Carla di Palma es poeta, música y compositora –con su nombre artístico, Charlie di Palma- y también es una de las protagonistas de La reparación, documental de Alejandra Perdomo. Participa en el documental con su testimonio y también interpretando la canción Deja Vú, junto a Felicitas Marafioti.
La reparación se presenta en el Cine Gaumont, con funciones a las 17.30 hs. y en el Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551), donde se exhibe con dos funciones semanales en la Sala Documental durante todo el mes. La película aborda el tema del abuso sexual en las infancias y adolescencias a partir de testimonios de víctimas, de colectivos y de especialistas.
-¿Cómo fue tu acercamiento a Alejandra Perdomo y cuál fue tu primera impresión respecto de La reparación?
Conocí a Ale a través de Felicitas (Marafioti), que trabaja en la Academia de Cine. Vi en ella a alguien superresponsable, preocupada en comunicar un montón de problemáticas que pasan a nivel social. Nosotras sabíamos que había hecho Cada 30 horas. Yo la había visto cuando fue a proyectarla a Hurlingham, donde vivo. En ese momento había algunas madres de víctimas por femicidios, surgió un debate y pudimos charlar. Me interesa como alguien que apunta a visibilizar cuestiones que nos vienen aquejando como sociedad, con una mirada con perspectiva de género y muy documentada.
-¿Tenías experiencia en cine?
Estudié actuación muchos años con Norman Briski y eso me permitió protagonizar algunos cortos. Pero es la primera vez que participo en un proyecto grande.
-¿Qué te decidió a participar en la película?
Ale se acercó de una manera amable a proponernos ser parte. Nos contó el proyecto y quiénes iban a participar. Decidimos decirle que sí, cada una por separado y en conjunto. Siempre estuvo muy abierta a nuestras inquietudes. Cuando nos propuso cantar una canción, me quedé pensando en cuál sería, porque las canciones que compartíamos en nuestra adolescencia tienen que ver con nuestra historia dolorosa. En el momento de rodar esa escena, surgió un planteo que hago con Feli que tiene que ver con un momento real y necesario. Ale pudo capturar ese momento de reflexión y comunicarlo de la manera que lo sentimos.
–La reparación es un entretejido de testimonios; muchos de los cuales requieren una gran valentía, ya que implican decirlo a cámara y exponerse a la opinión pública. ¿En qué circunstancia asumiste que debías dar ese paso riesgoso y a la vez importante?
Feli lo comentaba después del estreno: no fue una decisión fácil para nada, pero nos vimos obligadas porque en un momento nos dimos cuenta hacia dónde estaba yendo el caso. Había siete denuncias, pero mucho prejuicio. Una sola persona (Ariel) se estaba visibilizando en las redes y los medios y recibió como respuesta mucho hostigamiento. Entonces nos juntamos y decidimos dar un paso adelante, a pesar de que teníamos un montón de miedos, además de lo que nos puede condicionar el trabajo o la carrera. Fue la mejor decisión.
-En la película surge muy contundente tu testimonio y el de Felicitas.
Lo dice ella en la peli: cuando una es chique quiere conocer a sus ídolos. El se aprovechó de ello.
-¿Qué percibiste de La reparación cuando la viste por primera vez?
La película muestra -y problematiza y critica- el camino judicial que hay que hacer, que es una forma de revictimizar al denunciante. Nosotros tuvimos un desenlace esperable. Algo que debería ser normal en cuanto a lo judicial. Pero cuando miraba esas historias, entendía exactamente por lo que habían pasado. Y aun siguen pasando.
-¿Qué te sorprendió de la película?
Fue muy importante la presencia de Roberto Piazza. Cuando decidimos hacer pública y llevar la denuncia a la justicia, nos enteramos de la existencia de la “Ley Piazza”. Y fue la primera persona que llamamos. Nos recibió inmediatamente y nos dio un gran apoyo. Estuvo con nosotras desde el minuto cero y fue parte de nuestro proceso. Su presencia en la película fue como cerrar un círculo.
Julia Montesoro