Malena Filmus protagoniza Cómo mueren las reinas, el thriller psicológico de Lucas Turturro con producción de Aleph Cine que se presenta en el Cine Gaumont y salas del país.
Con un elenco conformado por Lola Abraldes, Franco Rizzaro y Umbra Colombo, trata del vínculo entre las hermanas Juana (Filmus) y Mara (Abraldes), quienes solo se tienen la una a la otra. Desde el trágico accidente de sus padres viven en la granja de su tía (Colombo) y se ocupan de las colmenas y de la producción de miel. Mara quiere experimentar y descubrir todo. Juana, en cambio, se esfuerza por contener su deseo y se reprime. La llegada de un primo desde la capital sacude la quietud del campo.
-¿Qué era Cómo mueren las reinas cuando tuviste entre manos el guion y qué te disparó esa lectura y te llevó a aceptar el papel de Juana?
Llegué al guion a partir de un casting: no me eligieron directamente. Fue a través de María Laura Berch, una eminencia del casting en la Argentina. Después de hablar con ella y con Lucas (Turturro, el director), lo que más me interesó es que es un personaje medio bruto, medio árido, que aprendió por sí sola y con sus pequeñas herramientas cómo moverse en el mundo.
-¿Cuál es el rasgo de la personalidad de tu personaje de Juana que más sentiste como propio, con el que más te identificaste?
En principio me dio miedo interpretar a Juana: tengo 31 años y en este momento tenía 29, y me habían propuesto hacer un personaje de 17. Al punto que casi no voy al casting porque me parecía hasta una ridiculez hacer un casting para una persona tan joven. Por suerte parece que tomo mucha agua y me viene bien (risas). Donde me reconocí efectivamente es en un tema muy personal. Juana no tiene ley ni nadie que le explique mucho nada: ella se hace sus propias reglas. Yo desde muy chica me fui a vivir sola y a vivir afuera, sin tener a nadie que me explique hasta cosas morales. Todo era pura experimentación. Me identifica bastante su forma de ser en la adolescencia.
-Desde tu mirada de realizadora, ¿hiciste algún aporte? ¿En qué consistió el trabajo con Lucas Turturro?
Pude hacer una que otra pregunta de mis saberes de dirección que me venían bien a mí como actriz. Dónde poner las luces, o qué planos se iban a hacer para saber si voy a dar mi todo o no. Por ejemplo, si es una escena muy dramática y tengo que llorar, voy a asegurar de no hacerlo en un plano general donde no se me vea la cara y sí en un plano cerrado donde se pueda ver caer mi lágrima es el momento preciso. En cuanto al guion, se siguió a rajatabla.
Yo venía de la experiencia de Tony, un corto que se volvió serie donde fui la directora, productora y guionista. Entrar a un set y actuar y nada más fue un lujo total.
-En Cómo mueren las reinas hay situaciones de violencia de pulsión sexual de tensión intrafamiliar y también hay situaciones con abejas, ¿cuáles de todas ellas si no algunas de estas las pensaste como un desafío?
El primer desafío fue hacer un drama, porque generalmente hago comedias. Más allá de eso, mi parte preferida de la película fue trabajar con las abejas. Lo crean o no, siempre me interesó muchísimo la apicultura. Al margen, en algún momento me preocupé por Lola Abraldes, que era mi hermana menor -menor de edad en ese momento y ahora- porque se hablaba de la relación de ella con Franco -que hacía de nuestro primo-. Aunque ser del mismo sexo no parecía ser un problema, no quería incomodarla. Me ponía nerviosa actuar de una manera un tanto deseosa y sexual delante de ella.
-¿Cómo te viste a vos misma en pantalla con diez años menos?
Y…me veo como un adulto. Parece que no: todo el mundo me dice que recontra doy adolescente. Se me menciona siempre que parezco más chica. Espero haber hecho bien mi trabajo. Pero no dejo de verme como soy.
-¿Cuál era tu propia mirada sobre el universo femenino que se planteaba en la película, sobre tres mujeres independientes y al mismo tiempo metidas en un universo cerrado e inabordable?
A mí los varones escribiendo para mujeres me pone un poco nerviosa. A veces pasan cosas no muy simpáticas o se cae en estereotipos. En este caso, el libro es de Constanza Boquet. Y el trabajo de Lucas fue súperrespetuoso. En el sentido de que los personajes no eran ni santas ni putas. No está romantizada la idea de la mujer: son personajes deseantes, sintientes, malas y buenas al mismo tiempo. Eso me atrajo mucho.
-¿Te preocupa la forma de representar a las mujeres en el audiovisual?
Sí, definitivamente. Soy una laburadora, y si tengo que laburar te hago la publicidad de toallitas horrible azul, no pasa nada. Pero más allá de eso, nunca haría nada que atrase. Ni a palos haría un personaje de la mujer que espera el marido y cuando llega le dice “gordo, estuviste todo el día la cancha” (Risas).
En cuanto al tema de la representación femenina, se suele pensar que el material feminista es un material que baja línea dura. No necesariamente es así. El solo hecho de que la mujer protagonista no represente ningún estereotipo femenino o esté basado en una fantasía masculina de cómo tiene que ser la mujer ya es importante.
Julia Montesoro