, hoy todavía cumplen condena. La palabra como posibilitadora de justicia, de no olvidar, de no callar.
El 24 de Marzo de 1976 fue el Golpe Cívico Militar. El 24 de Marzo del 78 ellos se escapan. El 24 de marzo (de 1874) nace el mago escapista más famoso de todos los tiempos: Harry Houdini. Abracadabra. El poder mágico de la palabra es otro eje del relato.
-¿En qué medida Guillermo Fernández participó en Seré?
El autorizó al Archivo por la Memoria a cederme los derechos para hacer esta propuesta. El lunes 11 nos llamó desde Francia, justo luego de terminar nuestro ensayo. Abracadabra. Había leído el guion y estaba muy contento. Nos pidió que hiciéramos más intervenciones porque le gustaban mucho, que por supuesto haremos.
Cuando empezamos a trabajar sobre su testimonio lo único que me pidió es que pueda tener humor. No quería de ninguna manera fuese solemne ni lacrimógeno. Guillermo tiene un tipo de inteligencia y de humor que me recuerda a Groucho Marx. La fuga misma, un 24 de Marzo, es algo desopilante. Una pequeña gran victoria. Y más sabiendo que gracias a su fuga liberaron al resto de las personas que quedaban secuestradas.
-¿Qué elementos que remiten a Seré aparecen en la puesta?
Trabajamos solo con una mesa. Sobre esa mesa se activa un dispositivo asociativo de objetos. Operamos no solo sobre el significante Seré como Centro Clandestino de Detención sino como verbo. El verbo ser. El futuro simple. Ser en el futuro. Y a partir de esto se abre todo un mundo a explorar. Seré es una obra sobre el alma humana, metafísica.
-¿Qué aspectos de tus vivencias personales sobre la dictadura aparecen en la puesta?
Bueno, nací en el 78. En medio de la dictadura. Sofía Brito, con la cual codirigimos e hicimos la dramaturgia, es argenmex y vivió en el exilio junto a sus padres. Creo que fuimos atravesados por esa experiencia y si bien éramos muy pequeños, nos marcó a fuego. Ni qué hablar de nuestras madres y padres. Recuerdo estar presenciando un testimonio en Comodoro Py por crímenes de lesa humanidad. No el caso en particular, pero sí la sensación de que lo que creemos historia, pasado, estaba totalmente presente. El miedo, el horror que generó el Terrorismo de Estado para -no nos olvidemos-, instaurar un modelo de mercado muy parecido, calcado, al que estamos viviendo ahora con el gobierno libertario, estaba ahí. Y las víctimas de esa pesadilla podían ponerle palabras a lo vivido.
Lo más impactante era eso: entender que lo que creemos pasado también es presente y futuro. Que las fuerzas que se esgrimen son las mismas y que hay que estar alertas. Eso que dicen: “Un pueblo sin memoria es un pueblo sin identidad” es cierto. Ahora estamos pagando las consecuencias de esa desmemoria.
-¿Por qué planteas Seré como una puesta urgente y provisoria?
Urgente porque no hay tiempo y hay que reactualizar la memoria antes que la cabeza borradora de la hiperinformación no deje rastros de la historia reciente. Lo urgente también es la coyuntura que estamos viviendo, donde hay un ataque permanente y sistemático a todos los derechos adquiridos luego de años de lucha como pueblo tanto en cultura, salud, educación, justicia. Vivimos un momento donde el Estado genera una suerte de abandono de persona donde la única libertad que prima es la del Mercado. Provisorio porque esta es una propuesta que irá mutando. En principio lo actuaré únicamente yo pero más adelante se harán relevos. La idea además es que pueda ser actuada en cualquier espacio y sea lo más portátil posible. Estrenamos en Casa Nuestros Hijos de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Estamos orgullosos. Llegamos al lugar donde tenía que estrenarse la obra.
Norberto Chab