Francisca D’Agostino es la Secretaria de Cultura de la provincia de Entre Ríos, área bajo la cual se llevó a cabo el 4º Festival Internacional de Cine de Entre Ríos, que se llevó a cabo en noviembre en Paraná y otras cinco subsedes. Tras la nueva edición de la muestra, hace su balance y planea nuevas acciones para 2023.
-Es tiempo de balance y de pensar en el FICER 2023. ¿Qué conclusiones extraés de la edición de este año?
Uno de los objetivos del festival era incrementar los espectadores y eso se logró. Pero antes que eso, el gobierno de Entre Ríos, con muchos organismos de la provincia y el sector audiovisual entrerriano teníamos como propósito crear un público especifico. Más allá de las películas y de las proyecciones. Eso también se cumplió: muchos iban a retirar la entrada sin preguntar por la película.
-Por primera vez el FICER se abrió a otras localidades de Entre Ríos. ¿Tienen el propósito de seguir ampliando las subsedes en las futuras ediciones?
Absolutamente. Hicimos un esfuerzo enorme para poder federalizarlo. Comprobamos que en esas sedes –sean grandes o chicas- el público también acompañó la propuesta. Siempre planificamos para seguir creciendo. Las dos primeras ediciones del festival fueron exitosas por la cantidad de público y también internamente, porque asumimos la idea de un Festival del Estado en una provincia con uno de los menores índices de espectadores de cine. Tuvimos el acompañamiento del sector y gente muy idónea como Liliana Mazure, que nos enseñó a hacer un festival. Quedó el conocimiento y el expertise para continuar el desafío. La edición de 2021 fue clave: estábamos saliendo del peor momento de la pandemia, pero sentíamos que teníamos que hacerla. Así llegamos a esta edición, totalmente fortalecida.
-La inauguración del Festival convocó a una audiencia masiva, que acompañó a Argentina, 1985. ¿Esperabas esa recepción?
Sí. Queríamos aprovechar uno de los estrenos más taquilleros. Está disponible en plataformas y muchos paranaenses tenían acceso. Pero nosotros hacemos hincapié en verla en una pantalla grande. Mirar cine en el cine es una experiencia diferente. También fue un acierto programar una producción que reflexiona sobre un proceso muy complicado de nuestra historia, más allá de que sea una ficción. Lo más importante es lo que pasó después: la gente se quedó hablando de la mirada de esa película. Eso nos pareció importante, porque la discusión política de lo que pasó en esa etapa oscura y luego luminosa con la recuperación de la democracia, permitía ofrecerle al público la instancia de volver a reflexionar sobre eso. Sobre todo para las nuevas generaciones, que no saben lo que pasó. Y que a partir de ver la película empiezan a preguntar.
-Es muy propio de los festivales el ritual del debate posterior a la exhibición.
El debate nos interesa muchísimo porque nosotros entendemos el cine como un bien cultural. Es todo mérito del equipo de programación y la dirección artística. No solo se vio reflejado en la película de apertura sino en toda la programación. Eduardo Crespo, estrenando su rol, tenía sus temores. Nosotros también: implicaba relacionarnos con una nueva persona, ver si podía entender el perfil del festival. Trabajaron muy bien en ese sentido.
-Hay una parte fundamental del festival que tiene que ver con las exhibiciones y el público. Y hay otra parte esencial relacionada con el mercado. ¿Cuáles fueron los avances que pudiste advertir en esa área, relacionados con el apoyo a la industria enterriana y regional?
Cuando el año pasado posicionamos el mercado no solo para las producciones entrerrianas sino para las regionales buscamos que éste sea un festival de referencia en la región NEA. Este año nos sorprendió la cantidad y la calidad de proyectos. Vemos que el esfuerzo del apoyo al sector va teniendo sus frutos.
También ocurrió que la película ganadora por el voto al público fue Danza Combate, seleccionada en el mercado dos ediciones antes. Ahí es donde se advierte el crecimiento: desde el apoyo del gobierno para poder concretar la película hasta que el público la reconozca como la mejor película entrerriana.
-El primer día del FICER se presentó el Archivo Audiovisual del Nordeste, que tiene mucho que ver con la preservación de la memoria. ¿Hay algún plan a desarrollar vinculado al patrimonio audiovisual?
Fue una actividad especial muy importante. En la región hay mucho material fílmico que no está sistematizado ni cuidado. De hecho, en la noche inaugural exhibimos un video promocional turístico de Entre Ríos, filmado entre 1946 y 1952, que no sabíamos que existía. El grupo del Archivo Audiovisual me ayudó a pensar en cómo recuperar este material entrerriano. Tenemos la tarea de hacerlo, no solo por el valor histórico y simbólico, sino porque es parte de nuestra identidad cultural.
Julia Montesoro