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DIRECCION EJECUTIVA: JULIA MONTESORO

Alberto Lecchi rueda «Madame Lequin»: «Las historias de amor siempre funcionan dentro del thriller»

Alberto Lecchi emprendió el desafío de una nueva serie: el thriller político-erótico Madame Requín, protagonizada por Flavia Palmiero, Fabián Vena, Luciano Cáceres y Sabrina Garciarena. Se trata de un thriller político, con una historia de amor en el medio. La protagonista es una mujer argentina que vive en Francia, que tras la muerte de su marido, dueño de un banco, ve peligrar su imperio cuando ese banco está a punto de quebrar. Regresa a Buenos Aires y se vincula con gente que conocía a través de su esposo, y que supuestamente le permitirán conseguir dinero de forma dudosa.

Con guion de Alejandro Pablo Robino, consta de ocho episodios, que cuentan un día por cada uno de ellos. El final del rodaje está previsto para fin de julio y en septiembre se esperan tener los capítulos terminados.

-¿Qué debe tener un libro para que te entusiasme filmarlo?

El thriller me queda cómodo. Siento que las historias de amor, fundamentales en cualquier historia, funcionan dentro de ese género. Cuando hablamos de un thriller con una historia de amor hay dos puntas para lograrlo: por un lado el suspenso de lo que va a pasar y por otro, cómo sigue la historia de amor.

-¿Qué te decidió a decir que sí?

Cuando digo que sí no lo digo pensando en el estreno, sino que me pregunto si me divierte filmar esto. Hay dos cosas importantes que sirvieron para tomar la decisión: una es la historia en sí. La otra es que venimos de una pandemia y uno tenía ganas de filmar de nuevo, de ponerle todas las fichas.

-¿Cómo se hace una serie para que resulte exitosa?

Las estructuras de las series deben tener un conflicto, la presentación de ese conflicto y un final que te deje atrapado para la que sigue. Hay una idea en común de cómo elaborar las series y esta no escapa a eso. Todas las historias en general son muy similares: tienen una historia de amor. El hecho es cómo la contás. Las cosas no solo funcionan porque estén bien sino porque pegan de determinada manera. Esta historia en sí, en un momento donde hay corrupción política en el poder y lavado de dinero –en cualquier lugar del mundo-, puede parecerte distinta. Las coyunturas hacen que estrenes en el mejor o el peor momento.

-Hay una pregunta que deben haberte hecho cien veces. Sos uno de los pioneros en pasar del cine a la televisión y de ahí a las series. ¿Cuáles son las diferencias más notables entre un formato y otro?

Tenés razón en cuanto a que pasé del cine a la televisión a partir de Nueve lunas y de ahí a las series con Epitafios. Te lo voy a explicar contándote una historia. Yo venía de filmar en cine entre cuatro y cinco páginas del guion por día. Un día me llamó (Héctor) Olivera para hacer Nueve lunas. De acuerdo a la propuesta, debía filmar 14 páginas por día. Me agarró un miedo atroz. ¿Cómo haría? Le pedí a Olivera que me consiguiera ir al estudio, porque no concebía cómo hacerlo en ese decorado. Fui un sábado a la mañana, muerto de pánico, porque el lunes empezaba a grabar. Me senté en la mitad del consultorio solito, a oscuras. De golpe pasa un señor de traje caminando, como una aparición. Estábamos él y yo, solos. Me saluda. Yo me presento: “Soy Alberto Lecchi, director del nuevo programa”. Se va. Camina tres pasos y vuelve sobre sí mismo. Me mira. Y me dice: “Pibe, ¿te puedo decir algo? En televisión, cuando no sabes qué hacer, uno habla y el otro contesta”. Y se fue. ¡Ese señor era Edgardo Borda! Ese encuentro milagroso me abrió el camino. Esa es la gran diferencia entre la televisión y el cine. En cine hacés una puesta y trabajás esa puesta. En televisión rinde más que uno hable y el otro conteste, plano y contraplano. En cine primero ponés al actor y después la cámara y en televisión muchas veces haces al revés.

-¿La pandemia te cambió los hábitos cinéfilos? ¿Buscás series o preferís películas?

Casi no miro series. Solo para saber qué son, pero apenas miro un capitulo. Y si miro, nunca más de uno por dia. Prefiero leer. Si me pongo a ver el segundo capítulo pienso que podría estar leyendo. No quiero generalizar, pero como conozco mucho las estructuras, me doy cuenta de cómo funcionan. Muchas de ellas tienen muy buena producción, eso ya no se discute, pero –me van a matar por lo que pienso- en muchas de ellas saltás del primer al séptimo capítulo y advertís que no te perdiste nada. En cine contás una historia en una hora y media; en una serie la contás en ocho, diez capítulos. Puede estar muy bien y tenés la chance de agregar secundarios interesantes. Pero la historia en sí se puede contar en mucho menos tiempo.

-¿Películas en la tele o fidelidad al cine?

Volví a ver El padrino al cine. Me puse a llorar. ¡Es impresionante! Por suerte, sin nadie comiendo pochoclo cerca (ríe). Salí de ahí emocionado. Tengo la esperanza de que el cine vuelva. Entiendo que a partir de la pandemia la gente se acostumbró a ver ocho horas por día una pantalla. Pero la magia del cine es irremplazable.

Julia Montesoro

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