Celina Murga y Nicolás Herzog son los directores artísticos de la 3a edición del Festival Internacional de Cine de Entre Ríos (FICER), que se lleva a cabo hasta el 11 de diciembre de manera presencial y gratuita en la ciudad de Paraná, con más de 50 producciones nacionales e internacionales.
El festival es organizado por la Secretaría de Cultura y la Secretaría de Turismo del Gobierno de la Provincia de Entre Ríos y busca acercar el cine entrerriano, nacional e internacional al público y potenciar la producción audiovisual en la provincia.
-¿Cómo fue el proceso de recuperar la motivación, después de un año sin actividad?
Murga: Con Nico y el resto del equipo lamentamos que el año pasado no se hubiera podido hacer, sobre todo porque es un Festival muy joven y las primeras ediciones son importantes para sentar las beses. Cuando este año recibimos la noticia de que se iba a hacer sentimos una gran alegría, especialmente de cara a que se promulgue la Ley de Fomento Audiovisual. Nos entusiasmaba la idea de la llegada del Festival para celebrar, tanto los integrantes del festival como las organizaciones audiovisuales de Entre Ríos y actores que han sido parte de la gestión de la Ley.
Herzog: El Festival fue el punto de partida de este proyecto de Ley. En 2018 nos convocaron para la primera edición (que fue no competitiva) y fue el puntapié para que todo el sector empiece a conocerse. Si bien trabajábamos en la provincia hace 15 años muchos no teníamos vínculos constantes. El Festival fue el punto de encuentro para empezar a trabajar en una mesa de trabajo el proyecto de Ley, que luego de tres años de laburo se pudo sancionar.
Tuvimos la suerte de haber contado con la experiencia de otras leyes provinciales como el caso de Córdoba, Tucumán, Misiones o Río Negro, provincias que ya tienen Ley de Fomento y nos sirvieron de base para desarrollar una Ley superadora. No tuvimos Festival el año pasado pero a partir de ahora lo tendremos ad eternum.
-El FICER es parte del plan de promoción audiovisual que impulsa la provincia de Entre Ríos. ¿Cuáles creen que son las urgencias más inmediatas que deberían tratarse a partir de la promulgación de esta Ley?.
Herzog: En principio la creación del instituto autárquico, que es el órgano madre que permitirá conformar el consejo de asesores y la presidencia. Esto va a empezar a organizar y dirimir las cuestiones de llamados a concursos, manejo y distribución de los fondos. La reglamentación es lo más inmediato, previamente, y eso incluye la conformación de un instituto audiovisual.
La reglamentación, básicamente, ya está. Se tienen que dirimir cuestiones específicas como, por ejemplo, quiénes serán los representantes regionales. Logramos armar un consejo asesor federal dentro de la provincia donde va a haber representantes de cada región de la provincia. El presidente del IAER va a surgir por consenso, pero va a ser promovido por el ejecutivo que, en este caso, es la Secretaría de Cultura como organismo.
Para nosotros es muy importante que las plataformas digitales comiencen a ser parte de la discusión en torno a la división de impuestos para poder formar parte de ese fondo, como sucede en algunas provincias.
El otro tema esencial es la formación.
-Una de las características más importantes del Festival es que no va a ser online, las películas se verán en las salas. ¿Cómo llegaron a esa decisión?
Murga: Lo virtual nunca fue una opción. Esto es algo que, obviamente, nos supera a nosotros –tiene que ver con el área de Cultura-, pero conociendo las características de la población hay algo que convoca mucho en Entre Ríos y Paraná que tiene que ver con el evento. Como en la mayoría de los festivales, en realidad, hay algo de lo que sucede en el evento, en el antes y el después, en la posibilidad de compartir no sólo las salas sino ese espacio de charla posterior, el cafecito, la cervecita y todo eso que se arma alrededor.
Sé que se dudó mucho sobre arrancar: hasta mitad de año, todavía era algo muy incierto lo que iba a pasar con la pandemia. La decisión de retrasarlo a diciembre -cuando siempre el festival fue en octubre-, tuvo que ver con estirarlo lo más posible hacia el verano y, por otro lado, tener más tiempo frente a la dificultad de tomar la decisión. Fue una jugada en pos de apostar a la importancia de volver a las salas y el valor que le puede dar la gente a la posibilidad de tener un evento presencial de esta naturaleza.
Herzog: Además, hay algo muy característico del FICER que es su lugar de pertenencia: se realiza en el Centro de Convenciones donde hay tres salas al lado de una vieja usina, articulados por un corredor gastronómico que facilita el intercambio. Hay algo del recorrido que se arma en torno al festival en un solo lugar específico.
Me parece que la apuesta fue apostar por lo eventual, por la presencialidad, por correr la fecha para llegar más seguros. Hay algo del ánimo de la gente de salir, ir a las salas, reunirse, aunque todavía no estamos como hace dos años.
-Es una jugada y por eso decía que era inusual, porque a lo largo del año casi todos los festivales optaron por el formato híbrido. ¿Cuáles son las características principales que va a tener este año el FICER?
Herzog: El FICER tiene dos grandes pilares que se fueron consolidando en estas ediciones: el primero es el pilar de lo federal, la idea es instalarnos como uno de los festivales fuertes donde se pueda ver cine argentino y cine federal. Hubo una gran explosión del cine en las provincias. De las películas argentinas, más del 90% son regionales, realizadas en las provincias. En la competencia argentina hay una cordobesa, una entrerriana y una santafesina. Además tenemos un foco en cine regional y tenemos seis películas entrerrianas.
El otro pilar importante tiene que ver con un festival que se encarna fuerte en la diversidad y, sobre todo, en el rol de la mujer: vamos a ver muchas películas dirigidas por mujeres, protagonizadas por mujeres, con temáticas vinculadas a la mujer a lo largo de la historia, con distintos tipos de temas y distintos tipos de abordajes.
Por otro lado, a partir de la Ley también hay que empezar a pensar nuevas formas de coproducción, para coproducir con países centrales. El festival tiene un foco en Latinoamérica en películas coproducidas con Argentina. El empleado y el patrón (con Uruguay) es la película de cierre. El libro de los placeres es una realización con Brasil. En ambos casos hay una línea posible y universos posibles que se comparten. Muchas veces uno ve las ataduras forzadas, pero en estas dos películas la coproducción funciona bien.
Murga: Este año fuimos encontrando conexiones y diálogos entre las películas a partir de la identidad de género sobre la que ya habíamos trabajado en 2019.. En la sección internacional hay una película brasileña de una directora mujer que trabaja sobre el Libro de los Placeres -el texto de Clarice Lispector- y que pone el foco en la mujer, el deseo y el cuerpo.
En la sección de cine español hay una película muy linda que habla sobre la adolescencia en los 90, Las niñas, que ganó muchos premios Goya en España. Tiene un diálogo muy interesante con Camila saldrá esta noche, que cuenta una historia desde una franja etaria similar. Una es de los 90 y la otra en el presente: se arma algo sobre cómo era ser mujer en los 90 y que es ser mujer hoy, cuáles son las preguntas que surgen y cómo son los roles.
-Ustedes profundizaron un aspecto en el que ya venían trabajando en la edición anterior y ahora se ve mucho más claro, que es la perspectiva de género y el rol de las mujeres en la industria. Intuyo que la Ley de Cine también aborda la equidad y la perspectiva de género dentro de la industria audiovisual.
Herzog: ¡Totalmente! No solamente en la Ley: es un tema de alcance mundial. No es más que recoger el guante de algo que está sucediendo. Nos pasó, por ejemplo -cuando citamos el caso de Córdoba, de donde vinieron la mayor cantidad de películas propuestas-, que por lo menos la mitad de las películas que nos llegaron son dirigidas por mujeres. Hay algo en la agenda que se impone más allá de una decisión de parte de la dirección artística del festival.
Julia Montesoro